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Te despiertas durante toda tu vida en este círculo de agonía, lo que solo puedes hacer es sentarte y esperar hasta que la vida te sorprenda... o no. Se podría decir que mi vida tiene muchos altibajos, solo que de la manera mala que puede haber.

- Mar, no hace falta que te levantes tan temprano y te pongas a hacer la casa para eso contratamos al servicio de limpieza, ya sabes tu condición- dice mi padre

- No te preocupes papá, no me voy a morir tan fácilmente -

- Hija... - me levanto y le doy un beso en la frente

Entiendo su preocupación por mí, hasta yo me preocupo, pero sabe desde el fondo de su corazón que no sabe cuanto tiempo me queda, a no ser que me hagan el trasplante.

Me encanta caminar en las mañanas, el aire es tan fresco, y el sol me llena tanto que me calienta la piel. Mientras me pierdo en mis pensamientos no me doy cuenta que ya he llegado a mi destino, mi papelería "Vida", esta tienda lo es todo para mí puesto que la heredé de mi madre quien a la vez lo heredó de mi abuela.

Pasan las horas en las que atiendo a clientes y en los ratos libres me pongo a leer, me encanta leer, las palabras impresas y lo que transmiten hacen que me llene y me reconforten. Los pensamientos de los autores se ven transmitidos a través de la tinta y las palabras.

El día concluye como siempre y sin ningún problema, decido por la noche llamar a mi amiga.

- Papá, déjame el teléfono un momento – le pregunto, él se levanta y me deja el lugar para que pueda llegar al teléfono.

- No tardes mucho que ya sabes lo que cuesta ese cacharro – me rio

Le tocó a mi mejor amiga del alma, Caroline, ella sabe desde hace tiempo de mi condición, no fue fácil el momento en el que se enteró, pero desde ese día creo que nos unimos más desde alma hasta corazón. Nos conocimos en la primaria durante una pelea que se vio en vuelta y la ayudé cuando más lo necesitaba, según ella soy su salvadora si no ahora mismo estaría perdida en el rumbo de su vida.

- Hola, ¿está Caroline? – le pregunto a su madre

- Caroline, es Mar - escucho como le grita desde su salón – Hola Maricuchi

- Hola tonta, ¿qué tal te va con lo tuyo? – le pregunto deprimida

- Pues la verdad que no muy bien, ya sabes, lo de siempre – intenta sonar alegre, pero se la escucha apagada.

- Ya sabes que en mi tienda siempre vas a tener un puesto ¿lo sabes no? –

- Ya lo sé, pero ya sabes lo que pienso, no me quiero aprovechar de ser una amiga-

- Caroline te puedo prestar lo que te falta –

- Mar me queda mucho, hoy en una entrevista me han dado luz verde lo que pasa que cobra menos que el resto – la noto triste

- Bueno, pero eso es bueno ya te queda menos – la intento animar

- Creo que lo voy a aceptar, total, todavía puedo aguantar aquí un par de años- se ríe

- Así me gusta y ahora te tengo que dejar que noto a mi padre mirándome desde la puerta - nos reímos junta

Me voy a la cama con mi mente pensando en el dilema que tiene Caroline. Ella se quiere independizar para quitarles a sus padres un peso de encima y poder ayudarlos con el dinero, pues ellos alcanzar nada más que para lo justo. La quiero como si fuera mi hermana y me duele verla sufrir por sus padres y por su desesperación.

...

Al día siguiente mientras voy caminando para la papelería un hombre se choca contra mí llevándome al suelo

CordisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora