De Vuelta A Mi Sitio

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Antes de su haz crear, en mi destino sin sentirlo y sin pensarlo, la soledad abrumadora me acompañaba con ser un consentido, un mimado y un ser sin alguna idea de qué era tomar importancia al rededor.

El primer cometa, que pequeño pero poderoso ví brillar, cayó cercano a mí, a tres años luz de distancia, que si bien el principio no recuerdo, la manera en que me preocupaba por su tamaño, al ser diminuta, temía algún bicho chupasangre llegase a picarle. Como si eso llegase a debilitarle, y sin comprender todavía, únicamente sentía que debía protegerla.

Cuál veloces estaban nuestras estelas, más años luz pasaron, aunque la distancia era la misma, y parecía ser mucha, cercanos nos teníamos. Luchando uno por el otro, incluso con lágrimas demostrando el gran aprecio.
Discusiones claro habían, por trivialidades o por no tener el mismo dulce, pero más habían esos juegos de niños, dónde las horas y más años pasaron.
A tal punto en que cada cometa se estrelló en su propio mundo, dónde cada uno comenzaba a crear sus soles, sus lunas y sus planetas orbitantes.
Momentos en que todavía lo único que nos preocupaba era vestirnos bien y tratar de encajar en algún lado.

Fue entonces, cuando de sorpresa una nueva estela de gran luz apareció, no era pequeña, pero tampoco era grande, más largo su gran haz, que contemplando nuestros mundos atónitos quedaron.
Más aún así felices, y esta vez con el conocimiento de saber qué tratar de hacer.

Volviendo a ambos universos, sin estrellarse construían un gran camino, lleno de estrellas y grandes mundos, que claro estaba la grandeza ellos buscaban, para el día en que el cometa decidiera caer, pudiera hacerlo en grandes luces.

Y para cuando sucedió, nuestras galaxias creadas estaban, con ciertos misterios todavía, se asemejaba a algún bienestar.
Yo con más nubes que estrellas, y la que seguía mío con grandes estrellas. Última con un poco de todo, más sin embargo, demasiada luz tenía.

Así seguía creciendo, nuestro infinito más allá, de entre conocer cosas por uno mismo, y perder mundos para ganar estrellas, entre los dos más grandes, un apoyo incondicional se hacía más visible. Sin saltar de la pequeña, que pronto grande se veía, amor no hacía falta, y apoyo mucho menos. En la perfección de la belleza, sus risas son sincronizadas.

Y pasó, la primera de muchas, dos de sus mundos colisión hacían.
Hasta dejar solo escombros, el silencio que hacía entre los 3 universos, que sin querer, comenzaron con agujeros negros.
Que el segundo fue un gran agujero, en sus corazones por un año absorbió, creando desconciertos, confusiones y de los pocos escombros, polvo parecía convertirse.
Solo fueron ellos tres, ahí perdiendo sus rumbos, siendo atraídos a lo que parecía un vacío sin fin.
Más si no fuera por sus lazos, sus temores y sus actos, comprender la unión para una sola galaxia, sería la eterna solución a los acontecimientos más importantes.

Años luz seguían pasando, ya más entendidos, ya más construidos, un poco arreglados también, volviendo un poco de todo, ahuyentando agujeros negros, y luchando contra otros, mano a mano en silencio, con el corazón en alto, cada uno a su modo, con su afecto y paraíso conseguido, comprenden sus caminos.

Entendidas las mejores constelaciones, acercados a las grandes nebulosas, con claros errores aún cometidos, los más grandes perdiendo muchos más mundos, pero entendiendo es lo mejor.
La más pequeña solo jugando, sigue con sus trivias pero fuerte siempre es.
El silencio de los inocentes, pues los tres algo en común tienen.
Sus grandes corazones, que tan poderosos cuál supernova, no buscan hacer daño, pero han recibido demasiado, solos juntos están, en sus momentos vulnerables.
Abrazados y dormidos, su sanación más fácil y poderosa.

Desde mi universo suelo ver, sus cambios y gustos, comprendo sus alegrías y desesperanzas, miedos y fortalezas, ellas son un mundo, que siempre en silencio suelo ver.
No por pensar en molestia, porque sé que no es así.
Más solo para que aprendan, a evolucionar por ellas solas.
Pero al mismo tiempo, para que sientan seguridad en mis oídos, que por más oscuro esté, y más silencio se escuche, mi preocupación por tener su mundo iluminado, siempre estará presente.

Orgullo ambas causan en mi universo, lo llenan de amor y mucha luz incomprensible.
Años luz pasaron volando, pero años luz aún sabemos que faltan.
Creciendo juntos vamos, que no parece demostramos, pero de nuestras pláticas y bromas dicen demasiado por todo lo demás que hemos pasado.

Ahora comprendemos, la dulzura del amor, y la rudeza del dolor, la compañía que nos damos, y lo incondicional en los abrazos.
Día a día y noche a noche, vernos diario es nuestra gloria.
Ahora comprendemos, lo delicado de nuestro corazón, por eso protegemos, aún cuando solemos hacer cosas por dañarlo, se da natural en nuestras visiones.

Y seguimos, ahí, así, comprendiendo...

La más pequeña comprendiendo los más viejos mundos, pero jugando con los más nuevos mundos, admirada de sus sueños, siempre sonriente y divertida.
La mediana, siendo una guerrera, sin temor de ser dañada, es quién más valiente es, y quién mejor lleva las riendas de ser líder.
El más grande, que en silencio suele hablar, abrazos suele dar, dice tres palabras, y a las más pequeñas suele amar.
Años luz seguirán pasando.
Y algo nuevamente en común tienen.
La galaxia mejor formada, unida corazón a corazón.

Sean más cielos azules o días malos, podremos juntos sostener a todo el universo.

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6.- Pequeñas grandes estrellas

Verso 1:

Al fin me pregunté, qué hacen para ser tan fuertes, incluso más que yo, siguen llenas de vida y tan brillantes.
Sus fortalezas, sus debilidades, seguimos solos a los cuatro vientos, y aún así, piensan en todas las cosas buenas.
Rosas rojas, intensas y suaves, con espinas realmente hirientes.

Pre - Coro:

Sin sonrisas falsas, su corazón, destruido y reparado, con coraje, sin seguridad.
Sin más en quien confiar, tres problemas, dos más y uno menos, con miedo, sin saber qué hacer.

Coro:

Brillantes, tintineantes.
El amor al rededor, nuestro gran mentor.
Diferentes cosas, iguales nuestras almas, unidos en miradas, unidos en abrazos.
Brillantes en un tres, tintineantes en lealtad.

Verso 2:

Ahora sé por qué, que somos fuertes por estar uno al otro, floreciendo en un rosal cuidando en total a las espinas.
Somos todos buenos, sin nada de maldad, sin nada corrompido, heridas del pasado que marcas han dejado.
Silenciosa nuestra alma, que fortalece estando cerca.

Pre - Coro:

Sin sonrisas falsas, su corazón, destruido y reparado, con coraje, sin seguridad.
Sin más en quien confiar, tres problemas, dos más y uno menos, con miedo, sin saber qué hacer.

Coro:

Brillantes, tintineantes.
El amor al rededor, nuestro gran mentor.
Diferentes cosas, iguales nuestras almas, unidos en miradas, unidos en abrazos.
Brillantes en un tres, tintineantes en lealtad.

Bridge:

Pasando quiebres, tormentas y cometas, en cada día más oscuro.
Resplandecemos sin contarlo, de las lágrimas sólidas hacemos el escudo.
Incluso derrumbados, las miradas que nos curan, y las palmas que acurrucan.
Divertidos y encantados, de tenernos como hermanos.

Coro:

Brillantes, tintineantes.
El amor al rededor, nuestro gran mentor.
Diferentes cosas, iguales nuestras almas, unidos en miradas, unidos en abrazos.
Brillantes en un tres, tintineantes en lealtad.