16. De Vuelta A Casa

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El silenció en el mundo fue aterrador, todo se había detenido, el tiempo había parado, la verdad es que tenían miedo, Mingi y Yunho seguían por sus caminos sin estar seguros de lo que debían hacer, por su parte el humano miro a Jongho, podía hacerlo su muñeco de nuevo... Podía despertarlos si Hongjoong en verdad había muerto, pero no quería creer en esa posibilidad, aparte de que estaba seguro de que Jongho nunca se lo perdonaría, en especial porque todavía no había sido capaz de decirle la verdad.

Mingi sintió que su humano estaba perdiendo su espiritu y comenzó a sentirse más nervioso, intento sacar su arma y se dio cuenta de que esta era débil, si se encontraba con un monstruo estaría perdido. Cerro los ojos en un momento, tenía que relajarse, tenía que caminar y llegar al punto, sino nunca sería capaz de encontrar a Yunho.

Si hubiera dicho la verdad— Yunho acomodo a Yeosang, no quería perder a ninguno, a Jongho lo tenía como un llavero, atorado en su ropa, suspiro, no podía despertarlos, se sentía incomodo con solo pensar en aquella idea— Hongjoong esta bien, solo... Solo estoy demasiado cansado— se restregó la mano derecha por la cara, estaba estresado, si, solo debía ser eso.

Pasaron horas o tal vez minutos, el tiempo parecía diferente a lo habitual. El sol se escondió dando inicio a la noche, las estrellas no brillaron, ni siquiera la luna se atrevió a salir. Era una noche oscura y fría, Yunho encontró una casa y se metió por la ventana, la casa se sentía pesada, agobiado cerró los ojos, la oscuridad podía sobrellevarla, pero ahora tenía miedo. Mingi por su parte camino sin descanso, al ser un muñeco podía soportar más tiempo, pero igual se sentía agotado, tal vez porque San no estaba a su lado recordándole que pronto encontrarían a los demás.

En el transcurso de la noche paso lo improbable, era casi imposible que sucediera algo así, sin embargo sucedió.

Al amanecer, cuando la oscuridad dejaba el lugar, el cielo era claro, sin embargo tampoco brillaba.

Seonghwa se transformó.

¡Hongjoong!— fue lo primero que salió de sus labios, se miró a sí mismo y se dio cuenta de que no era un muñeco, miró sus manos y estas tocaron el rostro de Hongjoong, estaba seguro de que era un sueño.

Un sueño donde Hongjoong no había muerto y seguía a su lado, pero el tacto se sentía real.

Quiso soñar en un mundo donde nunca nada hubiera sucedido, donde sólo vivía al lado de Hongjoong como en el principio, pero sabía que no podían regresar en el tiempo, nada era como en el principio, todo había cambiado. Aunque tampoco le disgustada, y por supuesto supo que era importante para Hongjoong, siendo su número uno.

Pero a pesar de que ya no era un muñeco no sabía que hacer, no quería separarse de Hongjoong quien seguía con los ojos cerrados, tenía miedo, no despertaba y no había más humanos al rededor, ni siquiera tenía el valor de alejarse para ver a Wooyoung, pero se obligó a ir a verlo, cuando salió se encontró con que este seguía como un muñeco, se asustó pensando que algún humano lo había despertado. No quería estar lejos de Hongjoong, y como dijo, si este moría él lo haría por igual.

¿Woo?— llamó, no quería creer que Hongjoong hubiera muerto, fue a la sala y se encontró al muñeco de cabello morado en el sillón, lo recogió y regresó a la habitación— ¿Puedes escucharme?— quiso ver algo que le indicará que su humano seguía con vida.

Se sentó de nuevo en la cama y se dedico a admirar al humano, delineó sus labios y ojos, quería que Hongjoong los abriera, pero no pasaba nada. La tarde continuó, el muñeco se encargo de estar todo el día pegado a su humano, hasta que en cierto momento Wooyoung se transformó, quedando sentado en sus piernas, Seonghwa se quejo y se apresuró para apartarlo.

Sweet Little DollsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora