Ch 6. Siete de Picas

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Narra Tsubasa

Hacía frío, hacía bastante frío. El banco no era muy cómodo, pero era lo único que había en kilómetros a la redonda. Me senté, acurrucado para conservar el máximo calor posible. Pero anochecía, y comenzaba a hacer más y más frío. No se veía casi nada. Por mi espalda, oí unos pasos. No me giré. La persona cubrió con una manta, y me abrazó. Ya no tenía frío, ya no.

-Tú... -le susurré, apoyando mi cabeza en su hombro.

-Tsubasa... -Me respondió, fijándose en mí su extraño iris, mientras se levantaba y se alejaba.

-Tsubasa. Tsubasa. ¡Tsubasa! ¿Me oyes? -Me casi gritó una voz, despertándome de sopetón, con el móvil en la mano. Lo miré.

Llamada de Vincent Delacroix, duración 00:03

Y subiendo. ¿Había contestado? Seguramente pensaría que era la alarma y lo habría hecho inconscientemente.

Espera, ¿por qué me llama?

Espera, ¿qué hora es? ¡Dios, hay clase!

-¿Vinc... Delacroix? -Susurré, acercando el móvil a mi oreja, confuso.

-¿Aún no te habías despertado? Agh, ¡entras en media hora! Lo sabía... -Comentó, resignado, sin comprenderle yo.

-¿Qué? ¿Media hora? ¡Mierda, me he dormido! Espera, ¿por qué me llamaste?-Quise saber, aún algo aletargado.

-Supuse que ayer te dormiste sin contestarme, y sin poner la alarma. Te tuve hasta tarde, perdona... -Me confesó, con arrepentimiento en la voz. ¿Por eso me llamaba? Se tomaba muchas molestias para conocerme tan poco. Pero me gustaba, y lo agradecía mucho. Y, de hecho, me había dormido.

-¡Delacroix! Yo... ¡Gracias por llamarme! Me había dormido -repetí lo obvio, nervioso-... Ayer mi teléfono se bloqueó, no te pude despedir, lo sient...

-No importa -me cortó con calidez en la voz-. Me supuse algo así. ¡Venga, vas a llegar tarde! Buen día, Ito -susurró.

-¡Buen día! Y, otra vez, Delacroix... Gracias -sonreí afable, aunque no pudiera verme mi voz portaba ese matiz.

-¡! N... N... Nada, nada... -Tartamudeó, nervioso-... ¡Chao! -Exclamó, y cortó sin más.

En cuanto colgó, posé el teléfono y me fui hacia el baño para darme una rápida ducha. Bajo el agua fría me di cuenta de algo, ¿no había soñado esa noche? Recordaba vagamente, frío, y a alguien diciendo mi nombre. Y unos ojos extraños, al menos el que pude ver. Decidí dejar el mundo onírico para cuando tuviese menos prisa, y me sequé y me vestí a toda prisa, con unos simples vaqueros y una sudadera negra que rezaba "No way" en rosa metálico. Una vez que vas con zapatos italianos al primer día de clase, te da igual lo que piensen de ti. "¡Desayunar es secundario!", pensé saliendo de casa a toda prisa, con la mochila a cuestas.

Entré en clase tarde, pero el profesor aún no había llegado, al parecer. Respiré aliviado, y busqué con la mirada a Delacroix, sin encontrarlo. Le mandé un mensaje, algo preocupado. Antes de poder asegurarme de su estado, el profesor de Filosofía entró en el aula, y comenzó a impartir su clase sin reparar en presentaciones. Era un hombre extraño, pero me había caído bien. Su asignatura, de hecho, era la única no científica que me gustaba.

Entre clase y clase, fui mirando el teléfono, sin obtener respuesta de Delacroix. En el recreo, decidí llamarle, pero tampoco contestó. Me empezaba a preocupar seriamente por el chico. Justo cuando estaba acabando el recreo, recibí un mensaje de audio suyo. Me puse los cascos y le escuché.

"No te preocupes, ¡estoy bien! Solo algo enfermo, no pude dormir de noche por la fiebre, y tengo miedo de contagiart... A alguien -trató de rectificar, pretendiendo que no se dirigía en exclusiva a mí-, así que... Suerte en clase, Ito"

Después de clase [Yaoi/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora