Querido diario, lamento no haber escrito en estos días; pero es verdad cuando te digo que tuve una razón.
¿Es el estar ocupado una razón aceptable?
Espero que así sea.
Ojalá no me odies, querido diario.
El día está por acabar, el viento sopla, los michis salen, las personas se esconden...
¿Has pensado en la sensación de la soledad?
Yo sí, la verdad no me gusta esa sensación. Da gracia recordar los viejos tiempos, cuando pensaba que lo único que me faltaba para estar tranquilo era quedarme solo.
Quizá ahora no esté tranquilo, pero estoy feliz.
Y ese es el tesoro más grande: la compañía.
¿Quieres saber qué pasó después de ese hermoso domingo 1 de agosto?
Me quedé solo.
ESTÁS LEYENDO
Querido diario...
Short StoryEste es mi diario. Puede que no te llame la atención y que no sea de tu agrado; pero si tienes el tiempo y la paciencia para entrar en la mente de este chico de 17 años, pues bienvenido.