Capitulo 23: Oops

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Mientras manejábamos de vuelta a la casa de los Demon, tenía que admitir lo bien que se sentía estar detrás del volante del Jeep de Ban. El ronroneo del motor cuando presionaba el pedal era intoxicante. Tomaba las vueltas de la carretera más rápido de lo normal que con mi auto, pero el Jeep podía soportarlo. Cada tanto Zeldris daba un pequeño suspiro, indicando que estaba haciendo algo demasiado arriesgado para su gusto. Yo, usualmente, retornaba sus suspiros sacándole la lengua. Muy inmaduro, lo sé, pero me estaba divirtiendo y si de verdad hubiera estado preocupado, me habría sacado el volante de las manos para esos momentos.

Sabía que nos estábamos acercando a lo de los Demon cuando vi un extenso campo mojado por la lluvia hacia la izquierda.

-Zeldris... ¿podemos por favor?- pregunté dulcemente.

-Gelda, Ban va a matarte si le embarras el auto, lo sabes. Okey, bueno no dejaré que te mate en realidad, pero querrá vengarse de alguna forma y si fuera tú, tendría más miedo a eso que a la muerte.- Dijo completamente serio.

En mi cabeza, iba en ambas direcciones…solo era un poco de barro, ¿cuánto podría enojarse? Lavaría el auto por la mañana y quedaría como nuevo. Quizás ni lo notaria. Mis manos giraron el volante hacia la izquierda y el Jeep saltó de la carretera hacia el césped. Las manos de Zeldris volaron al techo para evitar los saltitos del auto.

-Gelda, amor, querrás disminuir la velocidad antes de que salgamos volando sino seremos historia.- La voz de Zeldris estaba extremadamente tensa.

-Bien.- Murmuré mientras levantaba ligeramente mi pie del acelerador. Recordando como Elizabeth había metido al Jeep al estacionamiento, decidí intentarlo. Disparé el motor y rápidamente giré el volante a la derecha, haciendo que la parte trasera del Jeep coleara y nos girara por el campo. La adrenalina era tonificante y me hizo reír. Zeldris estaba sentado, tranquilo, en el asiento de pasajeros. Cada tanto le escuchaba reírse o le veía tomarse del techo o las manijas con más fuerza, pero nunca me hizo detener.

El barro comenzaba a cubrir el parabrisas del Jeep y decidí que estaba presionando mi suerte con cuanto podría soportar Ban. Encendí los limpiaparabrisas, y miré a Zeldris.

-Está bien, termine con mi prueba de manejo. ¿Listo para ir a casa?-

-Absolutamente, al menos el Jeep está en una pieza…Ban estará feliz. Obviamente ya no puedes estar seguro de que color es…quizás tengamos algo que decir sobre eso.- Su sonrisa me hizo ruborizar. Sabía que no dejaria que Ban me hiciera nada.

Volamos hacia la carretera, salpicando agua mientras salíamos del campo. Zeldris me alzó sus cejas.

-¿Qué? Estaba tratando de quitar algo de lodo.- Él no me lo creyó, por la sonrisa en su rostro. De vuelta al pavimento, presioné el acelerador y escuché el motor rugir.

-¿Que ocurrió con mi Gelda que respeta las normas? ¿Qué pensaría tu padre? Definitivamente estas pasándote del límite establecido de velocidad, cariño.- Bromeó Zeldris.

-¡Estoy segura de que mi papa tampoco está manejando el Porsche de Elizabeth a 35 km/h tampoco! ¡Ohh ahí está tu calzada, sostente Zeldris!- apreté el acelerador y lancé el volante hacia la derecha, haciendo que la cola del Jeep volara violentamente detrás de nosotros y girase abruptamente en la calzada de los Demon. El chirrido de los neumáticos hizo eco en la distancia. Escuché a Zeldris maldecir en voz baja.

-Gelda, ¿podrías bajar la velocidad? Ahora estamos en la calzada, ¡solo porque sea larga no quiere decir que tengas que ir rápido!- podía escuchar el ruego en su voz, pero esto era demasiado divertido y quizás nunca volvería a ver el Jeep después de esto, así que quería unos segundos más de diversión.

Habilidades Paternales [NNT Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora