En los primeros dos años de estudio en Hogwarts, no pasaron muchas cosas dignas de especial mención, pero Tom y Alyssa pasaban casi todo el tiempo juntos. En las vacaciones, ella lamentaba no poder estar también con él, y él la echaba mucho de menos, aunque nunca se lo dijera directamente. La relación de Alyssa con su hermano, era también muy cercana, y cuando ella iba a iniciar tercer año y él quinto, lo nombraron capitán del equipo de quidditch. Cuando recibieron la noticia, Cadie estaba pasando las dos últimas semanas de vacaciones en casa de ellos, y se alegró profundamente por el logro de Eduardus. Para Alyssa, Cadie era su mejor amiga, confiaban la una en la otra y se contaban casi todo. Pero Cadie no le había dicho nada a Alyssa sobre los sentimientos que comenzaba a tener por Eduardus, porque temía que eso le molestara. Pero Alyssa se daba cuenta, aunque prefería no preguntar porque no quería incomodarla.
—Espero que eso de que ahora eres el capitán del equipo de quidditch no vaya a afectar tus notas. Aunque sinceramente, yo prefería que te hubieran nombrado prefecto —dijo Armand, el padre de Alyssa y Eduardus.
—Eso no sucederá, padre —lo tranquilizó este último—. No descuidaré mis estudios.
Su padre lo miró como advirtiéndole lo que le esperaba si llegaba a sacar malas notas. Era un hombre exigente y nada le parecía suficiente. Por otro lado, su esposa le sonrió amablemente a su hijo y le dio un beso en la mejilla.
—Yo sé que te irá muy bien con todo —dijo.
Después de que terminaron de cenar, fueron a hacer el equipaje para regresar a Hogwarts al día siguiente.
Aunque le gustaba estar en casa con sus padres, Alyssa esperaba con ansias el regreso a Hogwarts, porque mientras estaban estudiando, estaba casi todo el tiempo con Tom. Se encontró con él cuando bajaron del tren en la estación de Hogsmeade, y de nuevo le dio un fuerte abrazo como saludo, sin importarle parecer demasiado efusiva, pues él no era de los que demostraban sus sentimientos. Siempre parecía indiferente ante casi todo, pero nadie sabía de la gran emoción que le causaban esas muestras de cariño que Alyssa tenía siempre con él. Ella era la única persona que le había mostrado cómo era que alguien sintiera cariño por él, y eso era algo que valoraba mucho.
—Hola —le dijo, y puso una pequeña sonrisa.
—Hola —dijo ella, y sonrió también—. ¿Cómo estás?
—.Bien, ¿y tú?
—Muy bien. Mira que nombraron a Ed capitán del equipo.
—Era de esperarse, juega muy bien.
Tom también tenía algo parecido a una amistad con Eduardus, a veces conversaban, y se llevaban bastante bien, además, era el hermano de Alyssa, y ella siempre le había hablado maravillas de él. Se lo encontraron en el gran comedor, diciéndole a todo el mundo que era el nuevo capitán del equipo.
—Felicidades —le dijo Tom, cuando se sentó junto a él en la mesa de Slytherin.
—Gracias —respondió, y siguió sonriendo, orgulloso de sí mismo.
—El problema es que ahora no hay quien lo soporte, está muy presumido —dijo Cadie, con fingido desagrado.
Eduardus fingió disgustarse con ella.
—Claro que tengo que presumir, esto es con lo que soñaba desde hace tantos años, además, soy el mejor jugador que hay en el equipo.
—¿El mejor jugador? Si en todos los partidos te caes de la escoba.
—¡Mentira! Me estás haciendo quedar mal en frente de mis admiradores.
Cadie y Eduardus rompieron en carcajadas, mientras Tom y Alyssa intercambiaron una mirada divertida. Cenaron entre conversaciones agradables y luego se fueron a los dormitorios de Slytherin.
Alyssa y Tom se quedaron hasta bastante tarde en la sala común, hablando sobre la familia de ella.
—Mi padre es demasiado exigente —decía ella—, a pesar de que siempre sacamos buenas notas, nunca le parece suficiente.
—No debería quejarse, no tiene ningún motivo, ustedes siempre sacan muy buenas notas —dijo Tom, mientras miraba a Alyssa con atención.
Alyssa y Eduardus eran buenos estudiantes, aunque en algunas materias como pociones, no les iba tan bien. Por otra parte, todos hablaban de las habilidades mágicas de Tom, y más de uno lo envidiaba porque no le costaba más de dos intentos lograr hacer cualquier hechizo, por complicado que fuera, y sus notas eran las mejores. Alyssa lo admiraba profundamente por eso, y le parecía cada vez más especial. En aquel momento, ella se quedó mirándolo, y por primera vez fue realmente consciente de lo atractivo que era. Habían pasado muchos años desde que lo había conocido, ambos habían crecido y poco a poco dejaban de ser unos niños.
—¿En qué piensas? —preguntó él, sacándola de sus pensamientos.
Ella parpadeó varias veces antes de responderle.
—En nada, creo que ya tengo sueño.
—Entonces hasta mañana.
Los dos se levantaron del sillón donde estaban sentados y se quedaron mirándose en silencio unos instantes.
—Descansa, Tom.
Alyssa se acercó y le dio un beso en la mejilla, luego se fue. Tom se llevó la mano a la mejilla, y se quedó mirándola mientras se alejaba en dirección a su habitación. Había sentido como que algo se movía misteriosamente dentro de su pecho, como si un centenar de mariposas estuvieran allí atrapadas.
A la mañana siguiente, estaban en una clase de encantamientos, tomando nota de lo que decía el profesor.
—Señorita Bulstrode —el profesor se había dado cuenta de que Cadie se había quedado dormida. Ella se despertó de inmediato, y fingió estar prestándole atención. Alyssa le dirigió una mirada de advertencia, pero ella solo sonrió.
Como se había ido a dormir tarde, Alyssa también tenía bastante sueño, así que casi sin pensarlo, recostó la cabeza en el hombro de Tom. Él frunció un poco el ceño, pero no le dijo nada, solo se quedó muy quieto para no incomodarla. Aunque no decían ni demostraban nada, ambos sentían que algo había cambiado entre ellos, aunque no sabían qué. Se sentían diferentes, como si se miraran a través de otros ojos. Algo le había pasado a esa visión casi fraternal que tenían el uno del otro, pero no se atrevían a pensar seriamente en eso.
ESTÁS LEYENDO
𝙾𝚜𝚌𝚞𝚛𝚊 𝚊𝚍𝚒𝚌𝚌𝚒𝚘́𝚗 || 𝚃𝚘𝚖 𝚁𝚒𝚍𝚍𝚕𝚎
FanficAlyssa Rosier fue apartada de sus padres y su hermano mayor y llevada a un orfanato muggle cuando tenía solo seis años. Allí conoció a Tom Riddle, y entre ellos surgió un mutuo entendimiento y amistad, pues ambos sabían que no eran como los demás. A...