Capítulo 10.

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¿Morir por amor?

Matías.

Vi que Mackeyla no quería escucharme así que me di la vuelta para salir y darle su tiempo, pero sentía un mal presentimiento si tan solo le hubiera rogado más para que se quedara un tiempo, o si no me hubiera dado la vuelta talvez hubiera visto que el carro venia justo hacia Mackeyla, pero yo siempre hago las cosas mal o más bien las hago demasiado tardé.

Me subí a la ambulancia y no paraba de rogarle que no me dejarás solo, que luchara por nuestro amor, mis lágrimas caían mientras veía como sus ojos se querían cerrar poco a poco, llegamos al hospital y la atendieron de inmediato, esperar en esa sala era toda una tortura, llame a su familia, como era lógico pensaron que era mi culpa, pero Esteban me defendió por teléfono ya que no podía viajar hasta el siguiente día, vi al doctor salir con una expresión de miedo, pero a la vez tristeza me estaba preparando para lo peor.

-¿Ustedes son los familiares de Mackeyla?- pregunto mientras nos observaba a todos.

-¿Cómo esa ella?- preguntamos todos coordinados.

El soltó la bomba de la nada.

-Ella está en coma- suspiro y se disculpó.

Pasamos a verla y yo me sentía culpable, miraba como sus heridas estaban curadas, pero solo quería que despertara, seguí yendo a clases, después volvía al hospital a leerle su libro favorito boulevard.

-¿Recuerdas que te dije que nunca daría la vida por amor?- pregunte mientras veía la portada del libro y esperando una respuesta de ella.- pues creo que yo hubiera sido tu Luke Howland.

Al principio no entendía el libro, solo sabía que Flor la autora había hecho un gran trabajo con él, solo me molestaba que Luke diera la vida por alguien que talvez en un futuro lo olvidaría.

Supongo que entiendes el libro y la posición de Luke cuando te enamoras realmente.

-Sabes en todo el mes que ha pasado no me eh drogado- suspiré y solté una lágrima.

Miré mi reloj y vi que era hora de irme a casa.

Llegué a mi casa y dormí.

Me levante y tenía una llamada pérdida de Esteban, así que le marque de nuevo y solo deje caer mi celular mientras las lágrimas caían por mis mejillas.

Ese día 28 de octubre de 2020 me quede en mi casa sin salir, pensando en todo, no podía ni comer, tomaba café porque siempre me recordaba a ella.

Al siguiente día me levante más temprano y me dirigí al cementerio, cuando llegue me senté en la tierra.

-No puedo creerlo- mis lagrimas caían por mis mejillas.

Siempre dije que mi vida valía mucho como para andarla dando por alguien que no vale la pena, limpié mis lágrimas y termine el libro.

Ese libro no me había hecho llorar nunca, hasta que entendí a Hasley el cómo se sentía, la única diferencia entre ella y yo es que, ella había perdido a Luke para siempre, pero yo todavía no perdía a Mackeyla, tenía la oportunidad de cambiar por ella o más bien por nosotros, pero necesitaría ayuda porque sabía que yo solo no podría.

-Sabes Natalia- suspire y aprecie aquella tumba a lado de mi-. Tal vez la vida no me odie tanto.

Me levanté y me dirigí a ver a mi alma gemela, mi pequeño solecito.

Compre flores rosas al igual que un café frio ya que a ella le gustan mucho, entre a su habitación, sentía como mi corazón latía con fuerza, mis nervios me estaban matando lentamente, pero cuando entre estaba dormida.

Como mi cerebro seguía culpándome empecé a caminar en reversa, hasta que ella despertó y dijo mi nombre.

Al decir mi nombre sus ojos brillaban, mis ojos se llenaron de lágrimas al ver que todavía me amaba y no me miraba con odio.

-Te extrañé tanto solecito- corrí abrazarla mientras las lágrimas salían.

-Créeme que yo te extrañe más- sonrío, pero se miraba algo triste.

-¿Qué pasa?- pregunte con miedo a la respuesta que podía darme.

-¿No sientes que todo lo nuestro va muy rápido?- pregunto mientras se sentaba.

Nunca lo había pensado, nos enamoramos tan rápido, todo iba demasiado rápido y creo que le dije adiós a Natalia más rápido de lo que pensaba, solo porque me había enamorado de Mackeyla, sentía como mí corazón se había quebrado, me sorprendía bastante el hecho que sus palabras me dolieran más que el acontecimiento de Natalia.

Solo me quede callado, pero ella me tomo del brazo.

-No te pido que terminemos, solo que no quiero ir tan deprisa- me miro y sonrío.

-Te entiendo- respondí bastante confundido.

Claramente no entendía ni un poco, ¿me quería o solo no quería estar sola?, mi cabeza iba a explotar me sentía como el chico más estúpido del mundo.

-¿Así que me leías boulevard?- pregunto sonrojada.

-Claro que sí, es tu libro favorito y aparte entendí lo de morir por amor- respondí, para después tomarme el café que había traído para ella.

-Ósea que te enamoraste realmente de mi- se burló.

-Haría cualquier cosa por ti, incluso dar mi vida- me acerque y acaricie su mejilla suavemente.

-¿Cualquier cosa?- pregunto mientras se acercaba a mí.

Murmuro a mi odio su ida y mierd*

Me burle un buen tiempo de lo que me dijo hasta entender que no lo había dicho en broma, ella quería que hiciéramos eso, pero no estaba seguro tendría que conseguir algunas cosas y ella seguiría en el hospital.

-Y, ¿si alguien nos ve? - pregunte para que cambiara de opinión.

-Es bastante normal- respondió mientras comía.

-Mejor ya que te recuperes lo hacemos en mi casa, así nadie nos ve- la mire fijamente, veía como su cara aguantaba las ganas de reírse.

-No yo quiero que sea el sábado-

-Que caprichosa- reí mientras lo decía y admiraba sus ojos.

A la mayoría de las personas les gustan los ojos azules o verdes, pero sus ojos cafés casi negros me encantaban, tenían como un brillo especial.

-Tú me amas así- se acercó a mí y me dio un beso.

¿Cómo les explico que con ese beso me dio como mil años de vida?, no pude evitar sonrojarme, pero seguía pensando en lo que me pedía.

-Sabes, prefiero morir por amor- la abrace y empezamos a reír.

-¿Tienes miedo?- alzo una ceja.

-Te veré el sábado- respondí para ir a comprar lo que necesitaba.

Mierd*, no sé si pueda hacer esto o al menos no en un hospital, que tal si alguien entraba.

Supongo que son cosas raras que hacen las personas por amor, pero insisto en que preferiría morir a que alguien nos viera haciendo eso.

De camino a mi casa, iba riéndome sólo de lo que haríamos juntos.

-Hola Matías, ¿Por qué tan feliz? - pregunto mi madre algo sorprendida.

-Creo que me volví a enamorar- me encogí de hombros.

Mi madre parecía tan feliz y creo que fue porque desde lo que paso con Natalia, no había estado tan feliz.

-Me alegro mucho, Mackeyla parece ser una chica linda- sonrió y me abrazó.

Subí a mi habitación y me quedé pensando en que ese día me sentí tan feliz, pero sobre todo me sentí amado.

Tocar fondo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora