Deseos Ocultos (Mi Amuleto #2)

Capítulo Doce

Anne despertó con el olor del perfume de Kilian en su nariz. Se preguntó qué hora seria. Pero no quiso parar a averiguarlo. Por lo que cerró los ojos y decidió de dormir un poco más él día del domingo.
Kilian terminó por despertarse y cuando vio que el sol ya estaba casi por el lado oeste, miró la hora.
Él se maldijo porque ya eran casi las 14:00 pm y tenía que haber empezado un informe que tenía que hacer antes de las nueve de la mañana.
Cuando se levantó, él vio a Anne aún estaba dormida. Cosa que se extrañó. Por lo que decidió de ir a preparar algo de comer y después despertarla.
Kilian salió de la habitación y fue hasta la cocina.
Anne volvió a despertarse unos minutos más tarde.
Ella se dio cuenta que Kilian no estaba a su lado, por lo que se extrañó. Pero cuando le dio el olor a algo guisado, ya supo dónde estaba.
Anne se levantó de la cama y se puso la bata de seda, mientras que caminaba para la cocina.
Cuando llegó en pocos segundos, observó que Kilian estaba cocinando y que su torso estaba desnudo.
―Buenos días ―dijo ella.
Kilian se giró y vio que Anne estaba ante él.
―Buenos días, nena.
Anne se acercó a él y después le dio un beso un breve beso en los labios.
―Estabas haciendo algo de comer.
―Así es. Se hizo tarde y después me levanté para hacer algo. Espero que tengas hambre.
―La tengo.
Anne miró el reloj de la cocina y era casi las 14:30 de la tarde. Por lo que se sentó a la espera de la comida.
―¿Qué estas preparando? ―preguntó ella.
―Solomillo estofado con especias. Te encantará.
Hizo una breve pausa.
―Aunque lo que me gustaría probar es otra cosa más exquisita.
Anne puso los ojos en blanco y Kilian no dijo nada. Solo continuó cocinando.
―Ya se han ido Dante y Violeta.
―No lo sé. Pero por lo que me informó él, seguramente estén una semana. ¿Por qué? ¿Querías hacer algo especial?
―No. Solo quería saberlo.
―Ya.
Kilian no dijo nada más.
Cuando terminó de cocinar un poco más tarde, comieron y estuvieron hablando de algunas cosas del pasado que tenían juntos.
Después de comer, Kilian recogió los platos y Anne se marchó a estudiar.
Y mientras que ella estudiaba, pensó por unos momentos en su padre y en que debería de ir a verlo en cualquier momento en cuanto todo aquello pasara. Aunque dudaba si su pasado iba a acabar.

Ellas dormían abrazadas, mientras que Osman las miraba sin parar.
Él pensó en todo lo que había sucedido últimamente con sus seres queridos más cercanos. Incluso con Anne. Que, aunque no se merecía su cariño, aún seguía pensando en ella. Pero ya no lo hacía como antes.
Elizabeth se despertó y vio a Osman sentado en la cama.
Ella comenzó a observarlo con detenimiento, porque sabía que había algo en el que no le gustaba. Algo que le daba muy mala espina.
―¿Qué es lo que me estas mirando, mujer? ―le preguntó él.
―Nada ―ella bajó la mirada.
―Yo no diría que nada.
Él la miró y Osman le preguntó:
―¿Cómo te llamas?
―Elizabeth.
―Encantado Elizabeth. Me llamó Osman. Soy la persona de la cual está interesada Katherine.
―Eso es imposible. Katherine jamás se ha enamorado. Solo de una persona. La cual ella lamenta su muerte.
―¿Y cómo sabes tu eso?
―Sé muchas cosas de ella que tu jamás sabrás.
―Eso es cierto, Osman ―dijo Katherine levantando la cabeza de la almohada―. Elizabeth sabe muchos secretos míos como yo los suyos. Ella ha sido mi perra fiel desde que está en la mansión. Así que, no te metas con ella.
―No lo he hecho, Katherine. Solo he querido saber por qué me miraba tanto.
―Sí ella lo ha hecho ha sido por algo.
Ambos hicieron una breve pausa.
―Elizabeth, puedes dejarme a solas con él.
Ella asintió.
Elizabeth se levantó de la cama y después se marchó con la misma intuición que presentía de Osman.
Cuando ella desapareció, Katherine se puso en pie y volvió a decirle a él.
―Te recuerdo que si estas en las cuatro paredes de la mansión es porque me gusta divertirme también con hombres de vez en cuando. Pero te doy el primer y último aviso. No toques a esa mujer al menos que sea por el buen sexo.
―Jamás toco a una mujer que no sea por diversión y sexo. Así que ―dijo él poniéndose la ropa―, si me disculpas. Me voy para no tener que intimidar a nadie.
Katherine fue hasta a él y le frenó.
―No he dicho eso. Puedes quedarte el tiempo que creas conveniente a mi lado. Pero ya sabes que Elizabeth es sagrada para mí y para todos los que residen en la mansión Las Cumbres.
Él asintió.
Después Katherine volvió a tumbarlo en la cama y montándose encima de él, follaron como si ese fuera el último día del mundo.

