Capitulo 11

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Pov Lisa.

- Brandon, ¿como vas con la chica que te gusta?.-Pregunto sumamente interesada, ahora que sé quién es, necesito saber las interacciones de ellos dos.

¿Están juntos?

¿Por qué no les veo juntos?

¿Acaso no se hablan?

Miles de preguntas tenia, pero no podía preguntarle todo de una vez a Brandon, sé como es el, es bastante posesivo y celoso. Lo que sea que es Jennie para él, espero que no pase a más de amistad, no le recomiendo tenerle a el como novio, el... no es bueno.

¿Entonces quién sería bueno para Jennie?

Yo.

No, mí mente decía qué podría tener una oportunidad con ella, pero mi lado racional sabia que eso jamás pasaría.

- Ya no viene al instituto, no se que le paso. - Dice y veo cierta tristeza en su voz, pobre seguro lo extraña.

- ¿Por qué no vas a verla? - Miro mi batido y con la pajita lo revuelvo tratando de demostrar el menor interés en las respuestas que dirá Brandon.

- No puedo verla, no se me permite.- De reojo veo como sus puños se ponen duro y una idea alocada cruza por mi mente.

- Puedo verla por ti si quieres.

Me mira por largos segundos y sin miedo al éxito lo desafío con la mirada, jamás le tendría miedo, sabía sus puntos débiles y uno de ellos es su dedo meñique, ¿quién diría que el fortachón tiene un dedo metálico? con simplemente estirar puede salir y eso le ocasionaría un grave dolor.

-¿Por qué harías eso por mi? - No lo hago por ti, imbecil.

- Eres mi amigo, te estoy viendo sufrir, si no quieres- Lo miro y me recuesto en el asiento mirando al cielo. - No import-

- Ayúdame- Es eso lo que quería escuchar, definitivamente Brandon es un estupido, si tan solo supiera que poco a poco me voy sintiendo atraída por esa chica castaña.

Me dio la dirección de su casa y su número, evité preguntarle de dónde obtuvo esto. Jennie por más que no la conozca, no creo que sea de esas chicas que da su número celular a cualquier persona.

[...]

-¡Llegué! - Al abrir la puerta solo escucho silencio y unos pasos apresurados bajarse de la escalera, al notar quien era me tenso. Aún no estoy acostumbrada a tener a Mina en mi casa.

-¡Lisa! - Me abraza efusivamente y me besa la comisura de mis labios, incomoda la alejo y voy subiendo a la escalera a dirección a mi habitación. - Espera.

Volteo a verla y me quedo boquiabierta.

Ella estaba sin su vestido...

Solo tenía un encaje rojo y podía ver sus pezones detrás de las telas transparente.

Trago en seco y con un poco de esfuerzo la miro a los ojos, procurando controlar no bajar mis ojos por esos lugares tentosos.

- Mina ponte algo y no vuelvas a hacer esto, en mí casa no permitimos que falten el respeto.

-Per-

- O lo haces o tendrás problemas. Me enseñaron a respetar mi hogar y es exactamente lo que hago, te pediría qué no hagas estas ridiculeces.

Me doy vuelta y faltando algunos escalones para poder llegar a mi habitación la escucho decir.

- Limoncito no dice lo mismo.

Avergonzada entro a mi habitación, es cierto lo que dijo Mina.

Después de todo podía controlarme, pero a mí pene no hay quién lo detenga y ahora tengo una gran erección qué arreglar.

[...]

Después de algunas horas de hacer algunas cosas qué no hacen falta dar detalles, estaba frente de la casa de Jennie, cuándo venía de camino a su casa no me puse a pensar en que le diría.

Solo pensaba en como estará, por qué dejo de asistir al instituto o por qué no publicaba nada en sus redes sociales, ella no lo sabía, pero tengo otra cuenta que es de mis gatitos, en esa cuenta la seguía y podía ver las maravillosas fotos que tenia.
Todos eran solo de ella, no publicaba fotos con sus familiares y fotos con algunas amistades, no sabría como decir, pero me entraba cierta envidia saber que sus amistades le tienen a ella, que pueden verla sonreír y contarles sus cosas.

Cabe aclarar que sus amistades eran nada más que Jisoo y Rose, también amigas mías. Pero eso no quitaba el hecho de qué desearía ser ellas y poder pasar tiempo con Jennie.

Es por eso que fotos con sus amistades lo evitaba.

Ahora delante de la puerta del hogar de Jennie, me temblaba las manos y los nervios jugaban conmigo.

Toqué y miraba a los lados, movía mis piernas de un lado a otro, nada... nadie me atendió.

Volví a tocar una vez más y ya me estaba desesperando hasta que escuché una voz detrás de la puerta.

-¡Es tan tierna! ¡¡mira como hace un puchero mientras mueve sus manitas!!.

Miro mis manos y es cierto que las movía desenfrenadamente y mis labios tenían un puchero, avergonzada toqué una vez más y escuché unas risitas.

La puerta se abre encontrándome con una niña de 12 a más años, me sonreía y sus ojos se achinaban, eran de esas sonrisas que mirabas sus ojos y parecía que los tenía cerrados.

-¡Hola! - Dice y da saltitos, la miro confusa pero de igual manera le sonrio.

Ven conmigo. [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora