Una antigua profecía Narniana dice que cuando el hijo de Adán y la hija del león y del dragón en carne y hueso en el trono de Cair Paravel este sentado los malos tiempos se habrán ido.
Sabrina Cadogan siempre vivió una vida normal hasta que comenzó...
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Todos se detuvieron al escuchar el rugido de Saphira, todos estaban en Beruna y ninguno de los Narnianos podía creer que habían escuchado el rugido del dragón que había muerto hace menos de una hora, era imposible por que ambas habían muerto.
—es imposible—dijo Caspian mirando a Peter—ambas murieron
—es Sabrina, jamás se iría tan rápido—dijo Edmund mirando a su hermano—si Saphira está viva...
—ella también—dijo Peter esperanzado
—¡Miren!—gritó un fauno
Tanto Narninos como Telmarinos quedaron mirando el cielo, ahí estaban Jinete y Dragón volando más vivas que nunca, Sabrina miró a los telmarinos molesta y más específico a Lord Sopespian él iba a pagar por todo.
Los Telmarinos corrieron por el agua para alejarse de la hija de Aslan pero se detuvieron al ver a Lucy, la niña le sonrió a Sabrina para sacar su daga la pelirroja bajó del cielo llegando al suelo al mismo tiempo que su padre aparecía, Sabrina estaba entre los Narnianos y los Telmarinos, la pelirroja sentía la mirada de Peter en su nuca pero ella no quitaba los ojos de sus enemigos.
—te matamos, estas muerta—gritó Lord Sopespian
—mi nombre es Sabrina Lion, hija de Aslan y Cassiopea, heredera de todo Narnia portadora de una de las fuerzas que creo este lugar, un simple humano como tú no me podrá matar—dijo Sabrina caminando un poco haciendo que los Telmarinos se alejaran
—¡atacar!—gritó Lord Sopespian alejándose de Sabrina para correr por el puente
Los Telmarinos corrieron hacia la niña y el León haciendo que Sabrina se elevara en el aire mirando a su padre esperando la aprobación que llegó en unos segundos, en el cielo se escuchó un crujido y todo se volvió oscuro en cuestión de segundos.
Todos miraban a la hija de Aslan que la rodeaban a auras rojas, moradas y naranjas, lo siguiente que llamó la atención fue como el río comenzaba a bajar y una ola gigante de formaba para que posteriormente esta se volviera una persona que iba contra el puente o más específico hacia Lord Sopespian
—eso es lo que jamás entendiste, en Narnia no somos primitivos o seres inferiores, aquí todos somos iguales no importa que seas el ratón más pequeño o el gigante más grande, lo que importa es que respetes a todos como tal, y ese fue tu error el de todos los Telmarinos jamás respetaron el lugar que llaman hogar—dijo Sabrina
El gigante de agua miró a su invocadora y está asintió haciendo que se tragara a Lord Sopespian y desapareciera al igual que la oscuridad del lugar, Sabrina sintió como la adrenalina que sentía comenzaba a disminuir junto con su poder, la pelirroja miró sus manos notando que estaban normales.