La espera era para él, la mayor de las torturas.
Demir seguía esperando noticias de Anne. Ya que algo le decía que no estaban en la mansión.
Él salió de la habitación donde dormía, mientras que se ponía la chaqueta e iba hacia el despacho.
Al llegar a la puerta, el recibió una llamada de teléfono móvil y pensó que sería él. Pero cuando vio en la pantalla que era su socio para decirle que la mercancía estaba en el lugar que correspondía, Demir se desazonó. Sin embargo, continuó con su camino para poder resolver varios asuntos.
Cuando él entró en el despacho, fue detrás de su escritorio y comenzó a trabajar en un nuevo plan para una mercancía que iba directamente a Colombia. Aun así, Demir continuó pensando en ese otro plan que tenía en su cabeza para vengarse de Anne y el pasado que le corrompía.

Ya oscurecido, Kilian entró en el despacho para buscar un documento y vio de pronto a Anne. Que estaba estudiando de un libro de doctorado para su futura carrera.
Él se acercó a ella y abrazándola por detrás, le besó en el pelo diciéndole después:
―No has cenado nada.
―No. Estaba tan ocupada con mis estudios que ni quiera me he dado cuenta de que había oscurecido.
―Tranquila. Yo tampoco he comido nada. He salido fuera del departamento para resolver un asunto en privado con Dante.
―Vale.
Ambos hicieron una pausa.
―¿Qué negocios te traes con ese hombre, Kilian?
―Es un convenio. Negocios para el mundo textil. Algo que mi hermana y yo llevamos planeando desde mucho antes de que tu padre te llevara a la mansión. Me encontré con Dante en uno de mis viajes a Roma y hablamos del tema. Solamente eso.
―Entiendo. Es por eso por lo que le invitaste a cenar.
―Así es. Pero yo hable antes con Dante para decirle que no iba a ver dominación por ninguna de las dos partes. Solo una agradable cena.
―Vale.
El silencio se hizo entre ellos y Kilian se apartó de ella.
―Cuando mis abuelos fallecieron, obligue a mi padre a que te buscara, Kilian ―dijo ella de pronto.
―¡Qué!
―Lo que has oído. Tenía nueve años y me había hecho ilusiones de que seriamos amigos mas allá de un verano.
"Mi padre no dejó de buscarte. Lo dejó de hacer cuando conocí a Demir y comencé a establecer más vida a su lado.
―¿Por qué no me lo habías dicho antes?
―Porque no lo vi oportuno, Kilian. Han pasado veinte años desde entonces y no me arrepiento de lo que ha pasado en mi vida.
―Ya lo veo. Yo también me alegro que tu padre pusiera tu educación en mis manos. Por una parte, así podre poseerte cuando a mí me apetezca.
Pero Anne no le dijo nada.
Kilian comenzó a reírse entre dientes y después le dijo:
―Deja de estudiar y vamos a cenar algo. Olvida los estudios por un rato por favor.
―Vale. De todas formas, mañana solo tengo dos horas de universidad.
Ella se levantó de la silla del escritorio y caminó junto a Kilian para ir a cenar.
Tras una hora hablando de los buenos momentos que habían pasado mientras que probaban bocado, Anne y Kilian se marcharon hasta la habitación y olvidándose de todos los problemas, ambos se mudaron de ropa a algo cómodo para poder dormir.
En pocos segundos, se acostaron en la cama. Donde Anne se abrazó a Kilian.
Fue el latido del corazón de él, lo que hizo que a ella la relajase y se quedase dormida.
En cambio, Kilian se quedó dormido cuando olio el maravilloso perfume de Anne. Olvidándose de que existían muchos problemas a su alrededor. Unos problemas que parecía que los tenían todos los días.