VIII

3 1 0
                                    

Mar

Han pasado tres semanas desde lo sucedido y el tal Búho no ha vuelto aparecer. No le he comentado nada a Sean porque no quiero que se preocupe más de lo que ya está y últimamente está bastante ausente, con lo que lo interpretaré como que está teniendo mucho trabajo.

Mientras viajo por mi mente soy inconsciente de que el médico y mi padre ya están en la habitación con unas caras ligeramente sonrientes. No me extrañaría que fuese para el alta, nada más.

- Bueno Mar después de estar varias semanas en observación, veo que estas lo suficientemente estable para poder irte a tu casa – me explica el médico - esto no quita el hecho de que sigas débil así que ten mucho cuidado y procura no exponerte mucho al frío durante esta temporada.

- Muchas gracias doctor – le dedico una sonrisa

- Muchas gracias de verdad doctor, no sabes lo agradecido que estoy de lo bien que cuidas de mi hija – mi padre de repente se pone melancólico

El medico me cede una silla de ruedas para que no haga mucho esfuerzo, me comentó que al menos hasta que se acabase la temporada de invierno, luego ya podría hacer lo que quisiese. Mientras el doctor me explicaba todo y mi padre firmaba afuera el parte del alta, veo entrar por la puerta a un Sean sudoroso.

Se acerca a mi a pasos agigantado y me abrazaba, le miro asustada porque no sabía lo que le pasaba. Se sienta en la orilla de la cama y me coge de la mano.

- Porque no me dijiste nada – no entendía a que se refería

- No te entiendo...-

- Sobre la Búho – me quedo callada – me he enterado por terceras personas y tu ni siquiera me lo dices

- Lo siento Sean, pero no quería preocuparte más de lo que estabas – no me dice nada

- Aun así, me lo tenías que haber dicho, no sabes lo que es capaz de hacer Búho – le toco la mejilla

- Te prometo que a partir de ahora te diré todo, hasta el último detalle y ahora quita ese enfado de tu cara que estás más feo – le sonrio

Se acerca más a mí y me da un beso profundo, luego me levanta de la cama y me reposa en la silla que trajo antes el doctor. Me lleva ante mi padre.

Nos dirigimos los tres hacia el coche mientras hablamos de cualquier tontería y riéndonos. Pero esta tranquilidad se me hacia extraña.

Una vez que llegamos a nuestra casa mi padre le insistió a Sean que se quedase a cenar, se que lo hacia para que se conociesen más. Yo no tenía cuerpo para estar con ellos así que me despedí para poner rumbo a mi cama.

- Papa, necesito que alguien me lleve a la cama – se me puso la cara roja de vergüenza

- Yo te llevo

Sean se levantó de la silla y se dirigió hacia mí. Puse mis brazos alrededor de su cuello y me levantó.

- No estoy invalidad – me rio porque parece una situación surrealista

- Pero si se puede evitar esfuerzo, se evita – me pega un beso en la mejilla, yo mientras me muero de la vergüenza porque mi padre está presente.

Reposo mi cabeza en su hombro mientras me va hablando de lo ligera que soy, que si tengo que comer más y todas esas tonterías. Congelaría este momento para siempre y poder estar con los que más quiero sin ninguna precaución.

Sean me deja en la cama no antes de que le empiece a acariciar la nuca buscando su calor, necesitaba su tacto, necesitaba sentirlo. Metí mi mano debajo de su camiseta mientras el buscaba mis labios.

- Basta Mar, tu padre está abajo esperándome para cenar – le hago un berrinche

- Mi padre no es tonto, sabe lo que está pasando por eso no te ha llamado

Sean se toma en serio mis palabras y continua por donde lo había dejado, me empieza a quitar la camisa dejándome en sujetador, no aguanto mis gemidos, pero procuro rápidamente a taparme la boca para que mi padre no los escuche.

Me deja al desnudo y él termina en ropa interior, me coloca debajo suya y con sumo cuidado empieza a penetrarme, lo abrazo por para sentirme más cerca suya escuchando mis gemidos. Empieza a moverse más rápido y noto como llega al clímax. Se tumba a mi lado y me acurruco en su pecho, no hace falta que digamos nada.

A la mañana siguiente palpo mi mano sobre mi costado pero siento el sitio vacío, me incorporo con gran rapidez y llamo a mi padre con un volumen elevado. Enseguida aparece por la puerta mostrándome un semblante serio y con preocupación.

- ¿Dónde está Sean? – le pregunto

- Se fue hace un par de horas, no quería despertarte

- ...

Mi padre me ayuda a bajar al piso de abajo y me trae una taza de café. Se sienta a mi lado con otra taza y se queda observándome. Me estaba incomodando así que me atrevo a preguntarle, aunque ya tengo una ligera idea de que me estaba juzgando.

- Papá, yo... - no me salían las palabras

- Solo dime una cosa – se me queda mirando fijamente - ¿usasteis protección?

- Si

- No hay nada más que decir, ya sois adultos solo te digo que tengas cuidado, más sobre lo tuyo – acto seguido se levanta y se va de la sala

Me quedo mirando la espalda de mi padre mientras se aleja y hundida en la vergüenza.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 30, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

CordisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora