Décimo segundo capítulo.
Estacionó el auto y fueron directo a un depósito que tenía el edificio en el subsuelo.
-Espera aquí -le pidió a Luka y entró al espacio donde había guardado el regalo para una próxima ocasión, pero pensándolo bien, este era el momento perfecto.
-Wuooo -exclamó cuando la vio- ¿es tuya?
-No no -sonrió antes de agregar- es tuya.
Luka dejó la mochila tirada en el suelo y se acercó para agarrar su nueva bicicleta, la había comprado asesorado por un especialista quien lo guió ante decenas de especificaciones que no entendió, pero por lo visto llamaron la atención de su hijo y lo sacaron del ánimo decaído que traía desde el día anterior.
De lo poco que sabía de su hijo, en este última semana había aprendido algo nuevo, amaba la vida al aire libre, acampar, pescar, caminar y andar en bicicleta. Lo mejor fue darse cuenta que él podría disfrutarlo junto a Luka si iba en el camino correcto, y estaba seguro que era así. La discusión anterior con su madre, la crueldad con la que se refirió a Pete y su pequeño solo hizo mas firme la idea que ya no quería ese tipo de vida. Debía salirse del ala de la mujer que siempre marcó su camino. Si nadie la conociera, pensaría que era una alfa, y tal vez así era en su alma. No había mucho que pudiera llamarse maternal en ella, en su vida dictó las normas y su padre no fue más que una sombra casi ausente y sin voz en su familia. Había detestado crecer de esa forma, entonces ¿Porqué había hecho lo mismo con su propio hijo?
-¿La podemos probar ahora? -la voz juvenil lo sacó de los pensamientos sombríos- ¿tienes la tuya?
-Si -sacó otra bicicleta bastante parecida y la dejó al lado de la de su hijo- hay que guardar la mochila y buscar botellas con agua.
En menos de 10 minutos ya tenían todo listo. El día que las compró, tambien se hizo con un soporte para trasladarlas en el auto, y era mejor así, prefería recorrer caminos poco transitados a las calles de la ciudad. Cargó un bolso con algunos bocadillos, agua y metió el casco que le habían recomendado, y es que no quería arriesgarse a que se golpeara si se caía en el paseo.
Salieron de la ciudad de inmediato y llegaron a un camino que los llevaba a una gran costa poco concurrida, el lugar era ideal. Por mas de uno hora se dedicaron a recorrer los caminos rudimentarios, esquivando montículos de tierra y algunos troncos caidos. Ya entrada la siesta pararon para comer y descansar antes de avanzar un poco más. Con el celular le sacó una foto que mas tarde enviaría a Pete y se quedó mirándola, maravillándose en el parecido de su pequeño con el omega.
-Papá... -habló luego de haber terminado un sándwich improvisado- ¿Qué pasó en lo de la abuela? ¿Esa omega es tu novia?
-Esa omega era mi novia, ya no lo es -aclaró de inmediato para que no hubiera confusiones -solo que a la abuela no le gustó enterarse.
-Ahhhh -miró sus manos y luego al frente antes de preguntar- ¿Vas a volver con ella? ¿Eso quiere?
-No hijo -buscó sus ojos- eso no va a pasar.
-Ahhh okey -lo vio apretarse las manos antes de continuar- ¿Porqué no me quiere la abuela?
No supo que contestar, porque su hijo ya no era un bebé y podía percibir que su madre no se comportaba como tenía que ser.
-Escuchame ¿si? -intentaría explicarle tal cual lo pensaba él- creo que la abuela te quiere, pero a veces su cariño no es el que deseamos ni el que debería ser...es una persona complicada.
-Se que dice cosas de mi papá Pete...
-¿Qué cosas?
-No lo sé bien -se explicó como lo percibía- así como que papá te saca dinero...
Apretó los puños, no podía creer que su madre llegara a hacer comentarios delante del menor, pero sabía que esa era la verdad.
-No volverá a pasar -le aseguró- no voy a permitir que vuelva a decir algo malo de tu papá Pete.
-Además -agregó mientras asentía ante sus palabras- lo de los hongos es verdad.
-Lo sé -acarició su pelo- no tendrás que escuchar un comentario de ese tipo nunca más, no volveremos a menos que ella cambie su actitud.
-¿No la vas a ver más? -sus ojos mostraban asombro.
-Quiero mucho a mi madre -intentó explicar- pero te quiero mucho mas a ti.
La sonrisa de Luka iluminó todo. Se tiraron en el cesped con los brazos bajo la cabeza y observaron el cielo en silencio, el sol calentándoles el cuerpo que todavía se mantenía transpirado mientras hablaban de cosas sin sentido.
