Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ Dᴏs.

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~¿Qué haces, pulgoso?

Kristiāns gira su cabeza con rapidez y mira de mala forma al Alfa. Su intento de tranquilidad se fue por la borda.

~Deja de llamarme así.~ rueda sus ojos.
~No estoy de humor para tus bromas.

~Puedo ver tus pulgas desde aquí.~ Dievs se acerca y se acomoda a su lado. Mira al otro con diversión y aguanta la risa los más que puede.

Kristiāns gruñe y se levanta, dispuesto a irse. No está dispuesto a soportar las burlas de ese Alfa.

~Denis está en su ciclo de celo, ¿sabes dónde se encuentra?~ el lobo frena sus pasos.
~No lo sabes, Denis no te dijo nada. ¿Sabes lo que eso significa, Kristiāns?~ Dievs lo observa y su tono lleno de seriedad logra ponerlo alerta.

~¿Por qué de todos los lugares seguros para él, va a tu hogar?~ murmura apretando sus dientes, retoma su caminata y gruñe de nuevo.

~¿Lo irás a buscar? Dudo que puedas hacerlo.~ se levanta e inclina un poco el cuerpo hacia delante. Sus patas se afirman al suelo.
~Esta es la segunda vez, Kristiāns. ¿Cuándo empezarás tu cortejo? Tú lo notaste también, Denis está inquieto, más de lo normal y sus emociones todas revueltas. Inconscientemente está asumiendo que no tienes decidido hacerlo tu compañero. ¿Qué esperas, pulgoso?~ agacha su cuerpo y tira las orejas hacia atrás.

~No lo entiendes...

~¿Entender? Tú eres el que no entiende. ¡¿Qué estás esperando, pulgoso?! ¡¿Qué alguien con más confianza en sí mismo venga, lo enamore y se lo lleve lejos de ti?!

El Alfa calla al sentir el cuerpo del lobo impactar contra el suyo.

~Mierda, ha pasado un tiempo desde la última pelea.~ bromea y esquiva la mordida que iba dirigida a su pata delantera.

El moreno anda igual o más ansioso que Denis.
Dievs está al tanto de esa frustración reprimida y sabe perfectamente como hacer para que la descargue y no cause problemas en otro lado.

~Vamos, perrito. Tus mordidas no me hacen nada.~ esquiva sus garras y rueda a un costado.

El lobo gruñe y muestra sus filosos colmillos.

Kristiāns era unos centímetros más bajo que Dievs y eso le favorecía para no estar en tanta desventaja ante el felino.
Vuelve a atacar y, ahora sí, Dievs deja que varios golpes caigan sobre él.

~Tú también pelea, ¡pero sin poderes!

~Bien.~ Dievs disminuye el tamaño de sus colmillos y garras.
Deja salir un rugido y corre hasta el lobo, quien se mantiene firme en su posición.

El felino choca contra el lobo y ambos se enredan en una pelea, donde los rasguños y mordidas pueden resultar letales para cualquier otro ser vivo.

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~Gracias.~ el moreno se encuentra sangrando y con sus heridas doliendo, pero con su mente más despejada.

~Cuando quieras, perrito. Ahora dime que atormenta a tu corazón.~ Dievs también tiene algunas heridas que sangran.

El lobo rueda sus ojos.
~Tengo miedo que mi cortejo sea parecido al de Amaris.

Dievs suelta una carcajada y al ver que el moreno habla en serio, aclara su garganta.

Kʀɪsᴛɪāɴs ʏ Dᴇɴɪs.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora