Después del abandono de Tom, Pryxtine cambió de piel, convirtiéndose en alguien diferente y descubriendo una nueva forma de vivir.
¿Tom regresará por el amor de su vida?
•Esta novela contiene lenguaje explícito, sexo, violencia y más.
»Segunda te...
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NARRADOR OMNISCIENTE
—¡Pryxtine!— Lucius corrió dentro de la mansión hacia los brazos de ella que lo esperaba en las escaleras.
—Lucius, te extrañamos Nagini y yo— lo abrazó sacudiendo su cabello levemente.
Durante cuatro años, Pryxtine pasó con una compañía diferente durante las vacaciones, apoyó al chico durante los momentos más difíciles, Lucius le informaba a Pryxtine sobre Sirius en el colegio, desde la ausencia de ella en su vida, Sirius se había convertido el bravucón de su grupo.
A ella le dolía no poder contactar a Sirius por no querer involucrar a nadie en sus asuntos, habían quedado Pryxtine y Lucius en guardar el secreto de sus vacaciones.
—Lo escuché hablar de ti— Lucius llamó la atención de la chica. Ambos estaban en la sala frente a la chimenea leyendo. Nagini dormía entre ellos. Ella lo miraba atenta— estaba muy emocionado por verte.
Pryxtine sintió una punzada en el pecho.
—No quiero contactarlo, me duele demasiado irme sin despedirme, él es como mi hijo— Pryxtine sonrió con dolor en el recuerdo de Sirius aquellas tardes que pasaban juntos.
—Deberías escribirle, solamente decirle que estás viva, o visitarlos.
A Lucius le preocupaba.
—No lo sé, a Tom no le gustará esa idea.
La puerta sonó.
—Adelante— dijo ella.
—Disculpe, señorita Pryxtine— Dobby entró con una carta en mano— le ha llegado esto.
Le extendió una carta y ella la tomó.
—Gracias, Dobby— miró las heridas abiertas en su brazo—¿Quién te hizo eso?— dijo molesta levantándose con Nagini a su lado.
—Dobby no quiere echar de cabeza a nadie— dijo con miedo, Pryxtine se agachó a su altura.
—Dobby, nadie merece este trato— lo miró a sus grandes ojos verdes— nadie.
Dobby pensó por un momento lo buena ama que Pryxtine había sido con él desde que la conoció, ella lo protegía hasta del mismo Tom Riddle cuando se enojaba, su lealtad era hacia ella.
—Jarper y Bartie— susurró.
—Gracias, yo me encargo, ve a comer algo— le sonrió.
