¿Encerio, me quieres? [Diego Lainez]

Capítulo 22: Celos Injustificados

Rebeca colgó la llamada y en eso vio como entraba Diego, Rebeca lo miró, y le preguntó que porque se había comportado así mientras ella hablaba por teléfono

-Es que... Te extrañaba y ya te habías tardado mucho...

-No seas mentiroso, dime, ¿porque entraste así?

-Es que...- *mira a otro lado*

-Lainez- *tono serio*

-Hay no me gusta que me hablas con ese tono

-Si no te gusta, entonces, ¿porque me mientes? ¿Acaso no me tienes confianza?

-No es eso, mi amor

-¿Entonces?

-{Estaba celoso}

-No te escuche

-{Que estaba celoso}

-Diego si no hablas claro nunca te voy a entend...-

-*la interumpe* Que estaba muy celoso

-¿Porque?

-Por cómo le estabas hablando a ese tal Enrique, me enoje y por eso le quise dejar bien en claro que tu eres mi novia

-{Hay, mi amor} Enrique es un amigo que conocí hace mucho en la secundaria, nos hicimos mejores amigos pero en se volvió jugador de fútbol del club León, el club de la ciudad donde nací, y hace mucho que no lo veo, porque ya no podíamos parar tiempo juntos, y más aparte agregándole que me deprimí, pase mucho tiempo sin hablarle y hoy me mando mensaje por instagram, cuando lo vi me emocione mucho y comenzamos a hablar, me pidió mi número y se lo pase, me dijo que luego me llamaba ya que por la diferencia de horario haya en León era muy tarde, y le dije que si, pero como no me dio su numero de teléfono y no lo tengo registrado por eso dudé en contestar, porque como tiene la lada de allá pensé que eran mis papás, perdón si te hice que te pucieras celoso, no fue mi intención

-No te preocupes, mi niña- *la besa* -Yo fui el idiota por no preguntar antes

-*le sonrie* Creo que ahora si nos tardamos mucho, regresemos con Daira y Eduardo, se han de estar preguntando donde est...

-De hecho... No, mira- *apunta a la puerta*

-*los miran curiosos*

-Que metiches son!- *dicen al unísono*

-Perdón- *dicen los hermanos y salen corriendo*

Hasta aquí el capitulo de hoy, no tengo nada que decir, solo que los amo, gracias por leer, adiós