Recorrieron un poco más hasta que el agotamiento los hizo desistir de seguir avanzando. De camino al departamento pararon para una merienda rápida, notaba que el adolescente estaba a punto caer por el cansancio, así que le indicó que subiera a bañarse mientras guardaba lo que habían usado.
Aprovechó a buscar en una despensa cercana algunos ingredientes para preparar la cena. Media hora después ingresó al departamento donde solo dos luces estaban encendidas. Llamó al menor y al no obtener respuesta inmediata corrió a buscarlo.
Lo vio tirado en la cama, el pelo seguía húmedo y llevaba puesto un pijama, un ronquido sutil salía de su boca. Se acercó para taparlo con una colcha dejada a los pies de la cama, luego de cubrirlo le movió el pelo de la frente y le depositó un beso apenas perceptible.
En el baño pasó por una ducha rápida para luego de terminar, poner una comida sencilla al horno. Aprovechó el silencio para revisar los extractos de cuentas bancarias e inversiones en diferentes empresas. Hace más de un año atrás se había interesado en algunos negocios inmobiliarios que lentamente iban creciendo, estaba seguro que de seguir así, su salida de la empresa familiar no sería un golpe tan duro, y aún perdiendo el departamento, podía permitirse vivir de manera cómoda.
Sus pensamientos empezaron a vagar hasta detenerse, como cada vez mas seguido, en el omega. Esta vez analizó las cosas que Luka habia escuchado sobre su padre y sintió el enojo burbujear en la boca del estómago. Se dijo a sí mismo que no lo permitiría nunca más, aunque eso significara cortar los lazos con sus padres.
Un sonido rítmico llamó su atención, un ruido discordante que alertó que algo no estaba bien. Corrió hasta el lugar de donde venía, recorrió el pasillo hasta la habitación donde Luka se removía como en trance, las lágrimas caían mientras algunos alaridos salían de él. Sus rodillas hicieron contacto con el suelo e intentó que lo mirara, que dijera que estaba mal.
-Paapaaa -graznó de forma dolorosa.
-Luka, por favor -lo tomó en sus brazos y lo apretó contra su pecho- vamos hijo mirame.
-Paapaaa -repitió una vez más, apenas pasó su palabra por la garganta.
-Por favor -apoyó la frente sobre la suya y algunas lágrimas comenzaron a deslizarse por su rostro- necesito saber que pasa.
-No quiero... -trató de tomar aire- no quiero que le pase nada.
-Ohhh dios Luka -lo acunó contra su pecho- por favor dime.
-Papá -balbuceó entre temblores- papá Pete.
-Ya lo llamo -besó su frente y lo dejó para correr en búsqueda del celular.
En segundos logró comunicarse y sin rodeos decirle a Pete que lo necesitaban en el departamento, avisó en recepción que lo hicieran subir de inmediato y volvió al lado del adolescente.
Lo abrazó, aterrorizado de verlo así, de no poder hacer nada para aliviarlo ni entender la reacción. En minutos las lágrimas fueron remitiendo hasta que notó en la respiración que había vuelto a dormir.
Poco después, el timbre rompió el silencio. La mirada angustiada de Pete estaba del otro lado y en un movimiento involuntario lo atrajo a su pecho en un abrazo para luego guiarlo a la habitación.
-Luka -la suavidad de la voz del omega intentó despertarlo- Luka...estoy aquí.
-Hace unos minutos volvió a dormir -le informó- lloraba y no paraba de temblar.
-Mi bebe... -le besó la frente- mi pequeñito.
-No pudo decirme que le pasaba, te llamaba a ti.
-Esta asustado...
-¿Le pasó algo? -sabía que todavía no existía confianza para que le dijera todo lo que le pasaba.
-Ae... -lo miró a los ojos- si, se lo que está pasando.
-¿Me lo vas a decir? -el pecho se le apretó ante la sensación de que algo demasiado grande estaba sucediendo.
-Si -le tomó la mano- necesitamos hablar.〰️🖤〰️
Cero edición.
Mil gracias por leer y estar acompañandome.
Espero esten disfrutando la historia.
Un beso inmenso. Cuidense.
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Cuento de hadas.
FanfictionCuento de hadas. Un cuento de hadas donde no hay Príncipes, reinos, castillos ni magia. Donde las decisiones del pasado marcaron el presente. Un pasado en común, una familia que nunca llego a ser. Un corazón que sigue buscando la felicidad aunq...