Podia sentir mis manos sudar, regularmente eso siempre me sucede cuando estoy nerviosa pero, creo que jamás lo había estado tanto como en esté momento.Hace apenas unos minutos, un par de hombres altos, con traje y corbata entraron por la puerta seguido de ellos venía un hombre de altura muy baja, de aproximadamente 1.60 cm, regordete, de tez blanca, con cabello blanco totalmente canoso, con pecas en su rostro, con ojos color gris, y traía un traje negro sin corbata. Se veía arrugado, y con un bastón en su mano derecha.
Cuando lo vi detalladamente me pareció familiar, como si antes lo hubiera visto pero, tan rápido cómo vino ese pensamiento así mismo se esfumó.
─¿Tienen hambre?─fue lo primero que dijo mirándonos fijamente.
Edith y yo nos miramos, y al mismo tiempo negamos.
─Deberían comer algo...─Dijo pensativo
─Comeremos en cuanto nos expliqué el por qué estamos aquí.─Respondí, totalmente desafiante.
Él hombre, me observo por unos segundos con una pequeña sonrisa que me pareció extraña. Rápidamente fijó su vista hacia el tal Abraham, y le hizo un gesto con la mano, el aludido rápidamente entendió lo que significaba porqué se levantó de su silla de inmediato y se la cedió al esté.
Abraham simplemente se dispuso a estar a un costado de nosotros con un aire un poco desinteresado.
─Soy Raúl, es un placer tenerlas aquí, lamentó mucho qué haya sido de está manera pero, no había otra forma, cuando nos enteramos de lo que iba a suceder rápidamente Abraham y yo planeamos una extracción.─ mi vista rápidamente se posa en Abraham y esté me observa con una gran sonrisa y luego asintió; corroborando lo dicho por Raúl.
─Sé que le puede sonar algo confuso pero, trataré de explicar todo para que puedan entender.─siguió Raúl.
─Está bien, continúe.─respondí atenta.
─Bueno, inicialmente yo soy propietario de una empresa familiar, antes de estar a la cabeza de ella, era de mi hermano, luego de fallecer, paso a ser mía. ¿A donde voy con esto? se deben preguntar, pues siempre hemos sido competencia de la empresa de Mousett, actualmente liderada por Benjamín, podría decirse que nuestras familias era amienemigos, se mantuvo una riña desde mi bisabuelo, a pesar de eso seguíamos teniendo tratos que beneficiaban a ambas empresas, hasta qué...─El señor Raúl se tomó un momento para continuar.─Mi hermano falleció, su muerte siempre me pareció algo extraña, simplemente un día en una cena le dio un infarto, pero para mí siempre fue algo inusual, el no sufría de ninguna enfermedad cardíaca, o una mala alimentación, al contrario, él se cuidaba mucho... No se le realizó autopsia porqué era una muerte natural, hasta hace unos 6 meses, pedí que se exhumara el cuerpo y la realizarán, y como sospechaba, los resultados arrojaron que fue un homicidio, causa por envenenamiento.
Un veneno tan letal que inmediatamente provoca un paró cardíaco, y sin mostrar ningún signo de envenenamiento en la víctima hasta luego de 48 horas. ¿Saben quién lo enveneno?─ nos preguntó a mí y a Edith.
Las dos negamos.
─El padre de Benjamín Mousett.
mi rostro reflejaba totalmente asombro, Edith y yo nos quedamos sin palabras. ella solo se llevó una mano a su boca.
─Lo más injusto es qué sabiendo todo esto y que él fue su asesinó, ante la justicia el es inocente, y no lo haran pagar por lo que hizo. Me enteré de qué el fue el que contrató a uno de los meseros que sirvieron la cena ese día, dimos con el mesero y le sacamos toda la información, le pedí a mis hombres que al día siguiente lo llevaran a la policía, lo habíamos dejado encerrado en un sótano mientras, y cuando regresamos el mismo se quito la vida con una navaja que le había robado a mis hombres sin que se dieran cuenta.

ESTÁS LEYENDO
La fuerza inexplicable de un sentimiento]✔
Mystery / Thriller¿Te imaginas cuando un sentimiento es tan atrayente que es capaz de arruinar todo? Para bien o para mal, y no es porque lo desees o porque eso quieras. Simplemente pasa, sin razón, sin motivo y sin opción a elegir. Así sea lo último que hubieras que...