my best friends forever [En Pausa]

capítulo #4

La fiesta acabo a un cuarto para las cinco de la mañana, su casa apestaba a alcohol por lo que ese fin de semana se encargaría de dejar su casa como nueva.

Jungkook se había ofrecido a ayudarla, como también lo hizo hoseok. El ambiente era bastante cómodo, la música de fondo, las luces siendo removidas por hoseok, lisa recogiendo las bolsas de frituras y las botellas sobrantes.

Habían demasiadas botellas, tantas que frustraban la existencia de la chica al tener que recogerla todas, sus padres les había conseguido tantas que si un grupo de cinco personas se las toman quedarían muertos y sobrarían mas. Pero sus padres confiaban en su hija, en que no tomaría tanto y que si algún idiota se sobrepasaba con ella, jungkook la cuidaría. Por eso, había mucho, pero mucho alcohol.

¿Que adolescente hormonal no le gustaba el alcohol?

Ah sí... a Ella.

Jungkook estaba barriendo el suelo con una pequeña sonrisa, una que desapareció cuando alzó la mirada y vio como lisa y hoseok se estaban sonriendo con timidez.

Por un momento se sintió tan fuera de lugar que se odio por estar ahi

Pero debía empezar en su cargo de Cupido para ayudar a su amigo. Lisa era increíble, tanto que jungkook quería estar más tiempo en casa de los tailandeses que en la suya propia. La extrañaba si no estaban juntos en un día, o si a alguno le tocaba tener clases hasta más tarde.

Siempre fueron jungkook y lisa.

Lisa y jungkook.

Pero ahora jungkook debía encargarse de que fueran. Lisa y hoseok, hoseok y lisa.

¿Sonaba lindo? Jungkook sabía que había arruinado muchas cosas, desde citas espontáneas de la mayor, a salidas casuales.

¿Como pagarle?

Ayudando a hoseok a conquistarla. Y que vivan felices con tres hijos: minji, Tania y Lili. Una casa en la colina, un gato llamado dog y un perro llamado cat.

Ya no arruinaría otra oportunidad de su amiga– lis, debo...– realmente no sabía qué hacer, debía irse– debo ayudar en algo a Jimin.– hizo una reverencia ante la mirada confundida de ambos

–jungkook, el no estaría despierto ni de chiste a las seis de la mañana– exhorto lisa con el ceño fruncido.

El le había prometido ayudar.

–es que... sus padres están de aniversario hoy y me pidió ayudarle ha hacer el desayuno– mintió rascando su nuca intentando ser convincente– hobi, ¿me acompañas a la puerta?

El chico asintió caminando ambos hasta la puerta principal que no estaba tan lejos– ¿Porque te vas? Aún no tengo la Valentía para hablarle y pedirle eso.

–me iré para dejarlos solos, y espero que tengas agallas chico.

Y con eso salió de la casa para irse al primer lugar que le viniese a la mente dejando a hoseok nervioso y a lisa extrañada.

Después de que salió de esa casa solo se dedicó a correr, tan rápido como sus piernas pudieron, una extraña sensación de inseguridad se adueñó de su mente. ¿Que podía hacer?

Soltó un cansado suspiro cuando su pecho se encogió por la falta de aire. Se detuvo sin más.

Sabía que lisa estaba en buenas manos. Hoseok no se la robaría de cualquier modo.

Mañana la vería denuevo y todo estará solucionado. O eso creía.

Paseo su vista por el cielo, el color azul cielo predominaba con la luna cerca del oeste donde casi se perdía entre los edificios. Por otro lado en la punta del este se veía la gran esfera brillosa. El sol. Iluminar con fuerza, predominaba el amarillo, el naranja, el rojo. Simplemente era hermoso.