Capitulo 32: Otro Lunes

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Nuevamente lunes por la mañana, aun odiaba las mañanas de los lunes. Otro fin de semana llena de boberías y diversión con los pecados se había terminado y necesitaba alistarme para la escuela. Zeldris debió de llevarme arriba, porque lo último que recordaba era a él tocando mi nana en el piano. Me desperté en otras dos ocasiones, una cuando Zel lloró porque Zeldris había dejado de tocar y otra por que Ban había bajado las escaleras aclamando su victoria por haber cambiado un pañal con popó sin sentir arcadas ni una sola vez y sin usar indumentaria protectora.

Me di la vuelta viendo a Zeldris sentado en el sofá con Zel en brazos. Que pareja esos dos, mis búhos nocturnos.

-Entonces, ahora que el sol sale el pequeño búho duerme ¿verdad?- dije mientras me estiraba, saliendo de la cama.

-Si, finalmente duerme.- Zeldris se puso de pie y lo acostó en la cuna antes de acercarse y darme un abrazo.

-A pesar de que extrañaré al pequeño estaré feliz de ser la única que pueda pasar las noches acurrucada contigo.- Le di un rápido beso y fui a cambiarme.

La casa de los Demon estaba excepcionalmente tranquila mientras bajábamos. Elizabeth y Zelda estaban sentadas con sweaters y con calzas blancas haciendo juego, estaba hablando con Diane quien tenía a Zoe en brazos. Meliodas estaba en la computadora con King y Ban, trabajando en algo que los tenia hablando bastante pero no lograba que pudiera seguirlos. Elaine tenía a Zachary en el sofá y le estaba aplicando lo que parecía ser maquillaje al dedo herido para hacerlo menos notable. Zack estaba sentado en los brazos de Perséfone, tomando un biberón antes de ir a la escuela.

Zeldris y yo fuimos a la cocina para darle un biberón a Zel. Me senté en la mesa de la cocina y mire a Zeldris pasear por la sala, preparando la botella y luego alcanzándomela con una sonrisa.

-¿Por qué tan callada?- me preguntó mirándome a los ojos. Sentí las lágrimas comenzando a llenar mis ojos y rápidamente mire a Zel.

-Es Lunes, tu sabes cuánto odio los lunes.- Murmuré rehusándome a mirarle. Le escuché suspirar.

Zel tenía su biberón, Zack terminó el suyo y estábamos listos para ir al instituto. Meliodas y los chicos debieron de tener éxito con lo que fuera que estuvieran haciendo por que los vi chocar los cinco y Zeldris comenzó a reír.

-¿De qué están tan felices?- pregunté.

-Ellos, a diferencia de ti, les encanta los lunes.- Respondió Zeldris con una sonrisa cómplice. No traté de esconder mi confusión, lo cual solo le hizo reír más. -Ya verás Gelda. Vamos, tenemos que ir al instituto. Yo manejo…- llevó a Zel al camaro y lo acomodó en su sillita.

-Buenos días hermoso auto nuevo que no puedo manejar.- Dije mientras palmeaba el techo y me sentaba en el asiento delantero. Zeldris se rio de mí.

Nosotros nos fuimos primeros de la casa, Ban y Elaine estaban acomodando a los chicos en el asiento del patrullero. Creo que Elaine sentía que estarían más seguros allí y nadie les haría nada estando en un patrullero. Elizabeth y Meliodas aún estaban empacando las cosas esenciales de Zelda en el maletero del auto.

King y Diane acomodaban a Zoe en la Lamborghini. King llevaba una pañalera en el hombro.

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Cuando nos acercábamos al estacionamiento del instituto, Zeldris decidió hacer una gran entrada haciendo resonar el motor en el lugar. Si el brillante color azul de mi auto no era suficiente para hacer que la gente lo notara, el sonido del auto hacia que la gente se desmayara.

-Qué bueno que no te gusta llamar la atención mi querido novio. Vaya forma...- le dije. Él se volteó y me dio una deslumbrante sonrisa.

-Sé que te encantó, y...me amas.- Se inclinó y me dio un beso antes de que saliéramos del auto. Cuando me aparté de él, noté que una multitud comenzaba a amontonarse frente a nosotros.

Habilidades Paternales [NNT Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora