Prólogo.

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Saldría contigo, pero se que no soy lo suficientemente bella para andar con alguien como tú.

Tan educada, siempre de buen humor, tus padres siempre que pueden halagan de la excelente hija que les toco.

Y dime, ¿quién no se enamoraría de ti?.

Lo tienes todo, tal vez no sepa de tu vida personal, solo me paso mirándote desde una distancia considerable en la qué nadie se entera de esta manía.

¿Como puede ser que no tenga valentía para hablarte? Si antes me pasaba días contigo y ahora el miedo me detiene.

Te he visto conversar con personas que se han atrevido a acercarse a ti y salen de ahí con una sonrisa de oreja a oreja.

He escuchado rumores, ¿como no iba a haber rumores de ti? Después de todo, en este instituto siempre has acaparado las atenciones de muchos colegiantes y entre esos estoy yo. La chica a la cual ya no recuerdas.

Una chica para nada llamativa, con un humor poco estable y con solo ganas de estudiar y poder desaparecer de este colegio.

Este sería el último año y lo aprovecharía al máximo, quizás tampoco me atreva a hablarte pero tengo la certeza qué al menos este año se olviden esos patanes que llamas "amigos" de golpearme por pura satisfacción.

El año pasado lo he sufrido bastante, rompieron el anteojo qué me había regalado mi padre y era lo único que tenía de él, ese año fue bastante duro y más cuándo mi aspecto era muy demacrado y hacía llamar la atención de demás personas y en unas de esas miradas también estaba la tuya... ¿llegaste a sentir pena por mi?.

Tengo el temor de que esa fuera tu primera impresión después de verme nuevamente, no te culpo, no eras la única qué sentía pena por mí, mi madre que no estaba al tanto de lo que pasaba a mi alrededor se pasaba días insistiendo en darle una válida explicación. Me excuse con las tareas, que andaba estresada y que ya volvería a estar bien.

Una mentira piadosa que se lo creyó.

Algo bueno saldría de este año, y es qué me mudaria para independizarme, no fue fácil convencer a mi madre de esto pero se qué siente la necesidad de no atajarme en las pocas cosas que le pido.

Tengo miedo, lo tengo que admitir, esta será la primera vez que estaría sola y no sería temporal, será ya para el resto de mi existencia.

Desde chica tuve todo lo que quise, era caprichosa y mimada por mis padres, nunca aceptaba un no por respuesta. Todo eso cambio desde el trágico día, en dónde mis ojos presenciaron la muerte de mi padre, lo apuñalaron a sangre fría y los causantes de esto vestían todo de negro, ¿como olvidaría todo eso? mi madre estaba en una reunión importante y no tenía a nadie para pedir ayuda.

Esos dos señores corpulentos me violarian si no fuera por esa niña vestida de unicornio que tiró la pelota por la ventana cerrada, haciendo que un estruendoso sonido se escuchase producto de los vidrios rotos. Esos señores se miraron mutuamente y unos de ellos se acercó hasta mi oreja.

-Te salvaste niña. - Susurra y antes de alejarse completamente me beso la mejilla.

Era una niña aterrada, todo mi cuerpo temblaba y susurraba casi inaudiblemente.

Mami.

La buscaba y no sabría como tuve fuerzas para irme fuera de casa, sentada en el suelo llorando por mi padre.

Y tú te acercaste, Lisa la niña vestida de unicornio.

-¿Quieres jugar? a mami le encantaría que tenga una nueva amiga, soy nueva y nadie quiere jugar conmigo. -Hablaba muy emocionada y por instinto me alejé de ella.

-¿Por qué te alejas? no tengo mal olor, ¡si me acabo de bañar! - Chilla empezando a llorar.

Sus manitos temblaban y aunque yo había presenciado algo terrorífico, tuve la necesidad de cuidarte y con cautela me acerqué a ti abrazandote.

- No tienes mal olor. - Pronuncié desdé lo más bajito, sollozando aún, mantenía en mis manos el anteojo que minutos antes me había dado mi padre por mi cumpleaños.

- ¡Desde hoy serás mi amiga! y estaremos juntas por siempre, yo te protejere mi amada mariposa.

-¿Mariposa? - Susurre aún abrazada a ti.

- Las mariposas siempre son lindas, tanto por fuera como por dentro, mami me lo dijo.

Y desdé ese día fuimos inseparables, ella no sabía de mis citas al psicólogo, por lo tanto cada qué me invitaba a salir a jugar le decía que estaba castigada.

Un día en la qué las dos estábamos sentadas en la cama jugando, mi madre entro deprisa diciendo qué debíamos de irnos del país.

Lisa lloró, y me partía el alma verla con lágrimas en sus hermosos ojos.

-No te vayas, prometiste ser mi mariposa.

Ese día se quedó a dormir conmigo y fue la primera vez que tuve la necesidad de no soltarla de mis brazos, dormimos abrazadas y a la madrugada su madre la busco.

- Qué les vaya bien en el viaje - Dice alzando a su hija por sus hombros acurrucandola ahí.

Lisa no sintió nada y antes de que su madre se vaya, avergonzada me puse de puntitas besando su frente y jurando qué algún día volvería.

No supe más de ella, los motivos por los que viaje no supe hasta hace algunos años.

Y era qué esos señores me buscaban, alegando qué tenían el miedo de que fuera a denunciarlos y a describir sus facciones.

Mi madre dueña de una tienda reconocida y con miles de guardias, fue a quién se le avisó del proyecto que querían hacer esos señores, afortunadamente mi madre fue rápida y nunca me encontraron.

Después de algunos meses pude volver a sentirme libre después de que mi madre me haya dicho que esos señores murieron en un tiroteo. Volví a Corea y no intenté buscarte, lo siento unicornio, la promesa de buscarte no se cumplió, pero aún tengo la otra promesa de cuidarte...

Fue una dicha qué estemos en el mismo instituto, aunque ya no te acuerdes de mí, te cuidaré desde la distancia.
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Esta historia contiene escenas duras, abuso sexual y smut +18, si es incómodo se recomienda no leer.

Igual como sé que no me harán caso, en el capítulo en dónde toque cualquier tema duras o smut se los avisaré.

Después de un mes creo, vuelvo a resubir esta historia ahora si completa. Subiré capítulos de seguido, más no sabré si pueda todos los días...

Ven conmigo. [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora