Muerdete la lengua

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La tarde había empezado a hacerse presente.

Shoto, con un helado en su boca, mira en dirección a donde el sol se ocultaba.

Eri, también con un helado en su boca y con su espalda contra el hombro izquierdo de Shoto, observaba la nada en silencio.

La joven alta que los miraba desde la derecha de Shoto, ríe.

—¿Cómo se pudieron morder la lengua?

La cara de Shoto se trastorna un poco.

Eri mira inquieta la nada.

¿Qué había pasado?

Mientras almorzaban en el pueblo, por petición de Momo, Shoto dejó de comer.

—¿Shoto-san, estás bien?

La pelinegra le pregunta viéndose preocupada.

Shoto no responde, solo alza su mano.

Luego abre su boca y muestra su lengua.

Un pequeño hilo de sangre era visible.

—¿Te... mordiste?

Shoto asiente.

—¿Shoto-san se mordió la lengua?

Eri pregunta al tiempo que alarga sus palillos a uno de los platos que estaban sobre la mesa.

Antes de poder tomar una de las porciones que quedaban del plato, otros palillos se interponen.

—No, esto no.

Eri mira a Shoto.

—¿Por qué?

—Te morderás la lengua.

Un silencio tenso pasa en la mesa.

—Déjala probarlo, Shoto-san.

—Pero...

—No me morderé la lengua.

—...

Eri toma una porción.

Fuu, fuu.

Ella sopla.

Ella come.

Ella masca.

Masca, masca,

Deja de mascar.

Hace una cara.

Mira a Shoto.

Shoto la mira.

—Te mordiste.

Las esquinas de la boca de Eri se inclinan hacia abajo.

Ella se había mordido su lengua.

Luego de eso volvieron a comer helado y siguieron mirando el pueblo y sus alrededores.

Eso nos lleva al ahora.

Los tres observaban el atardecer desde la lejanía del pueblo.

—¿Seguimos?

Antes de que Shoto se pudiera poner de pie, mira a la chica a su lado.

Ella respiraba tranquilamente y se había recostado aún más contra él.

Está babeando.

Shoto se fija en un hilo de saliva que bajaba por la boca de la pequeña.

Momo se acerca a ella y la limpia con su pañuelo.

—La cargaré.

Él alarga sus brazos para alzarla, pero Momo le interrumpe.

—¿La llevas en tu espalda?

—¿Mi espalda?

—Sí ¿puedes?

Shoto inclina ligeramente su cabeza hacia un lado, luego asiente y con la ayuda de Momo, Eri termina en la espalda del joven.

Luego de acomodarla mejor, Shoto camina con la niña en su espalda.

Momo de inmediato saca su teléfono y toma un montón de fotos.

Además, aunque ella no lo admitiera en voz alta, verlo de esa forma era muy...

Bonito.

Una sonrisa.

¿Cuidar a quién? | TodoMomo & EriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora