Una bonita casa en el lago- parte 2.
-Esta es la nuestra- dijo Elizabeth mientras entrabamos a una habitación.
Era enorme, con puertas de cristal corredizas que daban al balcón de enfrente. Lancé mi bolsa de viaje a la cama y salí al balcón, desde ahí se podía ver todo el lago, parecía infinito.
Escuche a alguien reir.
Busque la fuente de las risas solo para encontrar a Monique y Parker en esos tipo corredores que se encuentran sobre algunos lago. Parker corrió hasta el final con Monique en brazos riendo. El salto al agua. Pocos segundos después ambos flotaron hasta la orilla mientras Moni gritaba; -¡Otra vez!- como los niños pequeños.
-¿No piensas cambiarte?- pregunto Elizabeth. Ella ya vestía un lindo traje de baño rojo sin tirantes, le sentaba bien, el rojo resaltaba su piel blanca y su loco cabello azul que ahora se encontraba en una coleta alta, en una mano llevaba una botella de bloqueador solar y en otra una toalla azul bebe.
-Quiero comer algo primero,- le dije, no era exactamente una mentira por que si tenía hambre.
Elizabeth asintio, -Los cuidadores de la casa llenaron el refrigerador antes de que llegaramos, toma lo que quieras.- esta vez fue mi turno de asentir.Justo antes de que saliera note algo en su pecho, el nombre ''Jace Blackwell'' se encontraba escrito con bonita caligrafía en el lado del pecho donde se supone que va el corazón. Rodé los ojos, ellos eran tan dulces que me provocaban diabetes.
Cambie mi ropa por el traje de baño dorado que Elizabeth me había dado antes, tome una toalla de mi bolsa de viaje y me encamine escaleras abajo. La cocina bastante grande por cierto se encontraba sola ya que todos estaban fuera disfrutando del sol y el calor. Me recargue en la barra pensando en lo que se supone que haría, ¿golpearlo? nah, ¿poner pica-pica en toda su ropa y cama? nah infantil, tenía que pensarlo mejor, por que esos días serían de lo peor para aquel idiota. Mejor me apresure a abrir el refrigerador para ver que se encontraba dentro, y bueno se encontraba lleno, bastante. Había exactamente mucho de todo. Saque una lata de jugo de uva y un sandwich de helado, rebusque en la alazana y encontré lo que estaba buscando, a este viaje venía Elizabeth estaba claro que abría un montón de dulces. Abrí el paquete de galletas y saque dos, eran de chocolate con relleno de chocolate y chispas de mas chocolate con nueces, muy genial.
Me sente en el taburete de la barra y comí mis muy deliciosas golosinas.
-¿Engordando tan rápido?- se burlo la horrible y chillona voz de Lynneth.
Ah regañadientes baje mi galleta y la enfrente. -¿Y a caso te importa una mierda mi vida?-
Ella fingió pensarlo por un momento, -Realmente no, así que puedes engordar tanto como una horrible ballena rubia.- me giño un ojo.
-¿Te has viso en un espejo cariño?- le pregunte, si había algo peor que decirle a una chica ''fea'' era decirle que era gorda, aun cuando no lo era. -Tienes algunos quilos de mas, pero no te preocupes engordaremos juntas.- esta vez fui yo quien le guiño.
Vi como sus ojos brillaban de puro odio, y sonreí para mis adentros, eso es chica, odiame.
-Tal vez gorda.- escupió las palabras, -Pero con Alexander- sonrió con suficiencia.
-¿Es en serio?- le pregunte divertida. -¿Te das cuenta que el y yo estamos destinados a estar juntos?-
Vi como poco a poco la sonrisa de su rostro se borraba. -Tu solo eres su juguete algo de lo que al final no se acordara, solo eres una piedra en su camino.- estaba consiente de que estaba siendo una perra pero no me importaba, ella lo merecía.
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Los Últimos Talentos.
FantasySinopsis No soy normal, o al menos las personas normalmente no sienten las emociones de los otros, escapar de casa a los 10 años es una mierda, ahora tengo 17 y prácticamente están cazando mi trasero todos los días, eso fue hasta que me encontraron...