«MELISSA HARPER»
Entre a clases y le conté a mi mejor amiga la conversación que tuve con Liam anoche, pego un grito que todo el salón volteo a vernos, me sentí apenada pero por suerte, nos quitaron la vista de encima cuando sonó la campana en señal de que era hora de salir al receso.
Madison y yo nos volteamos a ver emocionadas, ya que era hora de llevarle su sudadera a Liam.
Baje muy nerviosa y estuve cerca de arrepentirme dos veces ¡si dos veces!
Al final decidí ir y me dirigí hacia él. Estaba sentado con sus amigos cerca de las canchas de fútbol, lo que me ponía aún más nerviosa. Ya me había paralizado frente a él una vez, no quería que me pasará de nuevo y menos enfrente de sus amigos ¡quedaría como una boba! Llegué y como estaba dándome la espalda toqué su hombro y susurré.
—Liam, Liam—él como lo esperaba volteó y me dijo.
—Oh hola, no recordaba que fueras tan chaparra—sonrió burlón y relamió sus labios.
Vamos apenas habíamos cruzado una palabra y ya me estaba insultando. En fin, le tendí mi mano con su sudadera en ella y se quedó mirándome fijamente hasta que desvió su mirada a ella y la tomo.
—Muchas gracias en verdad me salvaste
—di la vuelta alejándome del lugar hasta que su voz me interrumpió.—¡Chaparra espera!
¿En verdad me había llamado chaparra? No puede ser, el chico apuesto es en verdad un completo idiota, lo ignoré siguiendo mi camino pero me detuvo tomándome del brazo.
—¿Eso es todo?¿No crees qué me debes algo?—sonrió mirándome a los ojos.
—Para empezar no me digas chaparra y...—no pude terminar la frase gracias a que fui interrumpida por un detestable ser llamado Liam.
—Bla, bla, bla, lo que digas chaparra—se rió burlón para después continuar
—.Mañana tengo partido ¿quieres venir a verme?¡Cielos, me invitó a su partido, me invitó a su partido! Lo sé es un tanto odioso pero eso no le quita lo apuesto. Sonrojada acepté.
—Paso por ti mañana a las 4:30, ¿está bien?
—De acuerdo—asentí para después alejarme.
—¡Adiós chaparra!—gritó sonriendo, volteé a verlo y le saque el dedo de en medio.