Capítulo 2

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Tengo que correr, necesito correr. La tranquilidad de mi vida depende de ello, ¿por qué lo se? Solo lo sé, lo siento. Ese chico me va a traer problemas. A si que caminé lo más rápido posible por el pasillo de la escuela y me adentre en mi próxima clase (Matemáticas). Como siempre, la primera en llegar.

Soy muy mala en Mates, tantos números y formulas me confunden, no debería ser tan necesario aprenderce todos esos teoremas.

La clase llevaba un ritmo muy normal hasta...

-Buenos días!!!- y ahí llegó el señor sonrisas y lágrimas "mi mejor amigo Alex"

El profesor lo ignoró, de hecho la clase entera lo ignoró. Es de esos chicos que se esfuerza por ser popular, pero no lo son, es prácticamente casi invisible. Lo único llamativo que tiene son sus ojos verdes agua. Se dirige a mi y se sienta a mi lado, me ofrece una amplia y amigable sonrisa.

-Buenos días pudin- dijo sacando un cuaderno verde de la mochila y un lápiz de parecía un arcoíris. Es un poco afeminado.

-Son buenos para ti- dije sin rodeos. No quiero hablar mucho hoy.

Apoyé el codo a a mesa y mi mejilla en la mano.

-Exapto, Ángela me a pedido salir, ¿y sabes que quiere decir con salir no?- dijo con tono pícaro. -Necesito que me lleves a la farmacia esta tarde.

-No, de ninguna manera- me hizo un puchero- esta bien pero no porque pusiste cara de estreñido sino para salir de ti que el profesor está explicando algo que todavía no e llegado a comprender- le dije dirigiendo mi mirada hacia la pizarra.

Terminadas las clases me fui al estacionamiento en busca de mi moto con Alex. Quiero desaparecerme de esta escuela pero ya.

Cogo los cascos, le lanzo uno a Alex y el otro me lo pongo, siempre traigo uno de más para estos casos. Me siento a horcajadas en la moto y Alex me imita. Arranco la máquina y ruge como el animal potente que es.

¡Me encanta mi cacharro!

.....

Después de un largo trayecto de llevar a Alex a la farmacia y luego a su apartamento. Entro a mi casa agotada, me tiro en el sofá. Mis padres no están en casa hoy ni lo estarán hasta mañana. Mi padre está en un viaje de negocios. Mientras que mi madre está trabajando toda la noche en la sala de urgencias.

Bien, tengo la casa para mí sola. Me hace sobresaltar un pequeño ruido proveniente de mis vaqueros. Saco el móvil para ver una notificación de un número desconocido.

N.D: Hola Sofía, ¿te e dicho que no te vas a librar de mi tan fácilmente? No verdad, ahora te lo estoy diciendo.

Sofía: ¿Quien eres tú?

N.D: Digamos... que me conoces de algún lado. Esto te lo afirmo.

Sofía: Eres Mario ¿sierto?

N.D: Chica lista.

Sofía: ¿Te puedo pedir un favor?

N.D: Dime

Sofía: ¡Déjame en paz!

N.D: Eso nunca

Rodee los ojos, ese tipo. ¿Por que se hacerca a mi? Yo no tengo nada que ver con él ¿o si?

La familiaridad que desprendía inconscientemente se aferraba a mi en todos los sentidos y yo no puedo evitar la curiosidad.

.........

-My lady, hoy estás más bella que nunca. -Me mira de arriba a abajo con esa sonrisa pícara que tanto me gusta.

Llevaba un vestido francés mangas largas, tela muy refinada de color azul con adornos en dorado y el pelo suelto como de costumbre. El chico me tendió su mano para ayudarme a bajar del carruaje y yo la acepté sin dudar

-Gracias my lord- le digo jugetonamente.

Me da un corto beso en la muñeca, me susurra un "De nada" y me guiña el ojo.

-Mario no te hubieras tomado tantas molestias en traerme aquí, son muy costosas las entradas.- digo un poco apenada contemplando el lugar.

-A mi princesa le doy eso y más.

Me agarra del brazo para luego dirigirnos a "El Gran Teatro de Ópera"

Mentes Confusas (Pronto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora