Con un par de auriculares reproduciendo música, colocados en sus oídos, la joven Bernadette empezó a ser alcanzada por la luz cálida del sol, la puesta del mismo estaba ante sus ojos, lo único que la separaba era el vidrio del autobús en el que iba, que constantemente saltaba por el terreno tan terroso que iba atravesando, hace unos días que había estado en Tokio, pero al ver todas sus maravillas decidió ir a algunos lugares más, antes de dejar tan extenso y curioso continente. Le parecía un lugar tan caótico y grotesco, que se sentía abrumada por varias personas cuando estuvo en esa ciudad, pero el escenario cambió cuando ella despertó del arrullador viaje a pesar de haber sido algo escabroso, a su alrededor había nada más que árboles, parecía que no había ninguna pista de civilización en aquel lugar, se empezó a alarmar más, cuando en el autobús no había nadie, más que ella y el conductor, el transporte se detuvo y ella aún desorientada, trataba de averiguar lo que estaba pasando, hasta que el conductor le habló.
—Oye, ¿Estás despierta?
—S-sí, ¿Dónde estoy? — Dijo mientras tomaba su mochila y guardaba los auriculares.
—Estamos en los límites del territorio, ya no podré ir más allá, además de que es peligroso, debemos regresar
Bernadette se detuvo por un momento, era una persona llena de pasión por la aventura, aunque le preocupaba que ya estaba por anochecer, por suerte traía equipamiento para acampar, si es que se le presentaba una situación parecida, tantos años de experiencia, le habían servido muy bien.
—No, está bien, me quedaré aquí
—Pero niña, es peligroso estar aquí, la regresaré a la ciudad— Comenzó a arrancar el autobús.
—No, no se preocupe, no es la primera vez que paso la noche en un bosque, voy a estar bien, se lo aseguro— Bernadette le ofreció el dinero con el que pagaría su pasaje.
—Muy bien, pero, si le pasa algo está bajo su propio riesgo— Tomó las monedas y las puso en un pequeño estante detrás del volante, pero de inmediato comenzó a sacar un papel y un lápiz— Si necesitas ayuda y te sientes en peligro, aquí tienes a quien llamar— El conductor le dio un papel con un número telefónico, "Sr. Wazunah".
—Vaya, muchas gracias lo tendré en cuenta, tenga cuidado y espero volver a verlo
—Adiós niña
Bernadette bajó del transporte, y antes de que el hombre arrancara el autobús ella se despidió con un saludo, a lo que el otro le respondió. Parecía un tipo gruñón, pero vaya que era amable, siempre se sentía afortunada cada que se encontraba personas que se preocupaban por alguien, aunque fueran completos desconocidos, Bernadette siguió caminando siendo asechada por la manta de la noche, empezaba a hacer frío, el camino que seguía le parecía bastante misterioso, pensaba que era un buen lugar para poder ver a un dios, como las leyendas que había oído, la diosa del sol, el dios dragón, e incluso el dios del viento, si eran reales le gustaría mucho charlar con uno de ellos, prometería guardar el secreto. Cuando al fin todo se puso oscuro y la única compañía era la blanca luz de la luna, decidió que sería mejor detenerse, y pasar la noche ahí, puso una fogata con algunas ramas que había encontrado y armó su tienda, al estar ya instalada se quedó algunas horas junto al fuego mientras leía un libro que había comprado, el cual hablaba de las leyendas de varios pueblos, había uno en específico, Masuda Village, que hablaba de una fuente que solía ser visitada por el dios dragón, pero este había desaparecido hace mucho tiempo, se encontraba en medio de cuatro montañas y muchos suministros, pero por desconocidas razones la gente desaparecía o moría, el libro también describía que a la redonda hay varios árboles con algo rojo, ya fuera una prenda o una tela rasgada, simbolismo de que había un cadáver, por reacción ella vio a su alrededor, su estado de alerta se había activado después de leer esas líneas, al sentirse intimidada por sólo unas palabras, ella decidió cerrar el libro, apagó el fuego y se metió a su tienda abrazándose a ella misma, además del agresivo frío que cruzaba entre los árboles que la hacían temblar, también algunas imágenes se implantaron en su mente, cuerpos muertos y desapariciones de aquel pueblo, era algo intolerable, ahora se arrepentía de no haber escuchado al hombre y arriesgarse a pasar una noche en tan ruin bosque, pero lo hecho estaba hecho, no podía hacer nada más que rezar y tratar de dormir.
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A la Luz de las Velas [Chinchikurin]
Fanfic𝑺𝒆𝒏𝒕𝒂𝒅𝒐 𝒂 𝒍𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒗𝒆𝒍𝒂𝒔. 𝑬𝒍 𝒅𝒊𝒂 𝒔𝒆 𝒅𝒆𝒔𝒗𝒂𝒏𝒆𝒄𝒆 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒏𝒐𝒄𝒉𝒆. [Iniciada en Septiembre 2021]