De Vuelta A Mi Sitio

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Mirar las ligeras bruscas líneas del techo de mi habitación me recuerdan aquella vez que inhale una.
No es para alarmarse, pues jamás lo he vuelto a hacer, pero lo que sí recuerdo perfectamente es la sensación de haber estado hiperactivo y a su vez adormilado, no podía pensar en otra cosa más que en esa curiosa combinación, no podía pensar si quiera en lo mal que aquel día me sentía.

Aunque mal ya no estoy realmente, últimamente me gusta estar mareado con un poco de alcohol que siempre hay en casa, me hace sentir que el día no es aburrido y no es monótono como todo últimamente.
Sé que suena muy deprimente, pero en absoluto y reitero que no lo es para nada.
Incluso simplemente hacer los deberes del hogar es entretenido.

Y justo es lo que hago ahora.
Estoy bebiendo.
¿Y por qué?
¿Por qué no?
No hay nadie en casa, tengo las bocinas a medio volumen y nada, quiero soltarme un poco con mis canciones favoritas.
Quiero transportarme a ese lugar donde bailar solo es lo único que importa.

1/4 de botella

Recién empieza esa sensación graciosa como de tener sueño, y sentir el cuerpo ligero, las canciones van aumentando el ritmo de mi sangre, haciendo combinación con el whisky.
Puedo sentir cómo después de subir al máximo las bocinas mi cuerpo se balancea ligeramente, sin pensarlo mis manos también empiezan a flotar en el aire.
Todo está perfecto, solo soy yo un poco mareado y un poco feliz.

2/4 de botella

Casi sin darme cuenta mi vista ligeramente borrosa me asombra por observar "detalladamente" la botella. Pero culpa mía no es estar emocionado, y jugar al juego de tomar un shot en cada coro de cada canción.
Eso es lo que ha estado pasando, no mucho, pero sí bastante, lo único que pasa por mi mente es la sensación de bienestar, y que me he de ver raro al reírme solo por las cosas estúpidas que pienso.

3/4 de botella

Ya siento calor, y ya casi no hay suficiente refresco de cola para continuar con esta imbécil travesía.
Así que en mi tercera fase, cuál idiota que estoy ya, me encuentro ya fuera de mi casa en busca de más refresco de cola.
El aire en mi sudor de la frente hace que este mareado mucho más, y mientras camino de regreso, estiro los brazos para sentir el viento entre los dedos.
¡Estoy volando! ¡Puedo volar!
Pero quiero estarlo más.

Y entonces me di cuenta porque me gustaban las drogas y el alcohol, incluso ellos me habían visto desnudo, incluso así podía verlo todo lindo.
Porque con ellos a mi lado podía aceptar las cosas más fácilmente, con ellos aprendí a huir pero seguir aquí.
Tan fácil entender, tan fácil hacer, lo divertido que es.
No me siento pequeño, soy gigante en la imaginación.

El último trago de la botella

No es suficiente, necesito entrar más, necesito llegar ya.
A mi lugar feliz, a mi respaldo, a mí guarida.
Pongo la boca de la botella en mi boca, la alzo y dejo que lo último del líquido recorra mi garganta.
Ya me siento seguro y feliz, pero necesito estarlo un poco más, solo un poco.
Quiero perderme.
Necesito drogarme.

De entre mis escondites, sintiéndome el más tonto, pues me cuesta demasiado ahora poder sujetar el cigarro que tenía guardado.
Es hora de salir.

Tomé una chamarra, unos lentes rosas para disimular, y mis audífonos, y mi teléfono.
Subí el volumen, y ya estoy aquí.

Dónde la vida se siente como las canciones lentas que tanto escucho, en un vídeo musical de esos, dónde el reflector me mira solo a mí. Donde yo soy el más importante.
El protagonista de la historia, al que le pasan las mejores cosas.
Esperando en cada esquina suceda lo más inesperado, pero con los finales más felices.