Una antigua profecía Narniana dice que cuando el hijo de Adán y la hija del león y del dragón en carne y hueso en el trono de Cair Paravel este sentado los malos tiempos se habrán ido.
Sabrina Cadogan siempre vivió una vida normal hasta que comenzó...
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Estamos sentados Susan, Edmund, Lucy y yo tomando desayuno, luego de que los chicos hablaran con Ed y él durmiera un par de horas más nos pusimos a tomar desayuno, Saphira está a mi lado siendo acariciada por Ed enserio aveces parece un perro
—puedo escuchar tus pensamientos Brina que no se te olvide—me dice Saphira y yo me comienzo a reír
—está bien lo lamento—digo comiendo una fruta—pero es cierto
—te dejare caer cuando entrenemos—dice estirándose
—eso es cruel Saphira enserio muy cruel
Las chicas comienzan a reír al igual que Ed, como otra fruta mientras que acaricio a Saphira ella disfruta mis caricias, veo a Edmund comer muy rápido una tostada y me rio
—deja algo de comida a Narnia—le dice Lu a Ed y yo me rio
—te van a dar algo para el viaje de regreso—dice Peter llamando nuestra atención
—¿regresamos?—pregunta Su
—ustedes cuatro si—dice Peter y Saphira gruñe—les prometí a mamá y a la tuya—dice mirándome—que los mantendría a salvo pero lo mejor será que me quede aquí un tiempo
—si tú te quedas yo lo haré—digo molesta—no puedes enviarme a casa Peter yo soy Narniana y eso te consta
—pero no te pondré en peligro—me dice Peter
—ella no está en peligro Peter—dice Saphira —yo la protegeré si tengo que morir lo haré
—además—dice Lucy— nos necesitan, a los cinco Peter
—es demasiado peligroso—dice Pet—te ibas a ahogar, a Sab la atacaron lobos y Edmund casi muere Lucy
—por eso debemos quedarnos—dice Ed— he visto lo que la bruja ha hecho y además yo la ayude no quiero que por mi culpa sufran los demás
Saphira mira a Edmund y lo acaricia con su cabeza, Ed le sonríe y la acaricia, Saphira se queja por su montura como lo ha a hecho desde que se la pusieron
—deja de quejarte llorona—le digo bromeando—tienes que acostumbrarte a ella o me botarás
—no me gusta—dice quejándose por décima vez—es muy apretada y molesta, no sé cómo mi padre la soportaba
—es cuestión de costumbre Phira ya verás que luego no la sentirás—digo y me levanto—ahora como esta decidido—digo caminando a mis Armas
