DOS II

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¿Cómo que elegir mis sentimientos?

Sí, tus sentimientos vienen y sólo pueden venir de tus pensamientos, así es como funciona: Piensas en algo triste y te pones triste, piensas en algo que te molesta y te enojas, crees que los
demás pueden herirte o desilusionarte o hacerte sentir mal pero, nadie puede meterse en tu mente y hacerte pensar ni sentir nada. Aun en este momento, los demás podrán mover tu cuerpo y hacer lo que quieran con él, incluso, podrían apagar esa máquina que te mantiene vivo pero, en tu mente, aún tienes el control.

Dijiste que no podías decir nada que yo no supiera ya.

Pues lo único que prueba esto, es que no eres tan tonto como pensabas.

Otra vez los insultos.

No es un insulto, en realidad te creías un tonto, además te creías una víctima, siempre culpando a los demás y a las circunstancias de lo que iba mal en tu vida.

Pues sí, mi vida no era fácil, además con la familia que me tocó y para acabar, tuve mala suerte.

¡Pobrecito de ti! Cuando hablas así, te imagino como un esclavo de tu pasado, de los deseos de otras personas, de las circunstancias y de la suerte.

Se supone que yo tenía control de todo lo que pasaba. ¿Qué se supone que yo podía controlar a los demás?

No tenías control sobre lo que pasaba, pero tenías y tienes control sobre lo que pasa en tu mente. Tú eres quien decide qué pensamientos tener y cómo reaccionar ante cualquier situación.

Sí como no, ¿cómo podía yo reaccionar de forma positiva ante todos los problemas que tenía?

Tenías la opción de verlos como problemas o como obstáculos a vencer, como una maldición o como un reto. Si tú no eras quien decidía cómo reaccionar, ¿quién lo hacía?

Ya me estás haciendo enojar, así que ¿el único culpable de todo lo que me pasa soy yo?

Tú mismo te estás haciendo enojar, además, no se trata de culpar a nadie. Sin embargo, dime... ¿quién movía tu mano aquella vez que le pegaste a Laura? ¿Quién la movía cuando te servías una copa tras otra? ¿Quién puso en tu boca esas pastillas que te trajeron aquí?

Me sentía a punto de estallar, supongo que expresar nuestras emociones nos sirve como una válvula de escape y yo no podía ni llorar siquiera, estaba furioso por lo que me decía mi guía y lo peor, es que tenía razón en todo lo que me decía. Por suerte, algo sucedió que distrajo mi atención: la puerta se abrió y entró un enfermero. Esta vez, no era aquel hombre frío que acostumbraba a cambiar el suero que me alimentaba. Se acercó a mi cama y se inclinó para verme. Noté mucha tristeza en sus ojos café, su pelo hermoso caía constantemente sobre su rostro y el lo empujaba con sus dedos hacia los lados. Estuvo observándome por unos segundos y pude leer su nombre en el gafete del hospital: Hu Yi Tian.

— Hola —me dijo.

Hola Yi Tian —imaginé contestarle.

— Pobrecito de ti, mira como estás.

Pues ya ves, ¡cómo es la vida!—-Seguía yo la conversación en mi mente.

Me acarició el pelo y me dijo:

— No te preocupes, yo te voy a cuidar.

Muchas gracias —pensé.

El está mucho más cerca de ser un ángel que yo —comentó mi guía— ¡además es super lindo!

Cuidadosamente cambió el suero, arregló los cojines bajo mi cabeza y revisó que los aparatos a mí alrededor funcionaran correctamente.

— Hasta mañana —dijo, antes de salir.

Hasta mañana —imaginé contestarle.

Hasta mañana, ¡¡¡guapo!!! —gritó mi guía en mi cabeza. Prudencia, mierda, prudencia.

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Editora: Hasta mañana, ¡lectores!

Esclavo [Perth Tanapon / TERMINADA / Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora