CINCO

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“Ser libre no es sólo deshacerse de las cadenas de uno, sino vivir de una forma que respete y mejore la libertad de los demás”

-Nelson Mandela-

★•★•★•★•★•★ Cinco ★•★•★•★•★•★


Los días siguientes comprobé lo que mi guía me dijo sobre la libertad.

Somos realmente libres, eso significa
que podemos cometer errores y que podemos afrontar las consecuencias de nuestros actos.

Ser libres significa también, que creamos nuestro futuro con cada decisión que tomarnos, que el destino no existe, lo creamos en cada momento.

A pesar de que mis hermanos y yo habíamos recibido la misma educación, nuestros destinos eran muy diferentes.

Plan, que era dos años mayor que yo, había tenido siempre éxito en sus estudios, supongo que él, en lugar de rebelarse como yo, decidió tomar lo bueno y aplicarlo en sus cosas, hoy era socio en una firma de
arquitectos y su futuro era prometedor.

Kao, un año menor que yo, se había casado hacía unos meses. Mi padre no aceptó a su novio, de hecho, le dijo que si se casaba con él se olvidara de que era su hijo. El se mantuvo firme en su decisión y no se habían visto desde entonces.

Por último estaba René, la consentida de la familia, tenía sólo 8 años. Cuando supimos que mi madre estaba embarazada fue una sorpresa para todos. Su nacimiento me trajo muchas alegrías. Era mi adoración y ella me quería mucho. Poco a poco fueron mis padres aceptando la situación y yo también.

En los meses que pasaron, logré ver partes de mi familia que nunca había visto antes: el lado amoroso y tierno de mi padre, la gran fortaleza de mi madre, la unión que nunca sentí entre mis hermanos.

Supongo que el verme totalmente indefenso e inmóvil traía a su mente la fragilidad de la vida y los enfrentaba con su propia vulnerabilidad.

Recuerdo cuando se encontraron Kao, su esposo y mi padre en mi cuarto, no hubo necesidad de palabras, explicaciones, ni disculpas. Kao corrió a abrazar a mi padre y él lo recibió como diciendo: te extrañé mucho.

Después se volvió hacia su esposo y le dijo: “Gracias por venir, yerno” y estrechó su mano. Eso fue suficiente para dejar en claro que mi padre respetaba ahora su decisión, que ahora, era más importante para él poder ver a su hijo que tener la razón.

¡Qué terrible que tuviera que pasar una tragedia para que mi familia se uniera y empezaran a expresar su amor, se dejaran de resentimientos y complicaciones! Pero... ¿por qué es así? Si en realidad somos tan libres, ¿por qué no elegimos ser buenos con nosotros mismos y con los que nos rodean?

Por nuestras creencias. —una vez más, mi guía venía a enseñarme algo.

— ¿Las creencias? No entiendo -le contesté.

Nuestras creencias moldean nuestra existencia. Cualquier cosa que tú crees de ti mismo es cierta. Cualquier cosa que tú crees de los demás y cualquier creencia que tengas sobre lo que pasa a tu alrededor, es también la verdad, para ti.

No entiendo nada.

Mira, todo lo que tú ves, sientes, oyes y vives es verdad para ti mismo, pero no para los demás. Tú vives las cosas que te pasan de una manera distinta a todo el mundo. Todos tenemos una forma distinta y única de ver la vida.

Es por eso, que las discusiones casi nunca llegan a una solución.

Claro, discutir es querer que otra persona vea la vida como tú la ves y eso es... ¡Imposible!

— Millones de personas -continuó —mueren en las guerras porque sus líderes quieren imponer su forma de ver la vida, a otros líderes. Basta que el presidente de un país quiera imponer su creencia de que un sistema económico es el adecuado, o de que todos deben de adorar a su dios, para que mande matar a todos los que se rehúsan a creer lo mismo.

Quince millones murieron en la segunda guerra mundial, es increíble. -comenté.

Así es, Hitler era un psicótico y logró convencer a toda una nación, de que pertenecían a una nación, de que pertenecían a una raza superior. Seis millones de inocentes sufrieron las peores atrocidades que la humanidad haya presenciado jamás.

Pero, ¿qué tiene esto que ver con ser bueno con los demás? —pregunté.

Tiene todo que ver ¿Qué es lo que más extrañas en este momento?

Mi salud, la capacidad de moverme, de poder expresar mis ideas y sentimientos. La posibilidad de convivir con mis seres queridos.

Así es que... extrañas lo que ya tenías.

Antes era para mí lo más natural, supongo que lo di por asegurado y no me permití siquiera, comprender la bendición que era mi cuerpo.

Pues así también, damos por seguro las cosas más valiosas de la vida y andamos por ahí, buscando lo superficial, porque creemos que hay “algo” que nos haría felices si lo tuviéramos.

Sí, nos olvidamos de lo realmente importante: de nuestras relaciones, de lo que ya tenemos; siempre queremos más y más.

El ser humano tiene la creencia errónea de que necesita algo para ser feliz, no se da cuenta que, ¡¡¡ tiene todo lo que necesita!!! No se da cuenta que la felicidad es una forma de ver la vida, una actitud, una costumbre.

Tienes razón, mi vida estaba llena de bendiciones, pero yo siempre estaba insatisfecho -le contesté.

La mayoría de la gente lo está, siempre caen en el juego estúpido de acumular y acumular. Unos acumulan dinero y posesiones, otrosconocimientos y títulos. Llenos de miedo a la pobreza, al qué dirán, a no ser una persona valiosa; sin darse cuenta que, no es lo que tienen lo que los hace valiosos, sino lo que son.

Es como una competencia. Yo recuerdo siempre querer ser mejor que los demás, tener mejor coche, ser más guapo. Hoy daría sin pensarlo, todo eso por simplemente poder abrazar a mis padres.

Sin embargo —me interrumpió— es una competencia en la que nadie gana, porque todos somos únicos y de pronto se nos olvida que nada nos llevaremos y que los logros nada valen si no tenemos a alguien con quien compartirlos ¿Puedes darte cuenta de que respondemos a creencias erróneas?

Después de recapacitar un poco comenté:

Me parece que tienes toda la razón, siempre andamos tratando de tener más, de hacer más, de lograr más, de ser más; sin damos cuenta de que si nos detuviéramos un poco para disfrutar y agradecer lo que ya tenemos, lo que hemos logrado, lo que ya somos, seríamos felices en ese momento. Y, sin embargo... ¿por qué es así?, ¿cómo es que casi todos hacemos lo mismo?, ¿cómo es posible que olvidemos que lo más importante en nuestra vida son nuestras relaciones?, ¿por qué este afán de ignorar lo que tenemos y enfocamos en lo que no tenemos?

Esclavo [Perth Tanapon / TERMINADA / Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora