POR TI © (NUEVA VERSIÓN EN EDICIÓN)

Prólogo

¿Sabéis? Huir no es a veces la mejor solución...

Pero eso nunca lo piensas cuando estás volando por encima del Atlántico Norte.

Tampoco lo piensas cuando regresas.

La misma distancia de la que te fuiste, seis mil kilómetros de separación.

Pero la distancia a lo ocurrido mucho mayor de lo que pensaba.

Lo que te aseguro que piensas es : "¿Y si hubiera estado al margen"?

Cómo había hecho toda la vida.

Por eso huir no es la mejor solución.

Porque la gente puede cambiar.

Pero tú eres el que te llevas el mayor impacto al ver que todo cambia.

Eso fue lo que me ocurrió.

Quise resistir.

Quise enfrentar el problema.

Sin saber que poco a poco me estaba hundiendo más y más.

Y te acabas hundiendo completamente.

Hasta tocar fondo y salir con el impulso que te da la condena a la que tú misma te sometiste.

¿Sabes cuál es el momento en el que te das cuenta de que huir no es siempre la mejor solución?

Cuando estás en una corriente fría, nadando en sentido contrario y pensando que pronto llegarás a la superficie.

Pero no hay superficie segura.

Piensas que la hay, e incluso puedes aferrarte con las uñas a ella.

Aunque nunca podrás tocarla con las plantas de tus pies.

Claro que no piensas en eso cuando crees que vas en un barco que todo lo puede.

Sin embargo, el barco es sólo una ilusión creada por la mínima parte existente de los buenos momentos.

Lo más horrible es que nunca podrás olvidar ese barco.

Yo solo os puedo dar un consejo:

No nadéis a contracorriente con algo tirándote del pie.

O alguien.