Capítulo 19

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-¿Te gusta?- Estaban ya en el centro comercial y Lisa hacía un puchero ya cansada de esperar a que Jennie se decida por qué ropa llevar.

- Todo te queda bien - Su mirada disimuladamente bajaba por las piernas de la menor, Jennie se percató de eso y en vez de darle asco solo sonrió.

- Lisa, los ojos arriba.

Pasaron la mayor parte del tiempo en el centro comercial hasta que cierta persona berrinchuda se cansó de perseguir a la menor.

-¡Me cansé! - Exhala profundamente mirando como Jennie la mira con burla.

A lo lejos dos chicas la miraban con cierta indecisión si acercarse a ellas o no.

Pov ***

-¿Creés qué sea prudente ir a saludarlas? - Volteo a mirarla notando la pequeña preocupación en sus ojos.

- No perdemos nada, amor. - Después de tiempos al fin pude agarrar fuerzas para pedirle a Nayeon que sea mi novia, moría de miedo al pensar que quizás me rechazaría pero fue todo lo contrarío.

Fuimos acercándonos lentamente a Lisa y Jennie, quienes estaban de espalda a nosotras tomando un licuado.

Nayeon fue la primera en saludar y mis ojos rápidamente fueron a las manos de Jennie, ella al escuchar el entusiasmado saludo de Nayeon agarró fuerte la mano de Lisa en busca de protección.

-¡Hola! - Saludo efusivamente Lisa tratando de no soltar la mano de Jennie.

Miramos a Jennie y solo bajo la mirada y se escondió en el cuello de Lisa, ese simple acto de amor me hizo pensar que quizás algún día ellas dos serán pareja.

Conversamos poco tiempo con Lisa, ya que notabamos la incomodidad de Jennie.

Ella se refugiaba en Lisa y solo miraba sus manos entrelazadas.

- Fue un placer verlas de nuevo, nos alegra que estén bien.- Digo antes de entrelazar mi mano con la de Nayeon y despedirnos de ellas.

- Hacen muy linda pareja, ¿no creés? - Ruedo los ojos sonriendo.

- Nosotras hacemos mejor pareja. - Digo robándole un pico.

Fin del pov de Jeongyeon.

-¿Conoces a esas chicas? - Pregunta la menor confundida por ese encuentro inesperado, Lisa asiente con la boca llena de dulces qué había estado insistiendo en comprar, desde qué entraron a comprarse un batido Lisa lo quería y Jennie no pudo negarse a comprarselos.

- Ellas me ayudaron, mmm. -La curiosidad la estaba matando, Lisa tenía su mirada fija al suelo tratando de explicarle a Jennie lo que había sucedido. - Ellas estuvieron cuándo ya sabes... - Dice incomoda y la menor se tensa solo asintiendo no queriendo hablar más del tema.

-¿Estás bien? -Lisa puso una mano encima de la de Jennie quien los tenía puesto en su regazo.

Jennie aún luchaba con los pensamientos que la invadían, una parte de ella deseaba inexplicablemente huir de Lisa y no volver a verla y por otro lado, quería que nunca la deje, esta es la primera vez que la menor se sentía cómoda al sentir las manos de Lisa en sus manos.

Pocas veces tuvo la oportunidad de abrazarla y ciertamente le gustaba tanto, que tenía miedo de acostumbrarse a ellos y que después Lisa la deje.

- Si, es solo qué aún sigo soñando con ese recuerdo. - Sus manitas temblaban y un pequeño sollozo alertó a Lisa y rápidamente se posicionó delante de la menor.

Con el tiempo sabía que no debía intentar tocarla en ciertas partes, como la cintura o la mejilla.

Anteriormente había cometido varios errores qué hicieron que la menor sufriera ciertos ataques de pánico.

La última vez qué le dio un ataque, Lisa no sabía que hacer y se abalanzó a Jennie, poniendo su cabeza en el regazo de la menor y rogándole que la perdone. Su sorpresa fue qué Jennie la estaba acariciando y desde ese día la menor había mencionado que le tranquilizaba el que Lisa ponga su cabeza en el regazo de ella.

La mayor no se negaría a eso, le encantaba recibir los pequeños y sinceros cariños por parte de Jennie.

Ahora Jennie volvía a recordar ese pasado qué aunque Lisa trataba de no mencionar, siempre había un momento en dónde su pequeña mariposa sufría constantemente de esos recuerdos.

En este caso la única forma de demostrarle qué la protegía era poniendo la cabeza en su regazo, Jennie sintió la cara de Lisa en su regazo, tenía sus ojos cerrados con un puchero, desdé qué le mencionó que de esa forma la tranquilizaba Lisa lo hacía sin ningún tipo de problemas.

Y es que para Jennie, tenerla cerca era como estar en casa y aunque no podía abrazarla de seguido o besarle, porqué sí, la quería besar pero había algo que le impedía, el recuerdo.

Con el tiempo sabía que lograría ese objetivo, el besar a Lisa...

Ven conmigo. [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora