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Aidan


Estar en la oficina de mi jefe, me pone de los nervios. Seguramente me encontró un trabajo nuevo, espero que no aparque matar gente.

-Aiden, querido- canturrea el sentado en su escritorio- Tengo una nueva misión para ti.

-No quiero matar a nadie, Oscar- susurre mirándolo con indiferencia.

-Pues si es necesario, lo harás-

- ¿Tendré que limpiar a alguien que te debe plata?- pregunto, aunque ya sepa la respuesta.

-No limpiarlo, pero investigarlo- dice apagando su cigarrillo en el cenicero- Quiero que te ganes su confianza, antes de que otros lo hagan.

-¿Te refiere a el otro grupo?-

-Al enemigo, si- se para y se sienta a mi lado- Él tiene algo muy importante y si el enemigo llega antes, eso no podrá ser mío.

- ¿Algún tipo de droga nueva?-

 -No, algo mas preciado. Ademas sin preguntas, es para que compenses lo que hiciste el otro día.-

Resulta que Marco le contó que interrumpí sus ideales con esa chica en el callejón hace tres días.

Al ver que no conteste siguió- Tienes que sacar esa mirada fría e indiferente, si quieres caer bien, Aidan.

-Mis encantos no solo se basan en mi sonrisa- agregue mirándolo fijamente.

-Es el dueño de un hotel, en dos días empezarás como un trabajador-

- ¿Tendré que trabajar?- agregue más enojado de lo que quería sonar.

-Tienes que actuar, y eso conlleva a eso- dice con una gran sonrisa en los labios- Y por favor, no causes desastres, trata de tomar la medicación.

-Eso haré- digo saliendo de su oficina nada contento.


Isabella

Tengo que correr si quiero llegar temprano. Mi resistencia es una mierda. Definitivamente necesito ir a entrenar.

-Hola señora Font- dije llegando a la cafetería.

- ¿Lo mismo de siempre?- pregunta ella rápidamente al ver que estoy apurada.

-Mi jefa no cambia de café hace años- digo sentándome, para poder descansar un poco.

Cuando salí de la cafetería con los cafés, no pude correr. A menos que quiera tirarlos.

-Lo siento- me disculpo al ver que choque con un hombre alto, estaba encapuchado.

Al momento que gira la cabeza para mirarme, veo una cara extremadamente familiar. Ese pelo es muy negro.

Me quedo como una tonta mirándolo, hasta que me doy cuenta de quién es. Mi primera reacción es correr. Cada paso que doy miro para atrás mientras que él se queda quieto mirándome fijamente. Tengo tanto miedo, que ni siquiera me había percatado de que llegue al hotel.

Estoy segura que ese era uno de los tipos, de los que me habían atacado hace cinco días atrás.

FlashBack

Tenia que seguir corriendo si quería escapar. Miro para atrás tratando de ver si alguien me seguía. Comenzaron a sonar las alarmas. Intente correr mas rápido. Intente. Mi cuerpo choca con alguien mas grande y túnica blanca. Había llegado a mi fin. Otra vez. No había podido escapar.

Fin del FlashBack

- ¿Estás bien?- sigo sin reaccionar hasta que Taña me saca de mis pensamientos- ¿Bella?

- Yo...yo- "No le vas a decir a nadie verdad", recuerdo las palabras de ese tipo- si...solo que corrí hasta aquí y...y estoy cansada.

-Deberías hacer deporte Bella- agrega riendo, mirándome de arriba a abajo- Y aprender equilibrio.

-¿Qué?- pregunto confundida por lo último que dijo.

-Ve al baño, y mírate- dice yendo a la recepción.

Taña es como mi amiga, y la única. Les sonará raro, pero vivo acá desde hace tres años y nunca hice amigos. En la universidad no hablo con nadie. Aunque ahora es verano, y eso es peor. Soy antisocial.

-Genial- digo mirándome en el espejo del baño. La mitad del cafe estaba en mi camisa.

Intento limpiarme un poco, pero no sirve. Al final opto por ponerme un buzo arriba para que no se note.

Antes de entrar en la oficina de mi jefa, doy un largo suspiro, espero que se tome bien lo de su café.

-Señora Holloway- agregue entrando en su oficina.

La señora Holloway tenía unos 60 años. Era flaca, baja y un perfecto pelo color negro tenido, que le llegaba hasta los hombros.

-Isabella- agrega mirándome con una sonrisa.

-Tengo un problema- dije rápidamente, antes de llegar lejos con una mentira.

-Diga- dice, mirándome interesada, con un aire de preocupación.

-Su café...me caí en la calle- balbuceo.

Que intento barato de hablar

Ella seguía callada, esperando a que yo termine de hablar.

Suspiro frustrada- Me caí y se me cayo su cafe-

Ella se me quedó mirando unos segundos, que se me hicieron eternos, hasta que se dignó a decirme cuatro palabras.

-Ve a buscarme otro- dijo tranquilamente siguiendo con sus cosas.

Suspire y salí a buscarle otro café.

Aidan


Esa chica era "la chica". No estaba pensando con claridad cuando entré a ese hotel. Me dirigí a la recepción un poco descolocado con lo que pasó.

- ¿Puedo ayudarlo en algo?- agregó un chico con aspecto fastidiado.

-Si, estoy buscando al jefe- digo carraspeando.

- ¿Jefe?, disculpa querrás decir jefa- dice mirándome aburrido.

-Lo siento. Discúlpame- me excuse, para contactar a mi jefe. Porque diablos me dijo otra cosa.

-Oscar- dije con voz fría, esperando a que esto se termine- ¿Porque acá en el hotel me dicen que no es un hombre, sino una mujer?

- Querido, crees que soy idiota. Ella no es la jefa, ella es la esposa del jefe. Lo que necesitas hacer, es pensar un poco más necio- agrega con tranquilidad pura- Tienes que llegar a ella y pedirle que te deje hablar con su marido.

Corto

Okey, esto iba a ser más difícil de lo que creía.

Ig- paulaprince_21

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