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Después de su hermosa cena volvieron al departamento, los mayores volvieron a dormir con los más pequeños y el adolescente volvió a disfrutar una cama para él solo. Todos durmieron felices esa noche, incluso podría decirse que durmieron con una leve sonrisa adornando sus rostros.

Jaemin fue el primero en despertar, cosa que lo sorprendió ya que de los dos él era el más flojo. Miró hacia un lado y se encontró con la imagen más hermosa de todo el mundo. Jeno tenía sobre su pecho a Jungwon quien dormía con su boquita abierta con un brazo de Jeno sobre su espalda, Beomgyu estaba siendo abrazado por el brazo restante. Los tres se veían tan tiernos que no pudo evitar tomar su celular y capturar ese hermoso momento en una fotografía, la cual guardaría para él por siempre.

Le gustaba la nariz respingada de Jungwon, sin duda era el bebé más precioso de todo el mundo. Después miró a Beomgyu, él era la definición de alegría, siempre hablando y riendo de cualquier cosa, sin duda el niño tenía un alma llena de luz. Y por último estaba Jeno, Jeno, Jeno, si dejaba de lado lo irritable que podía ser, llegaba a admitir que era el hombre más atractivo que sus ojos hayan visto.

Jaemin había rechazado a muchos hombres y mujeres, y no era que él se creyera superior o que nadie estubiera a su altura, simplemente nadie había llamado su atención, nadie excepto Jeno. No sabía bien qué era lo que lo cautivaba, pero estaba seguro de que el único ser humano en la tierra que podía conquistarlo era él, solo él. Aunque nunca lo admitiera lo admiraba muchísimo, admiraba que hubiera mandado a la mierda a su madre y hubiera luchado solo, sin ningún apoyo. Jaemin no sabría enfrentar la vida sin el apoyo de sus padres, él admitía que era más sensible que Jeno, necesitaba el apoyo de alguien como sus padres para tener ánimos.

Ahora la otra cosa que estaba cautivando aún más a Jaemin era la nueva faceta de Jeno, padre, era algo fascinante. Le gustaba ver cómo jugaba con Beomgyu o cómo dejaba que Jungwon estuviera mucho tiempo mirando y tocando sus tatuajes. Nunca había visto a Jeno como lo estaba la noche de su graduación, los ojos le brillaban y parecía un cachorrito. Eso lo hizo sentirse bien, lo hizo sentir orgulloso por preparar la sorpresa, le hizo sentir orgullo por los niños, se habían esforzado tanto por mantener el secreto, sobre todo Beomgyu. Cuando Jaemin les había dicho lo que tenía planeado inmediatamente se pusieron de acuerdo para hacer una sorpresa, le pidieron hacer pulseras de familia.

Se veían tan ilusionados mientras preparaban todo, le hizo preguntarse si nunca habían tenido un momento así con sus padres biológicos, si nunca pudieron preparar una sorpresa, si nunca pudieron vivir tales emociones. Con tan solo ver a los niños la respuesta llegó, no, nunca habían podido vivir algo así. Todo lo que hacían era nuevo para ellos, por eso su emoción, su corazón se estrujó en ese momento, nadie merecía eso, nadie merecía haber sido privado de vivir tales emociones.

Jeno se removió un poco, lo que le hizo pegar un brinco, estaba mirándolo tan atento que se asustó de que este lo pillara así. ¿Jeno tendría pareja? Aunque para ser sinceros ambos sabían muchas cosas sobre la vida de su compañero ¿Podía este ocultar eso? ¿Podía ocultar que estuviera en una relación? Más cuando este suele salir todo el fin de semana y no volver. Suspiró, estaba bien, si Jeno tenía pareja estaba bien, él no era de su pertenencia y el tener a los niños a su cuidado no lo limitaba a nada.

Decidió levantarse, ya era tarde así que el desayuno se lo saltarían, aunque eso no fuera muy saludable. Quería dejar listo el almuerzo y prepararse, debía juntarse con un compañero para terminar un trabajo, para su tranquilidad su compañero era de los pocos que nunca le habían dicho algo, de los que no pasaban rumores sobre él, además de que era agradable.

Se levantó sin hacer ruido y se dirigió a la cocina. Le gustaba cocinar porque su mamá le había enseñado todos sus secretos, él era bueno cocinando y era una de las pocas cosas que Jeno había destacado de él. No era que Jaemin hubiera cocinado mucho para Jeno, aunque él no le ofreciera, también cuando se enfermaba solía cocinar cosas especiales para él.

PADRESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora