14. Protea

115 17 18
                                    

Todo llega a su fin, fue lo que pensó Hongjoong aceptando que moriría sin haber podido decirle la verdad a Seonghwa, ese sería un final adecuado para alguien como él, siempre siendo un peso para todos, siendo tan egoísta... No merecía un final digno.

"No puedes depender de él, demuéstrale que eres todo lo que el ama." Las palabras de Jongho resonaron en su cabeza, recordó aquella vez que dijo que Seonghwa no podía amarlo y supo que esas palabras habían dolido mas de lo que quiso, su corazón se estrujo de solo pensar que su amado muñeco solo estaba con él por ser su dueño. Tenía que arreglar eso cuanto antes, tenía que decirle a Seonghwa la verdad, tenía que confesarle sus desbordantes sentimientos.

Mingi miro su mano, había aparecido una pequeña protea en sus manos, la miro confundido, no había buscado sacar su arma, hasta que se dio cuenta de que no era su arma, sino solo una simple flor. Miró hacia arriba y descubrió que había caído de su compañero, aunque esté no lo había notado.

Es Hongjoong— San le dijo y Mingi ladeo la cabeza confundido— su fuerza es mucho más grande que antes- miro su arma, la cual apareció sin haberla necesitado— es como si nos dijera que necesita ayuda y por eso nuestras armas responden... Bueno eso es lo que creo, no me hagas mucho caso— sonrió restándole importancia. Recuerda haber visto algo así en su libro, pero no estaba seguro.

Pero yo no soy muñeco de Hongjoong— esto hizo que San borrara su sonrisa, recordando ese pequeño detalle.

¡Es cierto! Yunho es tu humano— se sorprendió, entonces no habría razón por que Mingi reaccionara al poder de Hongjoong— tal vez... ¿Eres también de Hongjoong? No, eso no es posible— negó varias veces mientras intentaba descubrir una razón, Mingi soltó una pequeña risa— ¿Sera que Wooyoung te esta pasando de su energía? Eso es posible, cuando un muñeco no aguanta el poder de su humano, se lo pasa a alguien con una conexión fuerte, que supere cualquier cosa— San sonrió olvidando la gravedad del asunto. Mingi negó divertido, San siempre apresuradose a sacar conclusiones.

De hecho... Creo que la flor es tuya— se rasco la nuca y con su otra mano señaló el cabello de San que estaba lleno de esas flores— seguro cayo— sonrió divertido.

¡Tengo flores!— salto emocionado, San agarro una pequeña protea, la cual se veía débil, sonrió feliz, estaba seguro de que era Hongjoong.

San decidió que esa flor era muy bonita, casi sintió que su corazón latía con rapidez, era amigo de Hongjoong y podía decir que esa flor solo era porque estaba bien, o algo parecido, miro a Mingi y este estaba igual de emocionado, en especial porque las flores eran su especialidad. Siguieron caminando, habían descansado un poco antes y ya se sentían mucho mejor.

Jongho sintio comezón en su nariz y cuando abrió los ojos se dio cuenta de que la causa era una flor, una bonita flor que nunca había visto, se levanto y vio que Yeosang tenía las mismas flores sobre su cuerpo.

Comenzaron a aparecer de la nada— escucho la voz de Yunho lo que lo asusto— lo siento— soltó una pequeña risa, atrajo a Jongho hasta su lado, no quería que este comenzara a correr solo por las flores, no quería verlo alejado.

Son bonitas, pero no se que quieren decir— dejo que Yunho lo abrazara de lado, se sentía cómodo y a la vez preocupado, esas flores tenían que ser obra de Hongjoong, pero no sabía si eso era algo bueno o malo— ¿Y si Hongjoong esta en peligro?— miro hacía arriba encontrándose con los ojos de Yunho.

Estará bien, es Hongjoong— Yunho recargo su cabeza en el hombro de Jongho queriendo dormir otro rato a su lado, esas flores lo habían despertado— seguro que Seonghwa esta con él— dijo esperando que fuera de esa forma.

Tienes razón, cuando todo cayo ellos estaban cerca— Jongho sonrió confiando en que su humano se encontraba al lado de Seonghwa.

Yeosang fue el ultimo en abrir los ojos, un poco somnoliento toco la flor y se dio cuenta de que esas flores no eran solo un adorno bonito que Hongjoong les había regalado, sabía que el humano estaba a punto de morir, todo porque había proteas casi marchitas a pesar de que apenas habían salido.

Sweet Little DollsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora