SIETE II

72 12 0
                                    

- Mejor de lo que te imaginas -le contesté en mi mente.

- Pero eso no lo podemos decidir nosotros - decía mi padre mientras tomaba la mano de Plan para evitar que me siguiera señalando-. Eso es juzgar a Dios.

- ¡Juzgar a Dios es mantenerlo vivo! Tal vez es el mismo Dios el que detuvo su corazón y tenerlo aquí está en contra de su voluntad. Tal vez está sufriendo y lo que hacemos es prolongar su dolor.

Al oír esto mi padre se tumbó en la silla y llevando sus manos al rostro murmuró abatido:

- Maldita sea... no sé qué hacer.

- Firma la autorización papá -le dijo Plan entregándole el montón de papeles arrugados.

Mi padre se quedó viendo unos momentos las hojas y de manera casi inconsciente tomó su pluma del interior del saco y después de secar una lágrima que escurría por su mejilla, firmó los papeles...

¡¡Firmó mi propia sentencia de muerte!!

- ¡No seas tan dramático! -mi guía siempre quería dar su opinión-. Todos moriremos tarde o temprano, lo importante no es vivir mucho tiempo sino aprovechar al máximo el tiempo que estamos vivos.

- Me parece curioso que no estoy enojado con mi padre ni con mi hermano. En realidad comprendo lo difícil de su situación -le comenté.

- Perdonar no es una acción en sí misma, perdonar es simplemente comprender. Cuando logras comprender que todos buscamos lo que creemos que es mejor para nosotros, que nuestras acciones son por lo regular, bien intencionadas, que todo lo que hacemos tiene como objetivo acercarnos a lo que creemos que es la felicidad; entonces te das cuenta de que no hay nada que perdonar.

- ¡Ah!, pero, ¿cuando alguien te hiere con toda la intención?

- La mayor parte de la gente no tiene la intención de hacerte daño. Todos tomamos nuestras decisiones a partir de los conocimientos que tenemos y de las circunstancias que nos rodean en ese momento. Si tu pareja decide terminar tu relación e irse con otro, lo hace porque la relación que tiene contigo ya no la hace feliz y porque cree que estará mejor con esa otra persona; no lo hace por molestarte o por herirte, lo hace porque eso es lo mejor que puede hacer en ese momento. Muchas personas dicen: "me abandonó" en realidad no te abandonan. Simplemente se van. La gente no te desilusiona simplemente hace lo que puede hacer si no coincide con lo que tú crees que deberían hacer entonces tú te desilusionas.

- ¿Qué hay de la gente que roba, mata o engaña a otros premeditadamente?

- Lo que pasa con ellos es que tienen una visión muy limitada, no han aprendido que hay otras formas de obtener lo que quieren, no saben que causarle un mal a otro es causártelo a ti mismo.¿Crees tú que se pueda disfrutar del dinero que se ha obtenido engañando, robando o afectando a otros?

- No, no lo creo.

- Te imaginas lo que es vivir con un miedo constante a ser descubierto, con el cargo de conciencia de las malas acciones, con el rechazo de la gente?

- En sus propias acciones llevan el castigo. ¿Debemos aceptar entonces lo que hace la gente a pesar de que nos afecte?

- No, una cosa es comprender y aceptar y otra, muy diferente, es resignarse y aguantar. Comprender es ponerte en los zapatos del otro, estar consciente de que nadie puede desilusionarte, ofenderle, abandonarte, sólo tú mismo. Aceptar es reconocer que todos tienen el derecho de buscar la felicidad en la forma que crean conveniente. Por otro lado, aguantar los comportamientos de otro que te afectan, o resignarte a vivir en una relación que no te hace feliz, es jugar a la víctima. Hacerte el mártir y eso va en contra de tu propia naturaleza.

Después de un rato, pasó Kao a la habitación y al explicarle lo que había sucedido, decidieron todos comentarlo con mi madre para que se fuera preparando.

Ella y mi padre se dirigieron a mi casa y Plan estuvo de acuerdo en pasar a dejar los papeles a la oficina del doctor.

Esclavo [Perth Tanapon / TERMINADA / Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora