Ella se despertó temprano y dejó a Elizabeth acostada en la cama.
Katherine llamó a uno de sus sumisos y le ordenó que le hiciera algo de desayunar.
Elizabeth se despertó cuando sintió de nuevo la puerta de la habitación de Katherine. Ambas habían dormido mucho tras varios orgasmos en los últimos dos días.
Cuando se levantó de la cama, fue hasta Katherine. Y lo hizo desnuda.
Elizabeth se puso ante ella y ambas se sonrieron. Por lo que Katherine le indicó que se sentara y desayunara con ella.
―¿Has dormido bien? ―le preguntó Katherine.
―Sí. Hasta que desperté y no te vi a mi lado ―respondió.
―Me desperté y pensé en que no debía de molestarte con dar vueltas en la cama.
―A mí no me molestas, Katherine. En absoluto. Me gusta que despiertes a mi lado.
Ambas hicieron una breve pausa.
―Katherine, te quiero.
―Eso lo sé, Eli.
―No es lo que piensas. En realidad, te amo.
―Eso también lo sé. Nunca nadie había sido tan servicial como lo has sido tu. Me di cuenta que me amabas cuando tus servicios y tu sumisión se convirtieron en reclamos de pasión en el día a día.
―¿Por qué no me dijiste que lo sabias?
Katherine le miró a los ojos y le dijo:
―Por qué sabia por lo que habías pasado y no quise mencionarlo.
―Ya veo.
Elizabeth supo que tenía razón. Nunca le había mencionado nada de eso. Como también nada de lo que había pasado con aquel amo.
―Desayuna algo. Te necesito sana para dentro de unos días. Quiero ir a Gales a visitar a mi hermano y a su prometida.
―¡Ya no es la niñata!
―No. De momento no.
Hicieron una breve pausa.
―Reconozcámoslo. Anne Fermosel es el amor de Kilian. Y yo ahí no puedo intervenir.
―Me alegra escucharte eso.
Hicieron otra breve pausa. Donde Elizabeth tuvo la curiosidad de algo.
―¿Has ido a ver a Víctor? ―preguntó ella.
―Lo hice hace unos días. Espero que Víctor me haya perdonado donde quiera que este.
―Lo habrá hecho. No te preocupes.
Y ella continuaron desayunando. Como también disfrutando del maravilloso sol que tenían delante. Sin embargo, Katherine estaba pensando en hacer una cosa cuando estuviera en la ciudad. Algo que no daría marcha atrás.Ella despertó de pronto, porque se sintió de nuevo mal con el estómago revuelto.
Anne corrió al cuarto de baño y a la vez se notó un poco mareada.
Cuando llegó al cuarto de baño, ella se puso de rodillas y comenzó a vomitar. Fue cuando sus pensamientos se tornaron mucho más que a la muerte.
Kilian se despertó por que escuchó el ruido y cuando se despejo un poco, se levantó de la cama y fue en busca de Anne. Que no tardó en encontrar cuando la escuchó vomitar.
Él entró en el cuarto de baño y la volvió a encontrar en la misma posición que la otra vez. Kilian supo que si le nombraba a un médico ella se opondría. Por lo que espero a que ella se lo pidiese.
―Sigues estando mal.
―Solo es la tripa. Volveré a hacerme el agua con limón.
―No sería mejor llamar a un médico.
―No. Se me pasara.
Aunque ella lo dudo.
―No vas a ir a la universidad. Ahora llamaré para avisar.
―Tranquilo, estoy bien.
―Anne, sabes lo que haré si desobedeces una orden. Y ahora te estoy ordenando que no vayas a la universidad. Te encuentras enferma.
―Kilian, solo es cólico. Estoy bien.
Pero él no le dijo nada. Sin embargo, él le sacó la mirada de pocos amigos que ella conocía y ella bajó la mirada.
Ella se acercó a Kilian y le dio un beso. Con el cual le hipnotizó.
Cuando se dejaron de besar, Kilian le miró fijamente para saber una cosa y ella se le quedó mirando fijamente. Pero a su vez se quedó hechizada por la mirada que él desprendía.
―No vas a ir a la universidad. No es un ruego. Es una orden que te doy como tu dueño. Si me desobedeces, te castigare dos días seguidos. Tanto que te quedarías sin un orgasmo.
Ella dejó de mirarle y entonces supo que Kilian tenía razón cuando le amenazaba.
―Vamos a desayunar ―dijo él de nuevo.
Ella asintió.
Después, ambos caminaron para ir a la cocina y cuando Kilian comenzó a cocinar, Anne comenzó a pensar.
Cuando desayunaron un poco más tarde, ella se marchó a la habitación y ahí comenzó a leer el libro que le mandaron a leer en la universidad, mientras que Kilian leía un informe de la empresa.
Tras la lectura de dos capítulos largos del libro, ella se tumbó en la cama para pensar. Pero de tanto hacerlo, Anne se quedó dormida.Él había cogido de nuevo su avión privado para viajar a Gales en busca de su ansiada venganza.
Demir llegó a Gales a media mañana y cuando bajó del aparato, comenzó a oler a gloria.
Walter salió después del avión y después, ambos caminaron para ir hacia el coche y conducir hasta el hotel que tenían reservado. Solo hasta que encontrara un pequeño departamento que alquilar durante su tiempo de estancia hasta que llegara a Anne.
Mientras que su hombre de confianza conducía hasta el hotel, Demir comenzó a ver la ciudad mientras que pensaba en el plan. Sabía que, si actuaba antes que la secuestrase, Anne volvería a escaparse de nuevo.
Cuando llegaron a la zona norte de la ciudad, Demir se registró con un nombre falso y tras darle la llave de la habitación, Walter y Demir caminaron para ir hacia los ascensores del hotel.
Al llegar a la habitación, Demir se quitó los zapatos y comenzó a caminar para ir a la cama.
Ahí, él se tumbó y se quedó dormido en el instante. Walter en cambio, no le dijo nada. Solo se limitó a obedecer las órdenes que tenía desde mucho antes de llegar a Gales. Vigilar a Anne y todos los pasos que ella daba.Ella había decidido ir por fin a la facultad para poner orden a todos. Incluso para buscar a una persona que estuviera en el lugar de Víctor.
Katherine caminaba tranquila mientras que pensaba en la mansión y en lo que tenía dentro. Y sabía que Elizabeth era su recompensa cuando llegara a casa para descansar.
Ella comenzó a sentir por primera vez paz en mucho tiempo. Era como si alguien se la estuviera dando. Pero Katherine sabía que no había nadie a su lado o a su alrededor para ello. Sin embargo, cuando recordó que había estado pensando en Elizabeth; sabia porque sentía esa paz.
De pronto, Katherine se topó con Osman. Con la persona con la que menos lo esperaba.
Ambos se quedaron mirando fijamente y Katherine pensó en seguir con su camino. Sin embargo, Osman le paró el paso y le preguntó.:
―¿Cómo estás?
―Eso no te importa, Osman ―respondió ella―. Suéltame.
Osman le obedeció y Katherine volvió a decirle:
―Voy a continuar mi camino. Ahora si me disculpas.
―¡Katherine, espera!
―Osman, nosotros no tenemos nada de qué hablar.
―Solo quiero que seamos amigos. Tu sabías que estaba enamorado de Anne y así seguirá siendo.
Ella le miró a los ojos y le dijo de nuevo:
―Sigues soñando, niño. Anne Fermosel está comprometida con mi hermano y así seguirá siendo hasta que pase un año. Cuando ambos se casen. Nadie va a impedir su matrimonio al menos que mi hermano este muerto.
Entonces Osman recordó algo. Sin embargo, Katherine le sacó de nuevo de sus pensamientos, diciendo:
―Olvídate de ella y enamórate de nuevo de otra mujer. Y con esto me refiero que también te olvides de mí.
Pero Osman no dijo nada.
Katherine en cambio, continuó su camino. Ella comenzó a pensar que había hecho bien en echarle de su vida y seguir pensando en el hombre que un día quiso junto a ella en su cama. Uno que por desgracia ya no estaba entre ella y sus seres queridos. Lo bueno de todo, es que seguía conservando los buenos recuerdos que conservaba con Víctor.
En cambio, Osman pensó en que Katherine tenía mucha razón. Anne ahora era la futura esposa de Kilian y tenía que aceptarlo.
Por lo que él continuó su camino.
En mitad de su caminata hacia la cafetería, se encontró con Aysel. A la cual invito a desayunar juntos y hablar de los estudios. Y lo hicieron tan cómodamente, que se les paso el tiempo de entrar a clases volando.Un poco más tarde, Kilian le indico a Anne que se preparase para ir a dar un paseo por la ciudad y se despejase un poco. Él sabía que había estado todo el día leyendo y después durmiendo porque estaba enferma.
Cuando llegaron al centro de la ciudad, ella contempló los pequeños puestos que había. El que más le llamo la atención, fue el puesto de libros. Un hombre anciano que parecía ser sabio, pero muy pobre. Eso le hizo recordar a su padre.
Kilian se dio cuenta de ello y fue hasta a ella. Él vio en su mirada un sollozo profundo. Algo que se estaba aguantando para que él no la viese llorar.
―Tranquila. Si lo prefieres nos vamos a casa a cenar ―le dijo él.
―No ―respondió ella―. Solo hagamos lo correcto, Kilian.
Enseguida él supo a lo que ella se refería y Kilian le compró varios libros. Algo por lo que pago un poco más de lo que valían.
Ambos se marcharon a dejar las cosas al coche y después, continuaron hacia un restaurante. Donde se pararon a comer algo rápido y volver a casa para descansar. Ya que él aún seguía notando que Anne estaba enferma.
Tras cenar, pasearon muy despacio hasta el coche y ambos regresaron al departamento.
Cuando llegaron al cabo de media hora, Anne dejó su bolso en la entrada y caminó hasta la habitación.
Kilian en cambio, le preocupaba la salud de ella. Porque, en vez de mejorar, empeoraba. Pero se dijo que, si ella no le pedía ir al doctor, la llevaría a la fuerza.
Ambos llegaron uno detrás del otro y ella comenzó a desnudarse.
Kilian fue ante ella y comenzó a tocarle los hombros muy despacio. Tanto que Anne se giró y besó a Kilian inesperadamente.
Ambos se rindieron a la pasión que sentían en esos momentos. Dejando las preocupaciones a un lado. Unas preocupaciones que le traerían muchas consecuencias en la relación.
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Deseos Ocultos (Mi Amuleto #2)
Historical Fiction"Tú has sido mi placer y mi felicidad desde que te volví a encontrar al cabo de veinte años, Anne. Eres una diosa. Me hipnotizas con tu presencia y tu sensualidad." La historia de Anne y Kilian continua. Ahora ambos se tendrán que enfrentar al pasad...