Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ Tʀᴇs.

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Denis bosteza mientras juega con el agua bajo sus pies.
Está sentado a orilla del océano, en una pequeña y oculta playa.

—Tonto Kristiāns.— susurra, molesto con el Alfa, quién había desaparecido por tres días sin dar señales de vida.

Le preguntó a Dievs, pero éste no quiso decirle nada.

—Tonto Dievs, le diré a Ethan que te ignore por varios días.— hace un pequeño puchero con sus labios al sentirse triste.

Su celo había terminado hace dos días y sólo quería tener a Kristiāns cerca, pero el Alfa no aparecía.
Suspira y se va de aquel lugar.

Al estar en su habitación, sonríe embobado al percibir el aroma de Kristiāns. Deja caer su cuerpo sobre el nido y cierra sus ojos.

Había sido buena idea decirle a Ethan que dejara entrar al Alfa.

—¿Dónde estás?— abraza la almohada en forma de pez y cae dormido por unos minutos. Sin embargo, el sonido de alguien corriendo por la casa lo despierta
Se levanta, sale de la habitación y choca contra Oliver.

—¿Por qué estás tan emocionado?— pregunta, sosteniendo y evitando que el niño cayera al piso.

Oliver levanta sus brazos y los sacude de un lado a otro. Lleva puesto su uniforme escolar y la pequeña corbata se mueve con sus acciones.
—Mamá me llevará al parque, mi hermanita también irá.

Se aleja corriendo y Denis va hacia donde se encuentra Ethan.

—Ethan...— lo llama y el pelinegro da un pequeño salto por el susto.
—Perdona, Oliver me dijo que irán al parque.— ignora la mirada nerviosa del otro Omega y se traga sus preguntas.

—Si, ¿quieres venir?— sostiene a su bebé y acomoda la blanca manta.

—No, iré a encontrarme con alguien. Ethan.— Denis rasca su brazo con nerviosismo.
—¿Sucedió algo? Puedes contarme lo que quieras, no le diré nada a nadie. Aunque me obliguen, mi boca se quedará sellada, Dievs tampoco se enterará.— levanta una mano y la otra la lleva a su corazón hecha puño.

Ethan sonríe por la pose y niega con suavidad.

—Quiero pedirte un favor, Denis.— se acerca al rubio y toma su mano, aún con su bebé en brazos.
—Últimamente, Dievs no ha estado ocultando su aroma para nada y su temperamento es cambiante, aunque lo disimula muy bien. Sé lo que está pasando y por eso... Yo quería pedirte...— va bajando su voz hasta que Denis es incapaz de escuchar.

—¿Qué favor?— observa como las mejillas de Ethan se tornan rojizas y ríe al entender.
—¿Por eso anda tan pegote contigo? Está por entrar en celo. Vaya, siempre creí que Dievs dominaba muy bien eso. Nunca estuve tan cerca de un Alfa durante su celo, ¿cómo es?
Amaris me dijo que se vuelven locos y sólo piensan en sexo, ¿serán muy bruscos? ¿crees que Kristiāns sepa controlar sus instintos?

Denis sigue hablando y haciendo preguntas mientras que la cara de Ethan se torna completamente roja.

—Denis.— Ethan cubre la boca del otro.
—Dievs no se vuelve loco, se vuelve cariñoso, es súper cuidadoso y me trata muy bien cuando hacemos... Eso.— cubre su rostro con una mano y se aleja del Omega.

—No seas tímido, somos hermanos ahora, puedes hablar conmigo de cualquier tema. Aparte, tengo más años que tú y puedo darte consejos.

—Pero tú nunca has estado con un Alfa.— el pelinegro lo dice en voz baja y Denis hace un pequeño puchero.
—No te preocupes, estoy seguro que Kristiāns sabe manejar muy bien sus emociones.— da unos golpecitos sobre su hombro y se dirige hasta el pequeño sofá.

Kʀɪsᴛɪāɴs ʏ Dᴇɴɪs.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora