Uno

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Sabía que nuestro amor hacía tiempo que se había vuelto imposible. Ya no tenían sentido los intentos, los nuevos comienzos, los desesperos. Era una pasión que se había diluido con el tiempo, casi de forma ingenua e inocente. ¿En qué momento comenzó a desintegrarse aquello que nos definía? Solo sé que de repente las tardes eran grises, y la casa fría. Que todas las estaciones eran invierno en nuestro pecho, y que acudíamos el uno al otro en un intento de calentarnos, siempre con un final agridulce y con olor a tormenta de nieve.

Sin embargo, te quería lo suficiente para no querer verte perecer.

No teníamos culpa alguna. Quizás la casualidad, pero mi mundo cambió al mismo tiempo que cambió el de todos nosotros. Nuestro amor quedó olvidado, pero también nuestra existencia. Fue devorado por el pasto de las llamas.

¿Recuerdas? Yo sí lo recuerdo. Recuerdo haber gritado tu nombre con una pasión y vida que no recordaba. Aquel tronco que nos separó de pronto. El miedo. A veces cometemos el error de darnos cuenta de las cosas en momentos en los que tú ya has perdido el control. No, no tuvimos la culpa. Los incendios del verano del 2042 se llevaron a más como nosotros. ¿Sabes lo peor? Que tú ya no estabas. Él apareció delante mía, y me observó con su mirada oscura y penetrante entre las llamas que cubrían su cuerpo. Casi parecía sonreír. Había sido culpa suya, siempre. Nosotros éramos inocentes, simples juguetes del mal, recordatorios de antiguos pecados. Me dejó vivo para sufrir tu pérdida.

Podríamos haber sido más, pero las llamas se lo llevaron todo aquel día. No olvidaré aquel ser divino, ni olvidaré aquel trágico verano en el que el mundo cambió. Pero a quien no olvido es a ti. El amor que creía desaparecido regresó a mi pecho, así lo quiso Él. ¿Me escuchas? No sé a dónde has ido, pero sé que me escuchas. Si un ser tan terrorífico pudo llegar de la nada, tiene que haber un cielo para personas como tú. El fuego quemó tu cuerpo, pero tu alma me acompaña, lo sé. Te echo de menos.

Lo sé... Mis pensamientos demuestran que me he vuelto loco. Este mundo sí que se ha vuelto loco, ya no es para mí. Solo deseo que cuando ascienda, tú recuerdes también el amor que habíamos olvidado.

...

¿Puedes verlo?

...

Volvemos a ser uno.

Historias de Universo NeptunianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora