Helado

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—¿Esto es para todo el día?

Inocentemente la pequeña pregunta mientras se sienta en la mesa, frente a ella un montón de platos le susurraban al oído: CÓMEME.

—Ujum.

Al aclarar su garganta la voz que susurraban los alimentos se calla.

—¿Se calló?

Eri mira alrededor.

—¡L-, Lo lamento mucho!

Un segundo después, el chef hace una reverencia, teniendo a una pequeña niña parada frente a él. Quizás su hija.

—No se preocupe, por favor, siga con su buen trabajo.

Tras las tranquilas palabras de Momo, el chef y la niña se van, siendo esta última regañada por usar su quirk sin permiso.

—¿Su quirk es hacer que la comida hable?

Eri le pregunta a la joven que continuaba comiendo.

Momo asiente.

—Algo así, es el mismo del chef. Al cocinar su comida se ve afectada por sus palabras y dependiendo de qué hable, la comida, si ellos quieren, puede susurrar las mismas palabras.

La de pelo blanco frunce el ceño levemente.

—Da algo... de miedo.

Shoto, quien comía diligentemente, de repente deja de hacerlo.

—¿La comida está viva?

En su mirada había algo de pánico.

—¿Qué? No, no, claro que no. Es... ¿una réplica? Quizás.

—Oh...

Y parece que él entiende.

[ · · · ]

—M-, Me dan algo de nervios.

Tras Shoto, Eri estaba oculta. Su pequeña mano toma firmemente a la de pelo bicolor.

—¡Bueno, vamos!

La más animada de los tres, Momo, camina alegremente mirando los alrededores.

—Ha cambiado tanto... —ella susurra en voz baja—. ¿Ya no está...? ¿Ahora...?

Ambos albinos solo la seguían en silencio.

—Parece que Momo-san se está diviertiendo.

—¿Verdad?

Ambos se miran y sonríen.

Momo los mira.

—¿De qué hablan ustedes?

—Eri quiere saber qué eso grande que hay al otro lado.

—¿Qué?

Eri mira sorprendida al Todoroki.

Ella sí quería saber qué era eso, pero no lo había comentado.

—Yo... quisiera saber.

Algo avergonzada ella pregunta.

Shoto quería saber qué era eso, solo por eso usó el nombre de Eri.

—¿Eso?

Momo apunta en dirección a donde ellos miraban.

Y sí, un gran árbol se hacía presente entre las diversas casas del pueblo.

El pueblo era bastante pequeño, vivirían allí quizás 20 o 30 familias, pero una atracción bastante conocida del desconocido pueblo era su gran árbol.

Medía 22 metros de alto y era tan ancho como una casa.

—Taitantsurii es el hogar del jefe del pueblo. Ellos tienen el quirk de hacer crecer las plantas, y Taitantsurii fue su mejor obra.

—Oh...

Ellos caminan por el pueblo, mirando su estructura y los pocos locales públicos que en él habían.

—¿Helados caseros? —Eri fue atraída por un pequeño cartel que había junto a una casa—.

—¿Quieres probarlos, Eri-chan?

Momo le pregunta.

Eri la mira un segundo, luego mira a Shoto.

—¿Pedimos?

—¿Yo?

Eri asiente.

Shoto mira a Eri, luego a Momo, luego otra vez a Eri.

Luego a Momo.

—¿Sí?

Y comieron helado.

¿Cuidar a quién? | TodoMomo & EriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora