11. Separados

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Al abrir sus ojos se encontró solo, miró a su alrededor tratando de ver algo conocido, pero no encontraba absolutamente nada que le dijera que había estado ahí antes, asustado se levantó dándose cuenta de que estaba adolorido, su cuerpo estaba lleno de heridas y rasguños, y sangre seca, no estaba seguro de lo que había sucedido. Necesitaba encontrar a Hongjoong, tenía que hacerlo, sin importarle el dolor de su cuerpo se levantó, asustado busco al humano, ni siquiera sabía porque estaban separados cuando lo protegió hasta del techo.

¡Hong!— grito.

Recibió silencio, el sol en lo alto lastimó sus ojos por lo que tuvo que parpadear unos segundos, siguió caminando, buscando desesperado al humano.

¡Hongjoong!— grito de nuevo, comenzaba a faltar le el aire, no podía encontrarlo— ¡Hongie!— se estaba desesperando, regresó a donde despertó, un lugar casi desértico, lleno de árboles y edificios infestados de enredaderas y moho. Chasqueo la lengua y se dejó caer, todo le dolía, sus pulmones no aguantaría mucho y la desesperación le hacía más difícil sobrellevar el dolor.

Intentaba repasar lo poco que recordaba después de que todo se oscureciera, necesitaba saber porque estaba ahí. Tenía tantas cosas en la cabeza y no podía concentrarse en sólo una, necesitaba relajarse y respirar, sin embargo cada que lo hacía sentía un ardor, supuso que algo había lastimado, o sus pulmones o su nariz.

Se frustró, sus manos viajaron a su cabello y se rasco con desesperación, el tiempo pasaba, de forma lenta y tortuosa, no podía quedarse quieto, no lograba mantener la clama y eso ocasionaba que su corazón se estrujara pensando en lo peor. Volvió a levantarse y camino rondando por los alrededores. Un rato más, caminando, pateando el suelo. Con su cabeza dando vueltas chocó contra aquella imagen que había querido evitar.

Frente suyo se encontró estaba algo que lo hizo palidecer. 

¡Hongjoong!— corrió hasta el lugar, pero sólo encontró aquella bolsa del humano, se la acomodo, suspiro, se había asustado por nada. Camino un poco más por ahí con la esperanza de encontrar algo más, sin embargo no encontró nada que indicará que él humano hubiera estado ahí; al final su ida no fue tan inútil como pensó, encontró a Wooyoung tirado, se agachó y lo intentó despertar durante unos minutos. Fue un alivio cuando el de pelo morado abrió los ojos.

¿Y los demás?— pregunto en cuanto se levantó, se quito el polvo de su ropa, busco con la mirada esperando encontrarse a los demás.

No lo sé— sonó desesperado y Wooyoung supo que Hongjoong no había dado señales de vida— tenemos que buscarlos, ya no hay nada aquí, ya busque por aquí— quería intentar bajar el ritmo y dejar que Wooyoung descansara, sin embargo su desespero era excesivo.

¡Debemos encontrarlos!— formó una sonrisa para relajar un poco a Seonghwa, tomó el brazo de este y lo jalo, podía sentir el ligero temblor de este y borró su sonrisa, si Seonghwa estaba asustado estarían perdidos— tengo una idea... Saca tu arma, si sigue igual, Hongjoong esta bien— dijo y pareció que el rostro de Seonghwa se iluminó.

Esta a salvo...— suspiro aliviado cuando su arma relució, disparo sólo por si acaso y las balas tenían la misma potencia así que supo que seguía vivo y con el espíritu igual de fuerte.

Jongho despertó primero, miró hacia todos lados, casi se sintió mareado por la rápida acción, por suerte logró mantenerse.

Qué alivio— escucho la voz de Yeosang y volteo hacia arriba encontrándose con los ojos calidos del muñeco— pensé que no despertarías— suspiro, lo ayudó a levantarse— estas tan sucio— Yeosang acercó su brazo al rostro de Jongho y con su manga lo limpio, este bufo, pero agradeció el gesto.

Sweet Little DollsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora