Confrontación

96 11 2
                                    

No esperó que Kirishima estuviera ahí para cuando llegó al lugar acordado. Y, a pesar de estar a una prudente distancia, Katsuki pudo notar un cambio significativo en su semblante. Se veía perdido, como si fuera alguien ajeno; con su postura encorvada, mirada baja junto con un jugueteo constante y nerviosos de sus pies sobre la tierra.

Siguió adelante metiendo sus manos dentro de su chamarra.

—¿Pelos de mierda?

Kirishima volteó a mirarlo, y de pronto su faz envejeció. Se veía notablemente cansado, con los ojos hinchados, la nariz irritada y los labios temblorosos.

De pronto de sus pantalones sacó una hoja un tanto arrugada, la desdobló con los dedos temblorosos y se la enseñó.

La foto de Izuku hizo que el pecho le doliera.

Kirishima seguía sin decir nada, pero sus manos seguían temblorosas y sus ojos se cristalizaban cada vez más.

Katsuki miró la hoja con detenimiento sin expresar nada, manteniendo un gesto tranquilo que ocultaba las noches anteriores que pasaba sin dormir.

El silencio por fin lo exasperó y arrebató el cartel de las manos de su amigo.

—Habla, Kirishima, no tengo toda la noche.

El pelirrojo se pasó el brazo por los ojos retirando las lágrimas, mientras que con su lengua trataba de secar sus resecos labios.

Un poco más tranquilo resopló y finalmente habló.

—Katsuki, por favor dime que eso...—Se detuvo un momento para inhalar temblorosamente. —Dime que es mentira. Dime que no incitamos a ese chico a... —No pudo seguir hablando después de eso.

Katsuki seguía con un semblante sereno, pero las lágrimas empezaban a salir de sus ojos sin su permiso.

—Kirishima. —Llamó con voz rota.

Con una increíble fuerza el pelirrojo lo tomó de los hombros para zarandearlo.

—¡No!—Gritó —¡Lo matamos Katsuki! ¡Ambos lo matamos!

Los labios de Katsuki comenzaron a temblar.

—¿Por qué mierda no me lo dijiste Katsuki? ¿Por qué ocultarme eso? —Reclamó a medida que el zarandeo perdía fuerza. —¿Eso es a lo que te referías hoy? ¿En que... Acosamos hasta la muerte a ese niño? Dímelo. Deja de ser un cínico y dímelo.

—No lo matamos.

Todo movimiento se detuvo de repente, y pudo encontrar unas orbes furiosas viéndolo fijamente.

Kirishima soltó sus hombros con suavidad, para después retroceder unos cuantos pasos.

—Eres más prepotente de lo que pensaba, Bakugou.

***
Si ven algún tipo de error ortográfico me encantaría que me lo informaran, gracias <3.

Mar de Árboles [Katsudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora