La Herencia De Lo Aterrador

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Capítulo dedicado a: hanmenram, por seguir esta historia

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Capítulo dedicado a: hanmenram, por seguir esta historia. ¡Muchas gracias!

El pequeño niño tenía el privilegio de poder entrar al gimnasio oficial de MSBY donde se realizaban los partidos de práctica

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El pequeño niño tenía el privilegio de poder entrar al gimnasio oficial de MSBY donde se realizaban los partidos de práctica. No era un secreto que el gimnasio estaba abierto al público, pero se volvía uno privado durante sus prácticas oficiales.

Hishou se abrazaba al enorme balón de voleibol, y Shoyo sólo podía regodearse entre la ternura y la felicidad por el pequeño que tenía entre sus brazos y que se aferraba al balón como si su vida dependiera de eso.

—Te habíamos extrañado, Shoyo-kun —habló Atsumu, después de que su turno finalizara en el partido y entrara el siguiente colocador novato. Shoyo amplió con más fuerza su sonrisa, al ver al rubio teñido limpiar el sudor de su frente con su propia mano y la impaciencia volvió a picar su cuerpo porque él también quería jugar—. ¿Pronto regresarás a los partidos oficiales? —Ahora fue el mayor quien se atrevió a mirar al pequeño Hishou, el infante que se parecía en demasía a Tobio, suficiente para que Atsumu tuviera un extraño temblor en todo su cuerpo y su ceja lo reflejara sin querer.

—¡Sí!, lo más seguro es que pronto pueda regresar a los partidos oficiales —atribuyó el menor, teniendo un extraño brillo de emoción en sus ojos, mientras aferraba más a su pequeño contra sus brazos. Hishou, muy al contrario, no despegaba sus rasgados ojos azules de la cancha: no daba indicios de entender el juego, pero sus pequeñas pupilas se iluminaban de una emoción inexplicable cada vez que el colocador atrapaba una pelota y lo lanzaba de lleno al aire para que alguien más lo hiciera.

Su curiosidad era grande, y no importaba que cosa perturbara a su alrededor, para él sólo existía la calidez de su papá al estar entre sus brazos, la textura desconocida del balón que Tobio le había enseñado a abrazar, y al joven de MSBY que ahora relevó a Miya en su turno, lanzando por los aires el balón, justo como había visto en casa hacerlo en más de una ocasión a Kageyama.

Soltó una pequeña risa de emoción, logrando que Shoyo le dedicara toda su atención, y Miya no aguantó más la tentación de ver sin tocar esas redondas mejillas abombadas, que terminó estirando su mano, dejando que la suavidad de sus largos dedos rozaran con la delicada piel de un bebé que ya casi cumplía un año y dos meses de edad. La caricia fue inexperta y fácil, Atsumu se deleitó y sintió que era regresado a un mundo de paz interior. Sus mejillas se tiñeron de rojo, y no le importó que ese niño de hebras azabaches fuera demasiado similar al aterrador de Kageyama Tobio.

Tres Son Multitud ¹ [KageHina Family] | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora