Capítulo 6

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Iba refunfuñando por el pasillo, ya había ido a mi oficina y recogido todas mis cosas. Estaba a punto de tocar la puerta de la oficina, de Benjamín cuando lo escuche hablar, parecía que estaba teniendo una llamada.

─Sí, se fue hace rato... No, claro que no... cómo crees...─Le contesto, a la otra persona.

Parece algo privado pero, no pasará nada si escucho. Sutilmente... ¿No?

─Tranquila, la tengo en mis manos. Ella no se enterará de la verdad... Claro que no.

¿De quién estará hablando?¿Y porque nunca se debe de enterar de la verdad?

Curiosa, pegué más la oreja de la puerta para oír mejor.

─Ella no renunciará...¿qué cómo lo se?.─ Benjamín, Soltó una risa amarga, sin nada de gracia.─Lo necesita, y no sólo por el dinero, sino por su madre. Isabela, hará lo que yo le diga.

¿Qué Carajos?¿Yo?

Me sobresalte, de la impresión. Y en ese momento sin querer hice que sonará la puerta, descuidadamente.

Dios mío, yo no puedo ser más torpe, en la vida.

─Si, está bien. Escuché algo, debe de ser ella. Luego hablamos.─Y por el silencio, deduje que había finalizado la conversación.

Nerviosa sin saber que hacer, salí corriendo "Patitas pa' que te tengo" fui disimuladamente hasta donde estaba la secretaria de Benjamín.

─Hola.─Hablé, con una sonrisa un poco forzada.

─¿Nececita algo?─preguntó ella, amablemente.

─Sí.─Dude un poco, pensando que decirle y solté lo primero que se me vino a la mente.─¿Donde esta el baño?─pregunte, juegueteando con mis dedos.

Ella se quedó en silencio un momento cómo con cara de "¿es enserio?" Hasta que habló.

─Ehh... está a la derecha.─Pronunció, haciendo un ademán con su mano.─Y luego ve a la izquierda, al final del pasillo y allí está.─ Me explicó, volviendo a sonreír.

¿Es que no se me pudo ocurrir algo mejor? Ahora tendré que ir al baño, ¿a que?, no se. Bien hecho, Isabela.

─Gracias.

Pronuncie, alejandome por donde me dijo. Fui por la derecha y luego a la izquierda y al final del pasillo, Hasta llegar al frente del espacio sin puerta, que tenía la señal de baños.

Al entrar, había cómo una clase se pasillo que dividía los baños de caballeros y damas. Fui al pasillo derecho que daba a mi correspondiente baño de damas. Al pasar, me asegure que estuviera vacío, abriendo cada puerta. Cuando llegue a la última, corrí a la puerta principal y la cerré con seguro.

Luego fui al tocador y coloque mis cosas. Registre nerviosa mi  bolsa hasta encontrar mi celular. Lo encendí, y marque el número, de Edith.

Estaba angustiada, escuchando el pitido de la operadora. Hasta que llegó al buzón de mensajes.

A lo mejor Edith estaba en clases en la Universidad, así que decidí por dejarle un mensaje de voz.

─Edith, es Isabela. Me enteré de algo importante... Cuando puedas, devuelveme la llamada.─Las palabras me salían torpemente. Casi en un hilito de voz.

Volví a apagar el celular y lo guarde. Me acomode la falda mirándome en el espejo, luego mi cabello y me retoque el pinta labios.

Respire profundo y tomé mis cosas para dirigirme a la puerta.

La fuerza inexplicable de un sentimiento]✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora