Capítulo 9

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Alice

Estaba desesperada.

Llevaba diez minutos buscando a mi hermano como una loca. Mi primera opción fue buscarlo en su habitación pero me sorprendí cuando no lo encontré ahí. Así que lo busqué por toda la maldita escuela pero tampoco estaba por ningún lado.

Me paré en seco cuando una idea se me vino a la mente. Salí de la escuela y pasé todo el camino que daba a la iglesia. Solo había árboles y unas cuantas hojas caídas en el pasto. Era un lugar perfecto para estar solo.

Moví mi cabeza en diferentes direcciones para ver si estaba mi hermano y suspiré aliviada cuando lo vi sentado con su espalda recargada en el tronco de un árbol.

Él dejó de jugar con las hojas que estaban en el pasto cuando me senté a su lado.

—¿Qué haces aquí? —preguntó.

—Quiero hablar contigo.

—¿De qué?

—Desde ayer te noto muy pensativo y cuándo quiero acercarme a ti, tú te alejas. ¿Por qué me estás evitando?

No contestó en ese momento. En cambio, se limitó a cerrar sus ojos y soltó un gran suspiro. Para tranquilizarlo, tomé su mano y la acaricié con delicadeza. Él sonrió un poco y cuando abrió sus ojos me miró con nerviosismo.

—Eres la única persona con la que me siento cómodo para hablar —comenzó—. Y estoy asustado de que te decepciones de mi. Desde pequeños me has apoyado y tengo miedo de que esta vez no sea así. Perdón si no soy el hermano que esperabas pero por favor, no te alejes de mi.

—Me estás asustando Wille, pero si no estás listo para decirme no tienes que hacerlo. Podemos hablarlo después —propuse.

—No, quiero decirte. No siempre tendré que evitarlo —hizo una pausa para suspirar—. Bueno.... besé a Simon.

Admitió, confirmando mis sospechas. Él me miró esperando una reacción negativa pero para su sorpresa, esbocé una sonrisa.

—¿Por qué sonríes? ¿No estás decepcionada? —preguntó sin entender.

—Escúchame con atención Wille. Ustedes dos no hicieron nada malo —comencé—. Besar a alguien no está mal, ya sea hombre o mujer. El género no importa. Sé que en el mundo hay muchas personas que piensan lo contrario, pero esas personas son unas estúpidas. No hay que darles importancia a lo que ese tipo de personas piensen o digan. Lo único que nos debe de importar es que cada quien se sienta bien consigo mismo.

Él tomó mi mano y empezó a jugar con mis dedos. Evitando mi mirada.

—Y créeme que hagas lo que hagas tú nunca me decepcionarás. Como dijiste, desde pequeños te he apoyado y siempre será así. Recuerda que tienes dos hermanos que siempre estarán cuando más nos necesites.

Wille al fin me miró y se me arrugó el corazón cuando vi sus ojos llorosos, acompañados por una sonrisa tierna. Acaricié su mano y le sonreí de la misma forma. Él no aguantó más y me abrazó como si fuera un oso de peluche.

—No sé en qué momento te convertiste en un tarro de miel, pero tus palabras me aliviaron tanto. Admito que pensé en largarme de aquí si tú te alejabas de mi —rodé los ojos con diversión por su comentario—. Pero te aseguro que tu apoyo siempre me ayudó mucho y también me siento aliviado de que no estés decepcionada de mi.

¿Love or Duty? || Jóvenes Altezas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora