TRES II

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- Eso lo leí en un libro de psicología.

- Claro que lo leíste si no, no podría yo decírtelo ahora, pero no me interrumpas... Esta es la primera contradicción de la vida: El ser humano nace totalmente libre pero totalmente dependiente. De hecho, de todos los animales, es el que requiere más atención por parte de sus padres. El niño sabe que, si sus padres no lo cuidan.., ¡se muere! Entonces el amor se convierte para él, en una cuestión de vida o muerte. Ahora bien, cuando el niño va creciendo, no sabe nada en absoluto y... ¿de quién crees tú que aprende todo sobre la vida?

- De sus padres.

- Claro está. Si tú llegaras a un planeta desconocido y vieras como todos los habitantes se golpean entre si llegarías a la conclusión de que eso es lo normal.

- Como el desgraciado de mi padre, que nos pegaba a todos.

- Ahora bien, el niño nada sabe tampoco acerca de sí mismo y... ¿de quién crees que aprende todo sobre él?

- También de sus padres, obviamente.

- Así es, el niño cree que estos dos seres poderosos de los que depende su vida, lo saben todo y siempre tienen la razón. Cuando tu padre te decía: "Eres un idiota y no sirves para nada" tú lo creías.

- ¡Claro que no!

- ¿No? ¿Qué te decías a ti mismo cuando cometías un error?

- Soy un idiota.

- Y, ¿qué te decías cuando volvías a beber y te habías propuesto dejar de hacerlo?

- No sirvo para nada.

- ¡Ahí está! El niño además, copia de sus padres la forma de relacionarse con todo lo que le rodea. Si el padre cree que todos los seres humanos son malos, el niño también lo cree. Si la madre siempre está preocupada o llena de angustia, el niño también se siente así.

- Así es como empezamos a amarrarnos hilos en pies y manos, ¿no es cierto?

- ¡Exacto! Y en esta relación empiezan nuestros traumas o nuestras heridas. Cuando eras un niño pequeño y cometías un error; tu padre te insultaba o a veces te pegaba, tú creías que eras malo, eso te hería más que los golpes. Cuando tu madre te decía que si no te portabas bien ya no te quería, te hería también y te llenaba de angustia.

- Entonces, ¡ellos tienen la culpa de todo!

- No señor no seas necio. Ellos también tienen heridas y ellos hacían lo mejor que podían con los conocimientos que tenían. Ellos también lo aprendieron de sus padres y sus padres de sus padres.

- Es un círculo vicioso.

- Un círculo que se puede romper.

- ¿Si? ¿Cómo?

- Dejando de buscar culpables. Mira, la culpa es, en realidad, el miedo a ser rechazado por los demás. Un miedo fundado en que cuando eras pequeño, si tus padres te rechazaban, tu vida estaba de por medio. Tus padres usaron la culpa para que hicieras lo que ellos creían era lo correcto: "no comes bien, eres un niño malo", "si te portas mal, ya no te quiero", "a la gente no le gustan los niños que dicen mentiras o que son groseros"

- Pero... ¡Funcionó!

- Claro que funcionó. La culpa es excelente para controlar a los demás.

- Pero, sin culpa todos haríamos lo que se nos pegara la gana y nos andaríamos matando unos a otros.

- Por eso digo que la culpa es un sentimiento inútil, pues con culpa y todo, los hombres se están matando unos a otros. En lo que ha fallado el hombre es en hacerse responsable de sí mismo y de su libertad. La persona que logra aceptar la responsabilidad de su vida, se da cuenta de que él es quien construye su destino y sabe que cada decisión que toma moldea su futuro, acepta la responsabilidad de todos sus actos pero comprende que, como no es perfecto, podrá cometer errores y en ese caso,
no se culpa; si se puede remediar hace algo al respecto; si no, sabe que no importa cuánta culpa sienta por lo que pasó nada va a cambiar. Con traumas y todo, con heridas y todo, el hombre tiene la posibilidad de hacer que su vida vaya mejor o destruirse a sí mismo.

- Yo, ¡maldita sea! Ya no digas más. ¿De qué me puede servir saber esto ahora? ¡Aquí estoy como un monigote sin poder siquiera desahogar esta terrible rabia y tristeza que siento!

[Nota: un monigote es un muñeco de gran tamaño]

- Aun ahora eres libre de elegir tus pensamientos y tus sentimientos.

- Bien, pues en este momento elijo que ¡¡¡te calles!!! Elijo sentirme desgraciado, elijo llenarme de tristeza de odio y rencor. Si mis padres hicieron lo mejor que pudieron, realmente, no hicieron nada bien. Era yo libre para hacer de mi vida lo que yo quisiera y elegí tomar y drogarme, elegí acabar aquí como una maldita planta que piensa... Hoy elijo, entonces, perder toda esperanza... ¡Lo único que quiero es dejar de pensar, dejar de existir!

Esos eran mis pensamientos cuando la puerta se abrió de repente.

- Hola otra vez, no te vas a librar de mi tan fácil -dijo Yi Tian después de cerrar la puerta, como si hubiera podido escuchar mis pensamientos.

Se acercó a mi cama y comentó:

- Te tengo buenas noticias, parece ser que tus padres ya te encontraron.

- ¡No!, no puede ser.

- Vendrán más tarde a verte -dijo mientras cambiaba el frasco de suero. -Va a ser muy duro para ellos verte así...

- No, ¡maldición! No quiero que vengan.

- Por lo que pensé arreglarte un poquito -sacó de su bolsillo un pequeño peine y comenzó a arreglar mi cabello, el que me tocara siempre lograba tranquilizarme.

- ¿Por qué haces esto? ¿Por qué cuidas tanto de mí si ni siquiera me conoces?

- Yo no soy muy creyente, sabes -comentó-, pero creo que hay un Dios que cuida de nosotros.

- Sí como no, por eso permite que esté yo en este infierno.

- No sé por qué le pasan cosas malas a la gente -continuó-, pero creo que Dios cuida de nosotros a través de nosotros mismos. Por eso soy enfermero. Me imagino que le ayudo a Dios a cuidar de otros. A veces pienso que, en su desesperación, la gente dice: "Dios mío, ¿por qué no me ayudas?"
Pero en realidad, Dios está en la gente buena que ayuda a los demás.

Soltó una risa tímida y a mí me pareció como si se iluminara el cuarto.

- Bueno.., ya quedaste, me voy antes de ponerme más cursi.

Esta vez fue más adelante: me dio un beso en la mejilla y salió de la habitación apresuradamente.

- ¡Vienen mis padres! Mi guía tiene razón, ésta es una vida llena de contradicciones, los extraño tanto y al mismo tiempo estoy lleno de rencor hacia ellos. Tengo tantas ganas de ver a mi madre pero sé que verme así le causará mucho dolor. Ojalá pueda perdonarlos, ojalá puedan perdonarme.
¿Vendrá Saint con ellos?

Llegó la noche mientras yo seguía con mis pensamientos mezclados sobre el perdón, la culpa y el rencor, hasta que no pude más y me quedé dormido.

Esclavo [Perth Tanapon / TERMINADA / Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora