Sweet

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Martes. 3 días para la confesión.

— ¡S-S-Saiki-s-san! ¡BUENAS TAR- DÍAS! Buenos días...

Saiki se posó a un lado de Ryu, respondiendo un "buenos días" por telepatía.

Ryu no podía encontrarse más nervioso. Su comportamiento de ayer no era el más adecuado, además de la impresión que debió causar. Se había propuesto a no cagarla, y lo había hecho tan solo al pasar unos pocos minutos.

"¿No se dió cuenta de qué prácticamente se confesó en frente mío y de mis padres?"

No, Ryu no se había dado cuenta de ese pequeño detalle. Eso hizo que el pelirosa suspirara.

"Menos mal y mis padres tampoco entendieron la situación" que sus progenitores no fueran normales, había ayudado bastante.

— ¡Oh! Tengo que llevar unos papeles, te veré más tar... Nos vemos otro día...

"¿Por qué Saiki querría pasar tiempo conmigo? Que tonto" pensó al mismo tiempo que le regalaba una pequeña sonrisa al pelirosa.

Saiki no dijo nada y observó cada paso que dió el más alto antes de que este ya no estuviera en su campo de visión. Nadie se había preocupado por su comodidad, y tal vez por eso Ryu no le terminaba de desagradar.

De hecho, era el único con el que se sentía cómodo... Y era justamente el chico que ahora lo evitaba.

Eso no lo tenía nada contento.

[...]

— ¿Saiki-san? —preguntó confundido al ver a su pelirosa favorito frente a su casillero. Un pequeño sonrojo se posó en sus mejillas al imaginar que este se encontraba esperándolo.— ¿Q-Quieres que te lleve a casa? —Preguntó aún sabiendo de la situación incómoda que se podría llegar a presentar si volvía a encontrarse con sus padres... Estaba dispuesto a hacerlo si con eso Saiki pasaba más tiempo con él.

- 'iré a la cafetería a la que suelo frecuentar' -respondió al mismo tiempo que una diminuta sonrisa se formaba en su rostro. No era nada común en él... Pero ahora ya no veía la necesidad de esconder su sonrisa cuando realmente se sentía bien en ese momento.

 — ¡Y-Ya veo! —dijo cambiándose los zapatos rápidamente debatiendo en su mente si Saiki le había propuesto que le acompañara. Estaba ilusionado.

Ryu sintió un gran revoltijo en el estómago al notar como el contrario lo esperaba. Sus ojos le traicionaron, rápidamente limpio con su manga una lágrima rebelde intentando no ser visto por el psíquico, claramente fallando en el proceso.

"¿Estoy soñando?"

"No, no lo es"

Y con las espectativas en alto, emprendieron camino a aquella tienda de dulces.

.

.

.

        Los ojos cerrados de su acompañante, el sonrojo en sus mejillas llenas de gelatina junto con un poco de crema batida esparcida en el borde de sus labios.

Ryu podía jurar que era lo mejor que había presenciado en la vida. Estaba seguro de que aquella imágen de su crush nunca abandonaría su cabeza, jamás le dejaría de encantar, y menos permitiría que escapara de su acelerado corazón.

Verlo tan de cerca era increíble, y no se perdería ni un pequeño detalle.

Y Saiki jamás le objetó nada durante la salida...

Después de todo, la atención que le brindaba llegó a agradarle. Su pecho se sentía cálido, y ahora ya no sabía si el sonrojo era por su gusto en aquella gelatina esponjosa o por aquel jóven encantador.

Aún sin saber la respuesta, Kusuo sentía que cualquiera que fuera la razón, estaba bien.

SWEET LETTERS // Saiki Kusuo ✔️✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora