Capítulo 20

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10 de octubre del 2021.

"Bianca de Terrnoy Hanle-

Quien en vida fue una amada mujer, hija, esposa y madre.

Que en paz descansé.

1964 – 2021"

Leer y releer ese mensaje escrito en la lapida de mi madre era tan doloroso.

-mami- acaricié la lápida y el césped que ya comenzaba a crecer donde debajo se encontraba el cuerpo de mi madre -siempre me dijiste que yo era fuerte- negué arrodillada frente a su lapida -solo lo era porque te tenia junto a mi- mis lagrimas nublaron mi mirada -mi papá te extraña mucho... yo te extraño mucho- sentí un nudo en la garganta.

-los humanos somos tan tontos por creer que nuestro tiempo en la tierra no está contado- negué -no sabemos aprovechar los buenos momentos de la vida, solo cuando ya no los tenemos anhelamos con toda el alma volver a estar en esos momentos y disfrutarlos más- derrame libremente mis lagrimas - ¿Podemos volver a el 3 de octubre donde aún no te ibas? – le pregunté a el cuerpo inerte de mi madre.

-tesoro- mi padre se acercó a mi apoyando su mano izquierda sobre mi hombro derecho.

-no te quiero dejar mami- seque mis lagrimas con la manga izquierda de mi abrigo celeste -pero tengo todo en Wualinton, tengo que volver- acaricie su lapida para luego levantarme -vamos- observe a mi padre con un intento de sonrisa.

-no tienes que preocuparte por ella, yo me quedo para cuidarla- me acerco a su cuerpo poniendo su brazo izquierdo alrededor de mis hombros.

- ¿Seguro que no quieres venir conmigo? – le pregunte mientras caminábamos por el césped con rumbo a su carro.

-no, aquí viví con tu madre los últimos momentos- se negó, no me agradaba mucho la idea de dejarlo aquí solo.

-entonces me puedo quedar unos días más- propuse queriendo dejar en buen estado a mi padre y no en el fantasma desolado que parecía ahora mismo.

-no- negó abriéndome la puerta de copiloto de su carro -tú tienes que seguir tu vida, yo estaré bien aquí junto a su recuerdo- comento cerrando la puerta para luego dirigirse a la de conductor, entro y condujo.

-no te libraras de mi fácilmente, te llamare todos los días- le informe con una mueca en mi rostro por dejarlo aquí.

-eso nunca me molestaría- me dio una pequeña sonrisa para luego seguir conduciendo.

El llevaba el abrigo rojo que mi madre le había hecho ponerse el 1 de octubre, parece que la maña de llevar conmigo algo que me recordara a Niak venia de familia, sonreí un poco desviando mi mirada a la calle que se veía por la ventana mientras recordaba el origen de mi abrigo celeste.

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-lleva tu abrigo- me aconsejo mi madre.

-ya bajo- le dije a Niki e Ily para luego subir a mi cuarto, agarre uno de mis tantos abrigos y bajé con él en mi mano derecha -listo- le mostré mi abrigo negro a mi madre la cual sonrió complacida.

-cuídense- nos dio un beso en la frente a cada uno.

- ¿Qué vamos a ver? – les pregunte a los chicos cuando ya nos habíamos subido en el BMW rojo de Niki.

-IT- me sonrieron maliciosamente ambos.

-no- me negué de una mirándolos con suplica.

-si- afirmaron los dos.

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