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Luego de haber dado vuelta a la manzana, por culpa del perro suelto de los Lee, Yeonjun y yo llegamos al despacho de señor Wang, pero en lugar de ser atendidos por el dueño, fuimos recibidos por su hijo, quién a diferencia se su padre, era más amable.

– Disculpa molestar – comencé dudando un poco, pues no conocía el carácter ni autoridad del joven – Es solo que escuche acerca de su venta.

– Oh – exclamó el joven Wang – ¿Hablas de la casa?

– ¿Si? e-es decir ¡Si! Si, justamente esa.

– Lo lamento, pero me temo que ya fue vendida.

– O-oh, y... Yo, nosotros, no lo sabíamos – el calor aumento en mis mejillas, estaba demasiado avergonzado. Solo opté por bajar la mirada, para mí el ambiente se había tornado incómodo, sin embargo no parecía los mismo para le joven, quién después de unos minutos en completo silencio estalló en risa.

– Lo siento chico – dijo luego de parar de reír – fue una broma de mal gusto, no sabía que te ibas a poner así

– ¿E-entonces sigue en venta? – pregunté aún más avergonzado que antes.

– Si claro.

– Excelente – exclamé.

Las siguientes dos horas pasé intentando llegar a un precio accesible para mí, en realidad el precio original era justo, para quienes tienen la posibilidad económica, pero yo no la tengo, tuvimos que llegar a un acuerdo, en donde no solo pagaba con en efectivo, si no, tendría que trabajar al menos una vez por semana en la panadería de la familia. Si bien iba a ser demasiado complicado, valdría la pena si así tendría la oportunidad de ver a Huening Kai.

Y vaya que valió la pena, desde el momento en que se me dió el título de propietario me mudé, igual no eran muchas cosas. No era una casa muy grande ni mucho menos lujosa, era habitable y eso era lo que contaba.

Más tarde, ese mismo día, salí en busca de Arin, le había pedido hace algunos días que me apartará un ramo de alcatraces, si me iba a gastar absolutamente todo mi dinero, mínimo tendría que darle algo a Huening Kai aparte de mi presencia, ella me entrego un bonito ramo, todos los alcatraces era blancos, amarrados con una bonita cinta de azul celeste, un color muy básico en mi opinión.

Por la noche, me abrigue bien, ya se se hacían presentes las bajas temperaturas nocturnas, tome el ramo de alcatraces y salí por el balcón, este estaba justo enfrente al de la habitación de Kai, no solo eso, la distancia entre ambos no superaba el metro, lo hacía perfecto para mantener una tranquila conversación.

Vote una carta por el balcón, con la meta de pasarla por debajo, pero las ráfagas de aire se la llevaron lejos, muy lejos, por consiguiente opté por votar gravilla en la madera.

Luego de unos cinco minutos Huening Kai se asomó, se veía cansado, su ojos eran adornados por una notorias ojeras, demostrando su falta se sueño, no obstante eso no le quitaba lo hermosos que eran.

En cuánto, me vió su cara cambio por completo, dejo de lado ese triste semblante a una gran sonrisa, salió con cuidado para no hacer ruido y se acerco lo más que pudo a la orilla del balcón.

– ¡Sorpresa! – exclamé una vez que estuvo parado enfrente mío.

Pero para mí sorpresa sus bellos ojos se llenaron de lágrimas, quienes amenazaban por salir, tomo mi rostro entre sus manos y finalmente lo escuché decir.

– ¿De verdad eres tú? – preguntó con la voz un tanto ronca – ¿No es está una ilusión?

Mi ojos también se cristalizaron.

– No mi cielo, te puedo asegurar que soy el mismísimo Choi Soobin – le respondí.

El sólo me sonrió para acercar nuestras frentes

– No sabes lo mucho que te extañe – me dijo

– No, tú no sabes lo mucho que yo te extrañe – le respondí, para luego agregar – incluso compré está casa.

– ¿En serio?.

– Mmm si.

– ¿De verdad hiciste esto por mi?.

– Si claro, por ti haría lo que incluso no está en mis manos.

– Tenía miedo de no volver a verte – me dijo

– Lo se – respondí.

– Mi padre me quiere enviar a España, con un viejo alfa adinerado.

– También lo sé – aunque en realidad no lo sabía.

– Pero yo no quiero irme  – reprochó.

– Lo se, y no te irás, buscaremos la forma de salir de aquí, lo prometo.

– Siempre me haces sentir bien.

– Que te puedo decir, es mi especialidad.

La noche terminó es una despedida que parecía jamás acabar, un piquito y la entrega se su ramo de alcatraces. Sacaría a Huening Kai de ese horrible destino, aúnque costará mi vida.

Eʟ ᴄᴀʟʟᴇᴊᴏɴ ᴅᴇʟ ʙᴇsᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora