Shinso Hitoshi quiere ser un héroe y sabiendo que su quirk no es muy poderoso, decide pedir ayuda a Aizawa sensei. Por alguna razón, Aizawa no puede seguir con el entrenamiento dejando a Shinso en manos de su mejor alumna.
La nueva sensei de Shinso...
—Shinso-kun —canturreo Tetsu mientras llegaba corriendo hacia el patio para el entrenamiento.
El peli morado había llegado hacía varios minutos y ya estaba calentando pero se detuvo al ver a la chica curiosamente muy feliz.
—Elige una carta. —comentó mientras posiciona una baraja de cartas inglesas frente a ella con las cartas boca abajo.
—¿Ahora quieres ser una maga? —preguntó el chico con media sonrisa mientras agarraba una al azar.
La miró y su media sonrisa desapareció.
—Ahora tienes que decirme que te salió. —dijo la chica con una sonrisa amplia.
—Eres una patada en el culo, ¿lo sabes?
El peli morado le lanzó la carta en la cara mientras se daba media vuelta para iniciar el entrenamiento. Tetsu la tomó y leyó lo que decía en aquel tres de corazones.
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Cien flexiones, cien sentadillas y cien abdominales. No iba a ser un entrenamiento muy extenso a decir verdad.
—Bueno —dijo Tetsu mientras metía la carta nuevamente a la baraja —. Había unos peores pero también había una carta que valía para un ramen por mi cuenta y otra que valía para un día de descanso.
Hitoshi comenzó con las flexiones rápidamente. En realidad su cuerpo ya era bastante fuerte por lo que Tetsu consideró que a lo mejor aquel entrenamiento era demasiado poco eficiente. Sin decir nada terminó sentándose en la espalda del chico haciendo que sus brazos fallaran y cayera de cara sobre el suelo.
—Maldita cerda, quítate de encima. —se quejó el chico.
—Si logras hacer todos los ejercicios con mi peso encima, yo pago la comida que quieras.
Shinso aceptó el reto y sobre esforzándose al máximo, logró hacer todos los ejercicios con el peso de la chica. Durante las flexiones ella estaba sentada en su espalda. En las sentadillas, Shinso la cargó mientras las realizaba, ciertamente fueron las más complicadas. En los abdominales no tenían muy en claro como hacerlo por lo que terminaron en una posición un tanto incómoda y compleja que le dificultó el trabajo al chico. Fue gracias a sus ganas de una comida gratis que logró terminar con todos los ejercicios.
—Es la última maldita vez que te pagaré la comida. —se quejó Tetsu
—Tú dijiste que yo podía elegir lo que quería comer.
—Si. Pero maldita sea, me refería a un ramen o Yakiniku. No un maldito buffet de sushi. —volvió a quejarse mientras agarraba medio rollo que pasaba frente a ella.
Tras haber completado los ejercicios, Shinso arrastró a la pelinegra a un nuevo restaurante de sushi. Su temática era simple: come todo lo que quieras. Se sentaban en fila y frente a ellos pasaba una banda con diversos platillos y eras libre de elegir lo que fuera.
