CAPITULO 16 SOBRIO

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Zhan bajaba de las escaleras, frotándose los ojos suavemente, sin saber que mientras baja estaba siendo observado por el rubio, que con solo verlo se imaginó a Zhan como despertaría todas las mañanas.

— ¡Oh Zhan!, has despertado — exclamó Xiao Lu levantando se de su silla.

— Tú... ¿qué haces aquí? — frunció el ceño, reclamando primero al ver al rubio que responder a su hermana.

— Es hora de irme, es un gusto haber hablado un momento. — se levantó de su silla e hizo una leve reverencia.

— Zhan — habló dulcemente la hermana, el pelinegro no quería hacerlo, pero sabía exactamente a lo que su hermana quería, despedir al invitado.

Siguió caminando al lado de Wang Yibo que ahora se hallaba sobrio, nadie comentaba nada hasta llegar a la puerta. Pero Zhan moría por dentro, su cerebro era como una computadora descompuesta, a cada momentos reproducía los besos de Wang Yibo.

— ¿No me darás un beso de buenas noches? — preguntó travieso, sabiendo que Zhan se negaría. 

— ¡Ni sueñes con eso! — exclamó Zhan con una mirada fulminante, queriendo ocultar sus nervios y haciendo ver que podía intimidar, pero solo logro que Yibo lanzará una sonrisa pícara.

— Te vez realmente sexy — le lanzó una mirada que parecía que lo desnudaba ahí mismo.

Zhan arrugó más el ceño y se volteó para poder irse y dejar al rubio sólo, bueno eso pensaba.

Cuando apenas había dado un paso para querer ir, fue jalado por la mano de Wang con tantas fuerzas que pudo llegar al cuerpo de Yibo bruscamente.

— No me iré... — Se acercó a su lado para susurrarle — si no me besas — luego plantó un beso tan suave en la mejilla del pelinegro.

Zhan quería empujar a Yibo y salir, pero su cuerpo se quedó como un imán pegado al del rubio sin siquiera moverse, podía sentir la respiración del menor acercarse a sus labios, poco a poco... solo cerró sus ojos y esperó por aquellos labios que no llegaron.

— ¿Tanto deseas mis besos? —

Zhan abrió los ojos de golpe, Yibo sonreía satisfecho. Cómo un maldito jugador que acaba de ganar el mayor premio.

— ¡¡INSOLENTE!! — Exclamó Zhan re Furioso, severamente lo empujó para salir de sus brazos.

Wang lo jaló nuevamente, tan brusco lo tomó de la cintura pegándole a la pared, las manos de Zhan fueron alzadas sobre su cabeza sujetas por la mano derecha de Yibo. Zhan forcejeaba, sentía como su corazón palpita como una ave a punto de estallar, y no sabía si era por el enojo o, por qué era masoquista.

— Shshsh — le silenció Yibo, posando su dedo índice sobre los labios del pelinegro, luego delineando los labios sonrió aún más satisfecho, se podía ver la felicidad de victoria, dibujada en su rostro. Tomó entre sus manos la mandíbula del mayor y se acercó para besarlos.

Zhan selló sus labios, pero Yibo mordía aquellos labios hasta lograr abrirlos, sus besos fueron tan delicados, luego introdujo su lengua hasta lograr que la de Zhan le correspondiera jugueteando.

Hasta hallarse satisfecho dejó de besar a Zhan, suavemente soltó a Zhan de su agarré — Dulces sueños. — sin mas se fué.

Zhan quedó con el corazón a punto de estallar, casi callendo al suelo, caminó a pasos de tortuga, llegando a la sala donde se hallaba su hermana.

— Vamos a dormir, te ves pálido.... — se acercó la hermana, observándolo de cerca, le palmó el rostro.

Mientras Zhan acompañaba a Yibo, ella estuvo levantando y lavando las tazas.

EL QUERIDO DEL JEFE (EN EMISIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora